PANTEÓN FENICIO
Las triadas fueron, lógicamente, dos. La del Norte estaba formada
por El, Baaltis o Berut, y Adonai o Esmun. La del Sur,
la popular en Tiro y Sidón y en todas las colonias fenicias,
era la compuesta por Baal, Astarté y Melkarth.
Baal era «el poderoso señor», el más adorado.
Por todas partes se elevaban sus estatuas (habaalim), y
en Tiro le estaba dedicado un templo suntuoso.
Melkarth o Baal Melkarth era su hijo, «rey de la ciudad»,
dios activo y distribuidor de las riquezas, dios de la primavera.
Su gran sacerdote no tenía sobre la suya otra
autoridad que la del rey. Astarté o Asterot, reina del cielo,
Venus o astro por excelencia, tenía das caracteres bien distintos:
ya era una diosa virginalla Artemisa helénica,
ya una Afrodita Pandemos, deidad de los placeres nefastos,
con cortesanas por sacerdotisas.
En la triada del Norte o de Biblos, formada por El,
Baaltis y Adonis, Baaltis reemplaza a Astarté,
con idénticos atributos, y Adonis («el sublime»)
acaba por ser el pretendiente impúdico de Astarté.
Las fiestas licenciosas con las que era honrada esta
pareja se propagaron a Egipto, Grecia y Siria.
Otras deidades de menor importancia hubo en la Mitología
fenicia, típicamente suyas, aun cuando luego,
con otros nombres o con los mismos nombres
corruptos, fueran incorporadas a otras religiones.
Kabirim, dioses protectores de la navegación,
hijos de Zadyk, la. Justicia, en número siete,
cuyas imágenes eran colocadas en las proas
de las naves. Kusor-Ptah, generador del orden
y propagador de la paz. Kusarthis, el que dictamina la
ley y el que logra la armonía. Thaut, consejero del ser
supremo y autor de los ritos sacerdotales. tEsmun,
la deidad de la patria, el patrium numen de los romanos.
Dagon, medio hombre y medio pez, rey de las aguas. Tarinim,
la serpiente, genio benéfico, cuyo modo de morir
es concentrarse en sí misma.
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