El hombre rico y el hombre pobre
Era un hombre extraordinariamente rico, acostumbrado a ser
halagado por todos. No es de extrañar que se hubiera
habituado a que todas las personas estuvieran prontas a
deshacerse en elogios y atenciones. Pero había un hombre
pobre que se había resistido siempre a cualquier halago,
motivo por el que el hombre rico lo citó y lo tentó de la siguiente manera:
Si te regalase el veinte por ciento de mi fortuna, ¿me adularías?
Sería un reparto demasiado desigual para hacerse merecedor
de mis halagos repuso el hombre pobre.
¿Pero y si te diera la mitad de mi fortuna?
En ese caso estaríamos en igualdad de condiciones y no habría
ningún motivo para adularlo. El hombre rico no se dio por vencido y agregó:
Pero ¿y si te regalase toda mi fortuna?
Si yo friera el dueño de tal fortuna, ¿por qué iba a adularlo?
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