Lo que la vida me enseñó
Que por más correr no se llega antes a los sitios.
Que es más importante y valioso tener una mano amiga a la que
poder sujetar la nuestra y no hacer el camino en soledad.
Que los sentimientos entregados más nobles y sinceros son los
que debemos valorar.
Que una sonrisa hace muchas dificultades más llevadera.
Que el egoísmo y el abandono tan sólo conducen a consecuencias negativas.
Que los pequeños y satisfactorios momentos son los que ciertamente
colman nuestro bienestar
Que la amistad no se compra con dinero, es un sentimiento grandioso
que no tiene precio.
Que es necesario que nuestros ojos derramen lágrimas en algunos momentos
para poder ver la luz
y la claridad con toda su nitidez.
Que "amar" no es el símil de "querer".
Amar para querer, querer para obtener, es la semejanza en muchas personas.
Que entrega a los demás no significa la obligación de tener que recibir
forzosamente.
Que una mirada y un silencio sincero compartido dice más que una palabra
dicha con hipocresía
y hablando desde la mentira.
Que hay que aprender a levantarse después de cada caída.
Que las miradas hablan por sí solas.
Que la palabra "amigo" tiene para muchas personas el significado de "conocido".
Que en la amistad la distancia no tiene porqué ser sinónimo de olvido.
Dejame quererte amig@,
asir mi mano a la tuya,
hagamos juntos el camino,
y valoremos lo que perdura.
Autor anónimo