Dios, hazme ir más despacio,
alivia el golpeteo de mi corazón, calmando mi mente.
Calma mi apurado paso
con una visión del alcance eterno del tiempo.
Dame, en medio de la confusión del día,
la calma de las lomas perpetuas.
Rompe las tensiones de mis nervios y músculos,
con la sosegadora música de los arroyuelos gorjeantes
que viven en mi memoria...
Ayúdame a conocer el poder mágico y reparador del sueño
Enséñame el arte de tomar breves vacaciones,
de ir más despacio para poder mirar una flor,
conversar con un amigo, acariciar un perro,
leer una líneas de un buen libro.
Dios, hazme ir más despacio,
e inspírame a enterrar mis raíces, profundamente
en la tierra de los valores duraderos de la vida,
que pueda yo crecer hasta alcanzar
las estrellas de mi destino...
Y que no me olvide ni un segundo de Tí.