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Parece imposible equivocarse en una tarea tan básica como cocer pasta, pero resulta que lo estábamos haciendo todo mal.
A la mayoría nos enseñaron a hacerlo así, pero nunca es tarde para aprender algo nuevo. Parece ser que al escurrir la pasta cocida lo único que conseguimos es que se vuelva más pegajosa y menos sabrosa, efecto que se acentúa si además la enfriamos con agua del grifo.
Así pues, ¿cómo debemos hacerlo?
La técnica correcta consiste en sacar la pasta del agua y echarla directamente en la olla o sartén donde estemos preparando la salsa, para dejarlas cocinando juntas al menos durante un minuto, de manera que la pasta pueda realmente tomar el sabor de la salsa.
A continuación, añade medio cazo del agua que has usado para hervir la pasta: esto potenciará los sabores y le dará una consistencia más cremosa al conjunto. Cuando el agua se haya evaporado, ralla el queso y añade las hierbas.
Una vez la hayas probado así, seguro que nunca volverás a prepararla como antes.
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Buen probecho