QUIEN SE APARTA DE LA COLMENA POR EL MIEDO QUE LE PRODUCE
EL AGUIJON DE LA ABEJA NUNCA PODRA DISFRUTAR DE LA DULZURA
DE SU MIEL.
QUIEN ALEJA SU MANO DEL ROSAL POR TEMOR A LAS HERIDAS QUE
PUEDAN CAUSARLE LAS ESPINAS JAMAS PODRA AGRADAR A NADIE
CON EL OBSEQUIO DE UNA BELLA ROSA.
QUIEN SE SIENTA SOBRE LA GRAMA, ACOBARDADO ANTE EL GRAN RETO
DE LA MONTAÑA, NO SABRA LO QUE ES LA PLENITUD QUE SE GOZA EN LA CUMBRE.
QUIEN NO ENCIENDE EL FUEGO POR TEMOR DE QUEMAR
SE CON SUS LLAMAS,