Aun no había comenzado la misa de domingo en un tranquilo pueblo de Mexico.
Algunos conversaban bajito,
otros rezaban en silencio esperando el inicio de la ceremonia. De repente aparece el
Diablo frente a la congregación en medio de la iglesia.
Todos salen disparados en estado de pánico, algunos se tropiezan con los bancos y con la pila bautismal.
Todos... menos un viejecito que ni se movió, ni se inmutó y continúa rezando tranquilo.
El Diablo le clavo una mirada fulminante y le dijo:- ¿Y tu? ¿No me tienes miedo?
- ¿Por qué debería tenerte miedo a estas alturas?
¡Estuve casado con tu hermana más de cuarenta años!