Elevación
Por encima de valles, por encima de lagos,
De bosques y montañas, de nubes y de mares,
Más allá de los soles, más allá de los éteres,
Más allá de los lindes de estrellas a millares.
Como un buen nadador que se goza en el agua,
alma mía, te mueves con toda agilidad,
y alegremente surcas la inmensidad profunda,
con una indecible y viril voluptuosidad.
¡Escápate bien lejos de estos mórbidos miasmas!
Sube a purificarte al aire superior,
y el fuego claro que hinche los límpidos espacios
bebe tal como un puro y divino licor.
Detrás de los enojos y los hondos pesares
que cargan con su peso la existencia brumosa,
¡feliz quien a regiones lúcidas y serenas
lanzarse puede con un ala vigorosa!
Aquel cuyas ideas, cual si fueran alondras,
al cielo, de mañana, arrójanse desnudas...
—¡Que sobre el mundo vuela y entiende sin esfuerzo,
la lengua de las flores y de las cosas mudas!
Del libro Las flores del Mal [1857]
«De Spleen e Ideal»