El docto, el ignorante y el sabio
La pregunta la formuló repentinamente Sung - Mai
a su maestro, mientras contemplaban ambos el
cielo cuajado de estrellas de una noche de enero
en la montaña
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¿Cuál es la diferencia entre el ignorante, el hombre docto y el sabio?... La pregunta la formuló repentinamente Sung - Mai a su maestro, mientras contemplaban ambos el cielo cuajado de estrellas de una noche de enero en la montaña.
- No es difícil satisfacer tu curiosidad, querido Sung - Mai - dijo el asceta con un acento musical que acariciaba los oídos -: - El ignorante, sin ni siquiera levantar la vista, afirma que hay un millón de astros brillando en las alturas. - El hombre docto, los cuenta uno a uno sin dejarse amedrentar por el esfuerzo. Esa es la diferencia.
- Pero,..y el sabio? - insistió el joven aspirante. - Oh, es cierto, ya lo había olvidado: el sabio, hijo mío, no se entretiene en contarle los dientes al que ríe.....la sonrisa le basta. Mirar con regocijo las estrellas es mas que suficiente para él.
Carlos Espiche Elías (Lima - Perú)
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