A Dios le preocupaba la idea que esos hombres estuvieran solos en medio de grandes tormentas, en medio de mares inmensos, lejos de sus familias, y decidio hacer algo.
Entonces, Dios, el creador de todo, que vive en el cielo que tambien creo, reunio a una gran cantidad de niños convertidos en lucecitas, niños que no habian tenido la oportunidad de estar mucho tiempo en la tierra, la oportunidad
de jugar con otros niños, la oportunidad de sonreir, o simplemente la oportunidad de nacer y les hablo de regresar a la tierra.
Hubo un gran griterio y todos se pusieron muy contentos con la idea de volver a corretear. Pero no era todo tan facil, regresarian bajo ciertas condiciones.
No podian comunicarse con los pescadores, solamente hacerles compañia y ayudarlos a llenar sus redes, a cambio de eso podian jugar todo el tiempo que quisieran.
Entonces Dios puso manos a la obra y comenzo a idear el plan, les dio a los niños una forma diferente a la que habian tenido, una forma que permitiera navegar junto a los pescadores sin agitarse, con solo moverse apenas, colores bellos y la capacidad de comunicarse con solo mirarse.
Les dio forma de delfines, y una noche cerrada y muy tormentosa, descendieron a todos los mares del mundo, miles, de diferentes tamaños y de diferentes colores.
Los pescadores estan muy ocupados en pescar mas y mas antes que lo pesque otro, y no prestan atencion a esas criaturas que los acompañan, que juegan delante de la embarcacion, y que a veces, les ayudan a llenar las redes para llamar la atencion.
Pero los niños si saben del secreto y les gustan los delfines.
No hay un niño que no le gusten los delfines y tampoco hay un delfin que no le gusten los niños.
Los niños saben que la sonrisa de los delfines no puede ser sino de otro niño, y algunos grandes tambien sospechan lo mismo.
Son los que encierran delfines en acuarios para hacerlos trabajar, quizas hicieron trabajar antes a niños quitandoles la sonrisa.
Son los que matan a los delfines con sus redes sin hacer nada para evitarlo, quizas antes tambien hicieron sufrir a niños.
Pero los delfines (como los niños) siempre nos dan otra oportunidad, y juegan y rien esperando el momento que dejemos de hacerlos sufrir.
Podran sacarle la vida a los delfines, podran sacarle su carne, pero nunca podran sacarle su sonrisa.
Desconozco su autor