Página principal  |  Contacto  

Correo electrónico:

Contraseña:

Registrarse ahora!

¿Has olvidado tu contraseña?

La Escuela del Psp de Danzando y Amigos
 
Novedades
  Únete ahora
  Panel de mensajes 
  Galería de imágenes 
 Archivos y documentos 
 Encuestas y Test 
  Lista de Participantes
 ^*^*^*^*^*^*^*^*^*^* 
 General 
 ^*^*^*^*^*^*^*^*^*^* 
 Administracion 
 ^*^*^*^*^*^*^*^*^*^* 
 Deja tus votos al Grupo 
 ^*^*^*^*^*^*^*^*^*^* 
 Presentate 
 Material 
 :::::※NAVIDAD※::::: 
 ^*^*^*^*^*^*^*^*^*^* 
 *Grupos amigos 
 *Amiga Secreta 
 Retos 
 Concursos 
 ^*^*^*^*^*^*^*^*^*^* 
 Ofrecimientos 
 Retira Ofres 
 ^*^*^*^*^*^*^*^*^*^*  
 Regalos y Juegos 
 ^*^*^*^*^*^*^*^*^*^* 
 Tutos instalacion de filtros y otros de interes 
 ^*^*^*^*^*^*^*^*^*^* 
 ^*^*^*^*^*^*^*^*^*^* 
 Aportes hermosos que no se pierdan 
 ^*^*^*^*^* 
 ^*^*^*^*^* 
 
 
  Herramientas
 
General: TODAVÍA, de Poldy Bird.-
Elegir otro panel de mensajes
Tema anterior  Tema siguiente
Respuesta  Mensaje 1 de 2 en el tema 
De: cristi 07  (Mensaje original) Enviado: 18/10/2010 23:59
 
 
 
 
 
 
     

   

 

TODAVÍA

  

Anoche estuvimos hablando de vos.

 Llegaste por el camino de una nostálgica

 charla sobre la adolescencia;

 estabas sentado en una rueda

de amigos, pero yo solamente veía tu mentón

 obstinado, tu frente limpia, tu risa con las

comisuras raramente hacia abajo.

Era el tiempo en que se hablaba abiertamente,

 en que "amistad" significaba confiarse

 sin tapujos, decirlo todo sin hacer cálculos

sobre lo que "es o no es conveniente".

Los viejos se morían y nosotros íbamos a

vivir eternamente jóvenes. Sabíamos

de memoria estrofas enteras de poemas famosos,

 frases grandilocuentes de Ingenieros,

 y me prestaste un libro para que me enamorara

 de "la casa en la cascada" diseñada por Wright.

Las injusticias nos sublevaban y nos metíamos

en camisa de once varas peleándonos a

 los gritos con un taxista que no quería levantar

 a una pasajera morenita con una enorme

 bolsa de ropa. Le pagábamos diez vueltas de

calesita a un chico de zapatillas rotas...;

íbamos a transformar el mundo...

No sabía quiénes eran los hermanos Marx y

 me llevaste a ver "Una noche en Casablanca";

 me reí tanto que me caí de la butaca.

Era la primera vez que me ponía pestañas postizas,

 se me despegaron, las guardaste en el bolsillo de

 tu saco y nunca más las encontramos.

¡Vivir era tan fácil!

Era... mirar el reloj quinientas veces para que

 se hiciera la hora de salir del trabajo.

Era olvidarnos de las obligaciones cuando

poníamos un pie en la calle.

Tararear las canciones de moda, tratar de

descifrar los símbolos de Bergman,

 fascinarnos con "Hiroshima mon amour", dejar

 el tocadiscos en automático para que se repitiera

cincuenta veces un disco de Louis Armstrong,

caminar por las calles del barrio a un metro

 de distancia para que el vecindario no nos

inventara un romance, tentarnos de risa y reír

hasta perder las fuerzas y el aliento...

Nunca más volví a reírme así...

Y nada es tan gracioso, ni tan asombroso,

 ni nuevo, ni refulgente...

Ahora los amigos tienen ocupaciones que les

 impiden dedicar una larga tarde a una charla

sin rentabilidad. Nadie dice exactamente

 cuánto gana, cuánto gasta, cuándo se va de viaje,

 qué quiere, qué sueña, a qué le tiene miedo.

Porque nosotros no teníamos miedo;

solamente belleza y omnipotencia...

Pero ahora el miedo está en medio de las

 cosas que hacemos, que tocamos, que queremos.

No lo creerías..., pero lo que dábamos

 a manos llenas seguros de que conseguiríamos

 más, siempre más... hoy se guarda como

un tesoro irrepetible: fe, ternura, compañía,

cariño, ayuda, tiempo.

 Son ingredientes raros en el mundo de los adultos.

Las chicas... se casaron, e invitan a sus casas a

 los jefes de sus maridos para quedar bien; van

 a la peluquería dos veces por semana y llevan

 a los hijos a guitarra, inglés, equitación, danzas,

 además juegan canasta, bridge y golf

 (juego muy conveniente para que los consortes

atrapen clientes para el diván o el bufete

 de abogado o la operación de plástica)...

Los muchachos saludan con un beso en el aire,

 a medio centímetro de la mejilla cuando cada

muerte de obispo los encuentro por la calle;

sacan pecho, hunden la panza; lo que

 no pueden -muchos de ellos- es "sacar pelo"

que ya les ralea.

Ninguno puede esperar, los ojos en el cielo de

 la noche, que caiga una estrella para pedirle

tres cosas.

Ninguno puede llegar al hormiguero arrastrándose pacientemente detrás de cinco hormigas

cargadas con pedacitos de pétalos de rosa.

Hablarles a las plantas para que no se marchiten;

tender el oído en el aire fino de la tarde, como una red,

 para atrapar las mil variantes del canto de

 los pájaros en una alejada casa de campo...

No, no quiero engañarte... yo me parezco

 mucho a ellos... también me han vencido,

también he claudicado algunas veces, y al mirarme

 al espejo no siempre encuentro ese brillo de

lentejuela loca que animaba mis ojos...

Pero trato de no traicionar del todo a los rosales

y a las alas.

Cada tanto me quedo sola en esta casa que amo,

 lejos de la ciudad, con un tren que a cada hora pasa

por el fondo sacudiendo las paredes, una hoja de

roble que cae... que no cae... que se agita en la

brisa como una pandereta anunciando el otoño;

 una abeja que se acerca peligrosamente a

mi vestido confundida por su color de flor;

el olor de los pinos, de la tierra húmeda,

 de mi cuerpo soleado...

Ay, amigo... sólo los viejos se morían y vos

no supiste esperar...

Hace ya tantos años... cuando sólo

los viejos se morían, suspendiste tu gesto

de asombro y rabia para siempre en la sala

de guardia de un hospital, Jota Eme Be: accidentado.

Ay, amigo, ¿cómo serías ahora? ¿Cuánto tiempo

 tendrías para estudiar jazmines? ¿Cuánto apuro en

 tu beso al cruzarnos por la calle? ¿Cuánta sed

de palabras? ¿Cuánta luz? ¿Cuánto encuentro?

Silencio, shh... no movamos el aire... que se asusta,

 y a mí me gusta tanto, todavía, mirar al colibrí

de verde plata bebiéndole el azúcar a las lilas...

 

Autora: Poldy Bird

 

 

 


 
 
 
 


Primer  Anterior  2 a 2 de 2  Siguiente   Último  
Respuesta  Mensaje 2 de 2 en el tema 
De: ROSMY-53 Enviado: 19/10/2010 00:00
y a mí me gusta tanto, todavía, mirar al colibrí

de verde plata bebiéndole el azúcar a las lilas...

 

 

GRACIAS



 
©2025 - Gabitos - Todos los derechos reservados