Existía una mayor diversidad de idiomas en América, cuando llegaron los españoles, que en todas las naciones del Viejo Mundo. Los cálculos más conservadores estiman que el número de lenguas, mutuamente no inteligibles, en América del Norte fluctuaba entre quinientas y mil, y en América del Sur, por lo menos el doble.
Más del 50% de la población en el planeta nunca ha hecho ni recibido una llamada telefónica.
El 35% de las personas que recurren a los anuncios personales para encontrar parejas, ya están casadas.
Los búlgaros dicen "sí" moviendo la cabeza de lado a lado, y dicen "no" moviéndola de arriba a abajo.
En Alemania del siglo XVIII, la sangre menstrual de las mujeres se añadía como afrodisíaco en comidas y bebidas.
En Bangladesh, los niños de 15 años pueden ser encarcelados por hacer trampa en sus exámenes finales
Hubo un tiempo en que se trataba de matar a un supuesto enemigo ofreciéndole una bebida envenenada, por eso, para probarle a un invitado que su bebida era inocua, se hizo costumbre que el anfitrión permitiera que su invitado vertiera un poco de su bebida en la copa, luego ambos bebían simultáneamente. Cuando el invitado deseaba mostrarle su confianza al anfitrión, no vertía el liquido sino que solo tocaba su copa con la del otro. El chocar las copas antes de un brindes es lo que ha quedado de ese ritual.
En tiempo de los caballeros de armadura, se saludaban levantando la visera de su casco para mostrar su cara. Cuando los yelmos dejaron de usarse, los hombres para saludarse alzaban sus sombreros. Con el tiempo los militares abreviaron esta costumbre a un simple toque en el ala del sombrero, lo que los llevo hasta el saludo que emplean actualmente.