En
el Paleolítico Superior, hace entre 18.000 y 14.000 años, la Cueva de
Altamira estuvo habitada por poblaciones de Homo sapiens sapiens. La
cueva se encuentra situada en la parte alta de una de las suaves
colinas que rodean el valle donde se asienta actualmente Santillana del
Mar, en Cantabria.
La
entrada de la cueva tenía una amplia boca de 20 metros de ancho y seis
de alto, que daba acceso a un vestíbulo de unos 200 metros cuadrados.
Este espacio era el lugar de habitación, estando iluminado por la luz
del día. Aquí se realizaba la vida en torno a hogares, siendo un lugar
lleno de actividad y objetos de uso cotidiano. Sus pobladores
vivían de la caza, la pesca, la recolección y el marisqueo. Vestían
prendas muy diversas confeccionadas con pieles de animales, que les
protegían del clima frío. Su indumentaria no se diferenciaba
sustancialmente de la actual: pantalones, casacas, capuchas,
chubasqueros, botas... Sus prendas se adornaban con colgantes y
objetos de hueso, conchas o dientes. Para su labor diaria, disponían de
numerosos instrumentos en sílex, hueso y asta, especializados para cada
uso como cuchillos, raspadores, punzones, arpones, azagayas, agujas,
buriles, etc. El
fuego de los hogares les proporcionaba luz y calor, les servía para
ahuyentar las fieras y cocinar alimentos. Se iluminaban también con
lámparas de tuétano: en un recipiente el tuétano servía como
combustible y fibra vegetal como mecha. El interior de la Cueva
no estaba habitado. La cueva en total tiene un recorrido complejo de
270 metros y un trazado irregular a través de varias salas, todas ellas
con pinturas y grabados paleolíticos. Se distinguen en ella cuatro
partes: el Vestíbulo, la Sala de Polícromos, la Hoya y la Cola de
Caballo. De
todas las áreas, la Sala de Polícromoses la más llamativa, por albergar
una de las mejores colecciones de arte rupestre del mundo. Esta sala
fue considerada por Breuil la Capilla Sixtina del Arte Paleolítico y
donde se localizan los famosos bisontes. En esta sala se
conservan bisontes, caballos, ciervos, manos, antropomorfos y signos,
pintados y grabados, de los periodos solutrense y magdaleniense. Las
pinturas y grabados están situados en el techo de la sala, cuya altura
oscila entre 0,70 y 2 metros. Para confeccionarlos, primero se grababan
y dibujaban con carbón el contorno exterior y algunos detalles
anatómicos. A continuación, se aplicaba el color rojizo de relleno.
Sobre esta masa cromática, se realizaban raspados para separar planos y
dar relieve a la anatomía. El empleo del relieve natural y la textura
de la piedra ayudan a dar realismo a la figura. Mucho
se ha elucubrado acerca del sentido de las pinturas. Los especialistas
consideran que son manifestaciones de alto valor simbólico, pudiendo
servir como figuras totémicas, elementos propiciatorios o ritos de
fecundidad, entre otras teorías. Actualmente se piensa que, al tratarse
de una manifestación cultural tan extendida en el tiempo y el espacio,
es difícil hacer una sola lectura sobre el sentido y significado de
estas figuras.
La
cueva de Altamira está situada en las proximidades de Santillana del
Mar, Cantabria (España). En ella se conserva uno de los ciclos
pictóricos más importantes de la Prehistoria. Pertenece a los períodos
Magdaleniense y Solutrense, dentro del Paleolítico Superior. Su estilo
artístico constituye la denominada escuela franco-cantábrica,
caracterizada por el realismo de las figuras representadas.
Las
pinturas de Altamira, descubiertas en 1879, suponen el primer conjunto
pictórico prehistórico de gran extensión conocido en el momento. Tal
descubrimiento determina que el estudio de la cueva y su reconocimiento
levante toda una polémica respecto a los planteamientos aceptados en la
ciencia prehistórica del momento.
El realismo de sus escenas
provocó, al principio, un debate en torno a su autenticidad. Su
reconocimiento como una obra artística realizada por hombres del
Paleolítico supone un largo proceso en el que, también, se van a ir
definiendo los estudios sobre la Prehistoria .
La cueva de Altamira, conocida como la "Capilla Sixtina del Arte Paleolítico", se
halla a 2 kilómetros del centro urbano de Santillana del Mar. Altamira
está reconocida mundialmente como uno de los máximos exponentes
artísticos de la prehistoria.
Techo de la cueva de Altamira
Bisonte
Figuras tectiformes
El descubridor de las cuevas de Altamira, en el año 1868, fue Modesto Cubillas cuando se encontraba cazando con su perro. Pero fue en el año 1879, cuando Marcelino Sanz de Sautuola dio a conocer al mundo esta maravilla.
Marcelino Sanz de
Sautuola .
LOS REYES DE ESPAÑA VISITAN LA CAPILLA SIXTINA DEL ARTE RUPESTRE .
ENTRADA A LA CUEVA .
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