Era 23 de Diciembre por la tarde, y el señor Carlos estaba muy triste porque veía a la gente pasar y pasar con diversos regalos, adornos y panetones por Navidad y, en cambio el no podía comprar nada ya que no tenía dinero. No tenía trabajo y se sentía profundamente desgraciado de no poder pasar la Navidad con una mesa llena de alimentos. Encima de todo, tenía una esposa y seis hijos que esperaban sus regalos y con mucha emoción la llegada de la Navidad. El sentía ganas de llorar, de gritar, de correr sin parar y sin saber hacia donde, pero la tristeza no se lo permitía.
¿Cuánta gente pasará este año igual la Navidad, llena de tristeza y de desilusión?... ¿Cuántos adultos y niños la pasarán con el estómago vacío y, lo peor de todo con el corazón vacío?...
El motivo de la Navidad es Jesús. Si el no hubiera dejado su trono en el reino de los cielos y todas las comodidades que como Rey del universo tenía, para venir a morir por nosotros, hoy no existirían ni panetones, ni regalos, ni papá Noel. Tampoco existirían árboles de navidad, ni pavos al horno, ni pollos, ¡NI NADA!. Dice la Biblia: "Dará a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados" Mateo 1:21.
Si Jesús no hubiera venido a salvarnos del peso de condenación que todos los hombres tenemos por ser pecadores (Romanos 3:23), si no hubiera nacido hace casi hace 2000 años humildemente en un pesebre allá en Belén por amor a toda la humanidad, hoy, nada de lo que se hace se haría. Sin embargo hoy nos acordamos de todo lo demás pero no de El. Al anfitrión de la fiesta lo hemos olvidado por completo. Y lo más triste de todo es que a Jesús, el autor y motivo de la Navidad lo hemos desplazado a un segundo o tercer plano para centrarnos en la comida y los regalos que se estila hacer por estas fechas. Si esto no fuera cierto entonces ¿Porqué tanta tristeza al no tener dinero para festejar la navidad? ¿No deberíamos sentirnos mas bien tristes de no tener a Jesús en nuestro corazón y de no haberlo aceptado como Señor y Salvador de nuestras vidas?.
¡Padres!: navidad no es comida, ni panetón, ni pavo. ¿De qué sirve una mesa llena de provisiones si en esa casa no reina el amor? Hoy día se llega al extremo de decir que si no tuviste panetón y pollo para la cena, pasaste mal la navidad. ¡Pero que ciegos estamos!. Navidad es JESÚS por lo tanto es amor, unión, paz, dicha y felicidad. Y estas cosas deben durar no solamente un día sino todos los días, por lo tanto navidad no es una fecha.
¡Comerciantes!: Navidad no es negocio, no es vender. No es recibir sino dar, así como Dios dio a su único Hijo para salvarnos de la perdición eterna. No es llenarnos los bolsillos mientras miles pasan necesidades y su estómago suena de vacío.
¡Niños!: Navidad no es regalos. ¿De qué sirve tener buenos regalos y no tener a Jesús?. Ni las muñecas que hablan y caminan, ni los carritos a control remoto, ni los artefactos del hogar podrán reemplazar el gran Amor que solo Dios nos puede dar. Los juguetes pueden ser importantes quizás para los niños, pero los padres deberían enseñarles que no son lo más importante.
¡Jóvenes!: Navidad no es ropa nueva. No es andar perfumadito y bañadito luciendo las zapatillas con luces como si fueras un carro que tiene miedo chocarse porque no ve, no es obligar a los padres a que te compren la ropa de moda mientras a ellos quizás no les alcanza para otras necesidades mucho más importantes.
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