Enero 30, 2009 POR : José Julio Perlado / Profesor , escritor y periodista .
J. S. BACH
CuentaJ. M. Coetzeeen una conferencia pronunciada en 1991 que, cuando él tenía quince años, mientras paseabapor el jardín de su casa en los suburbios deCiudad del Cabo, oyó música en la casa de al lado. "Mientras duró la música - confiesaCoetzee
-, me quedé helado, sin atreverme ni a respirar. La música me hablaba
como nunca antes me había hablado. Lo que estaba escuchando era una
grabación de "El clave bien temperado" de Bach para clavicémbalo.(…) Llegó aquella tarde en el jardín, y la música de Bach,
después de la cual todo cambió. Fue un momento de revelación que tuvo
una gran transcendencia en mi vida porque, por primera vez, recibía el
impacto de lo clásico".
Coetzeeprofundiza en qué es loclásico. Horacio – recuerda el Premio Nobel – dice, de hecho, que si una obra pervivecien años después de ser escrita debe de ser un clásico. PeroCoetzeellega a algo más. Treinta y seis años después deaquella tarde en el jardín parece como si el profesor y el novelista se asomaran a la ventana del tiempo para verse así mismo recibiendo aBach, pero tampoco aBach, sino recibiendo a la música, pero tampoco a la música,sino recibiendo al fin la potencia y la supervivencia de lo clásico en su vida y en muchas otras más.