La envidia no sirve para nada positivo.
Así que cuando estés empezando a sentir envidia,
decide transformarla en inspiración.
La buena fortuna de los demás no te impide
tu propia buena fortuna.
De hecho, el éxito de otro sirve para mostrarte
que ese mismo grado de éxito
puede darse en tu propia vida.
Ante el progreso y la realización de los demás,
en lugar de sentir resentimiento,
siente agradecimiento.
Luego permite que aquello que ves te inspire
a alcanzar un nivel
similar de realización dentro de ti.
Deléitate en la buena fortuna de los demás y te estarás
preparando para compartirla.
Cuanto más celebres la abundancia de la vida,
más sólidamente conectarás con ella.
¿Alguien ha alcanzado o conseguido algo
que desearías con todas tus fuerzas?
Permítete sentirte inspirado por ello.
Deja que esa inspiración cale hondo,
de manera que tenga un lugar dentro
de ti en el cual estar por siempre.
Luego toma esa inspiración y ponla en marcha,
efectiva, positiva, verdaderamente.
De la red
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