En la vieja casa de siempre
aún enciendo el fuego
que ilumina las ventanas
y brilla en las burbujas
de la taza de café
ella cierra todas las puertas
la gente de la calle
pasa riendo a gritos
con rencor oculto
nos quedamos escuchando
Crujen las tablas del piso
con las pisadas lentas
colorea un resto de café
el fondo tibio de la taza.
La noche silba afuera
ocultando las estrellas
si alguna cae
tengo muchos deseos
que nunca se cumplirán.