Se podría decir que aAmsterdam acuden dos clases de turistas, los que van buscando cultura, impresionantes museos, una arquitectura característica y sin igual, unas calles que nos hacen trasladarnos a otras épocas... y por otro lado están los visitantes que llegan atraídos por "el lado oscuro" de Amsterdam, por la búsqueda de lo prohibido, de un lugar tolerante y abierto donde el pecado no es pecado, visitantes ansiosos de coffeeshops, donde fumar hierba sin tener que esconderse o escaparates donde deleitar la vista (o el cuerpo) sin avergonzarse por ello y en un clima de total normalidad.
Finalmente estos dos tipos de visitantes acaban siendo uno solo ya que ninguno de ellos termina decepcionado, y en Amsterdam se aprende a admirar y respetar aquello que busca el otro tipo de turista e incluso a disfrutar con ello.
El barrio Rojo o zona roja es mundialmente conocido por su arquitectura y su intensa vida social, pero sobre todo por ser uno de los barrios más liberales del mundo en cuanto a drogas, prostitución y diversidad sexual.
El inconfundible ambiente que allí se respira atrae a una marea de turistas deseosos de comprobar que hay de mito y que de realidad en uno de los puntos más turísticos de Holanda.
Está situado en el casco antiguo de la ciudad, en el que antaño fueron casas de pescadores, sobre el dique de Amsterdam, que se construyó para proteger a Amsterdam de las mareas. Esto hace que podamos encontrar allí maravillosos edificios y canales para disfrutar de la ciudad desde un barco.
El bario también cuenta con un gran número de sex shops, restaurantes, hoteles, cafés y locales de exhibición, además de una de las principales zonas de marcha de la ciudad, puede que por ello sea esta ciudad elegida por gran número de estudiantes como lugar de residencia. La calle más célebre es la llamada Warmoestraat, repleta de bares, gente, cerveza y alboroto.
El Barrio Rojo de Amsterdam existe aproximadamente desde el siglo XIII, claro que antes no se llamaba así.
El importante puerto de Amsterdam atraía mucha gente de diversos puntos del viejo continente, lo que hizo proliferar gran cantidad de burdeles. Fue pasando el tiempo y la prostitución no solo no disminuyó sino que se consolidó aún más, hasta que en el siglo XVII se originó el fenómeno de las vitrinas, tan característico de la Zona Roja, al ofrecer las prostitutas sus servicios desde la ventana o desde la puerta de su casa.
En Holanda la prostitución está considerada a nivel legislativo como cualquier otro empleo, de forma que las prostitutas pueden ofrecer sus servicios libremente, pero han de pagar impuestos al estado como cualquier otro trabajador. Además, en el caso de las vitrinas, su número permanece constante y controlado por la ley.
*Consejos para visitar el Barrio Rojo: no compres droga en la calle te pueden robar y engañar y puedes terminar en la cárcel. No tomes fotos de las vitrinas sin el permiso de la señorita que está en ellas.
Hay un protocolo para estar con una de las señoritas de las vitrinas, hay que acercarse al escaparate y será ella quien te invite a pasar y entonces se hablara de dinero. ¡No se te ocurra regatear! sería un insulto para ellas.
Amsterdam es una ciudad bastante segura, pero siempre hay que tomar precauciones. ¡Que te diviertas!