por José Alfredo Liévano
Es común escuchar interrogantes como éstas:
Por qué me ha ido tan mal?…
Por qué las cosas no me salieron como yo soñé?...
Por qué cuando creía que todo estaba sobre ruedas, todo se estancó?...
La respuesta fundamental a estas preguntas se resume en dos palabras:
SOBERBIA e INCREDULIDAD
SOBERBIA.
Emprender planes sin tomar en cuenta el punto de vista de Dios. Hacerlo todo bajo la propia lógica sin tener en cuenta la lógica de Dios. Depender absolutamente de los propios recursos o habilidades personales sin tomar en cuenta a Dios
INCREDULIDAD.
No creerle a Dios a pesar de haber visto con claridad todas las ocasiones en las que nos ha confirmado su apoyo, su presencia y su acción poderosa en situaciones específicas que hemos vivido anteriormente.
SOBERBIA e INCREDULIDAD.
Dos actitudes que con facilidad se pueden desarrollar en la vida.
Es posible que hayan profesionales exitosos, pero que en otras áreas sean un rotundo fracaso dignos de conmiseración.
Esta mañana estuve reflexionando en dos versículos que aparecen en el libro de Josué... Todos sabemos ya que a Josué se le encomendó la tarea de conquistar la tierra que Dios les había prometido, pero para ello debía de tomar en cuenta una indicación específica que se le estaba dando para que TODO le saliera bien... De igual forma, todos estamos llamados a conquistar las promesas de Dios para nuestras vidas; y este mismo principio que se le dió a Josué es el mismo que se nos demanda a cada uno de nosotros.
Te lo comparto a continuación y luego hagamos la aplicación a nuestro contexto personal:
..."Solamente esfuérzate y sé muy valiente para cuidar de hacer conforme a toda la Ley que mi siervo Moisés te mandó: No te apartes de ella ni a diestra ni a siniestra, para que seas prosperado en todas las cosas que emprendas. Nunca se apartará de tu boca este libro de la Ley, sino que de día y de noche meditarás en él, para que guardes y hagas conforme a todo lo que en él está escrito, porque entonces harás prosperar tu camino y todo te saldrá bien"
Josué 1:7-8
Aquí está la clave para que TODO te salga bien:
1. Pon de tu parte en llevar una vida de OBEDIENCIA RADICAL a los lineamientos que ha dejado establecidos nuestro Señor Jesucristo.
Yo no puedo –dirá alguien-
Yo soy tan débil, imperpecto e incapaz para hacerlo.
Qué bueno que lo reconoces!, ya somos dos…
Yo me considero igual:
100% debil…
100% imperfecto…
100% incapaz…
Dios, por medio de circunstancias vividas en mi pasado, me lo ha hecho entender muy claramente. Me ha hecho entender que he de cultivar mi vida espiritual para que piense, sienta y obre conforme al Espíritu y no conforme a mis impulsos naturales.
2. Es necesario tambien que apartes un tiempo al día para reflexionar la Palabra de Dios en un clima de oración. Dejar que sea el Espíritu Santo quien te de la capacidad de discernir lo que estás escuchando, meditando, estudiando o leyendo; para que en base a lo reflexionado puedas tener la sabiduría necesaria para saber qué hacer y cómo proceder; para que puedas tener la convicción de lo que vas a hacer aunque todos se te opongan; para que puedas tener el valor suficiente para romper los muros del "qué dirán" o cualquier obstáculo que se oponga a la voluntad de Dios.
Comienza poniendo tu esfuerzo en CULTIVAR cada día tu vida espiritual.
Le oro hoy al Señor por tu vida.
Para que conquistes aquélla tierra que siempre soñaste.
Para que te realices en todas las áreas de tu vida.
Para que al final de cada día puedas dormirte con la plena satisfacción de saber que hiciste todo lo que estuvo a tu alcance desarrollar.
Sigue las pautas de Dios y comprobarás entonces que TODO TE SALDRÁ BIEN.
Retén la forma de las sanas palabras que de mí oíste, en la fe y amor que es en Cristo Jesús
2 Timoteo 2:13