Miguel de Cervantes, en Don Quijote de la Mancha, nos define lo que es un refrán: “Los refranes son sentencias breves, sacadas de la experiencia y especulación de nuestros antiguos sabios”. Seguirá
diciendo Don Quijote sobre la utilidad de los refranes: “cualquiera de
los que has dicho [, Sancho,] basta para dar a entender tu pensamiento”
(Segunda parte, capítulo LXVII).
En España, los proverbios son conocidos como
refranes. En algunos países de Latinoamérica se les llama dichos. Los
refranes son sentencias, habitualmente, anónimas. No obstante, muchas
expresiones literarias y de otras culturas también ha pasado a formar
parte del refranero popular.
Muchas son observaciones acuñadas por la
experiencia colectiva a lo largo del tiempo, con temas que van desde la
meteorología hasta el destino invariable y fatalista de existencia.
Constituyen el bagaje cultural del pueblo en tiempos en los que la
tradición oral pasaba la sabiduría popular de una generación a otra.
Su estructura suele ser pareada y recurren
tanto a la rima como a figuras literarias (antítesis, elipsis o
paralelismo) para facilitar su perpetuación oral.