El Cristianismo.
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El cristianismo
La
crucifixión de Jesús de Nazaret en Palestina, hace poco menos de 2.000
años, dio lugar al nacimiento de un nuevo movimiento religioso que
cambiaría el mundo para siempre. Inmediatamente después de su muerte,
considerada por sus seguidores como un sacrificio, un reducido círculo
de discípulos y seguidores comenzaron a difundir su mensaje y sus
enseñanzas, basadas en el amor a Dios y al prójimo. Para éstos, Jesús
de Nazaret era el Cristo o el Mesías, un redentor divino de la
humanidad que había renacido después de la muerte. El
cristianismo es, en esencia, una tradición monoteísta basada en la fe
en un solo Dios, un creador eterno que participa activamente en el
mundo. Para los cristianos, Dios se encarnó en Jesús de Nazaret, su
hijo, adoptando una forma completamente humana. La creencia en la
Trinidad, el misterio sagrado del Padre, el Hijo y el Espíritu Santo
como un Dios único y trino, es central para la tradición cristiana. Actualmente
la fe cristiana es la religión mayoritaria, con casi 2.000 millones de
fieles repartidos por todo el planeta. Las doctrinas cristianas más
importantes son el catolicismo romano, la ortodoxia oriental y el
protestantismo. El catolicismo es mayoritario en buena parte de Europa
y América latina. La ortodoxia oriental se asienta fundamentalmente en
el este de Europa y Rusia, mientras que el protestantismo es
mayoritario en Gran Bretaña, los países del norte de Europa, Estados
Unidos y Australia. En Canadá, Alemania, Suiza y Holanda, la población
es mayoritariamente cristiana, sin que predomine ninguna doctrina. La
rama más extensa del cristianismo es el catolicismo. A grandes rasgos,
los católicos aceptan la autoridad de un papa infalible, el Papa de
Roma, como jefe de la Iglesia. El culto católico se centra en siete
sacramentos o actos que confieren la gracia divina. Estos son el
bautismo, la comunión, la confirmación, la penitencia, el matrimonio,
la ordenación sacerdotal y la extremaunción. Además, la veneración de
santos desempeña un papel principal en la devoción católica .
La Iglesia ortodoxa rechaza el concepto de autoridad concedida a un único líder, estando las iglesias ortodoxas gobernadas
por obispos, patriarcas -los obispos más antiguos- y consejos. Sus
sacerdotes pueden contraer matrimonio, si lo hacen antes de ser
ordenados. El culto ortodoxo concede importancia al uso de iconos para fomentar la espiritualidad a los sacramentos. Con la figura de Martín Lutero, surge en el siglo XVI el tercer gran movimiento cristiano, el protestantismo. Lutero y sus seguidores rechazaron muchos aspectos de la Iglesia romana. Aunque dentro del protestantismo existen muchos grupos,
todos ellos niegan la autoridad del Papa y aceptan la autoridad
principal de la Biblia, reconociendo sólo los sacramentos del bautismo
y la confirmación. Para
todos los cristianos la Biblia es su texto más sagrado y consta de dos
partes, el Antiguo Testamento y el Nuevo. La vida de Jesús se conserva
principalmente en los cuatro Evangelios según Mateo, Marcos, Juan y Lucas. Según los Evangelios un arcángel, Gabriel, se aparece a la Virgen María
y le anuncia que va a concebir milagrosamente un niño divino a través
del Espíritu Santo. Tres hombres sabios o magos viajan al lugar del
nacimiento de Jesús siguiendo una estrella que creen que les conducirá
hasta el "rey de los judíos". Los Evangelios relatan también el
bautismo de Jesús, ya adulto, a manos de Juan Bautista. Una vez bautizado, Jesús eligió a doce discípulos principales o apóstoles,
nombre que en griego significa mensajero, para ayudarle a difundir su
mensaje. Los relatos hablan de Jesús como un profeta obrador de
milagros, curando a enfermos, resucitando a los muertos o transformando
el agua en vino y multiplicando los panes y peces para alimentar a la
multitud. Arrestado en Jerusalén,
acusado de proclamarse rey de los judíos, fue condenado a morir
crucificado, un castigo habitual en Roma para criminales y traidores,
muriendo en la cruz a las pocas horas. Tras su muerte, los apóstoles se dedicaron a divulgar las enseñazas de Jesús. Fruto de los viajes de San Pablo y de otros discípulos, el cristianismo se extendió por el Imperio romano. Si hasta la época de Constantino,
en el siglo IV, las comunidades cristianas eran pequeños núcleos
perseguidos, hacia el año 325 las fronteras del cristianismo abarcan
todo el mundo mediterráneo. Hacia el año 600, existen ya muchas áreas
fuertemente cristianizadas, como el Próximo Oriente, Anatolia, regiones
de Egipto y norte de Africa, así como algunas zonas de Hispania, Galia
e Italia, entre otras. La
expansión de la Iglesia se basó en la consagración de altares e
iglesias, una práctica que se extenderá a lo largo de toda la Edad Media
y los siglos sucesivos. Las iglesias son consideradas por los
cristianos como la casa de Dios en la Tierra, siendo el lugar donde los
fieles se reúnen para rezar en privado o realizar actos de devoción
públicos. En los ámbitos urbanos, fueron las grandes catedrales las
encargadas de difundir la fe cristiana. Magnífico edificio, la catedral
debía no sólo ser un templo, sino también una fortaleza, el castillo
del arzobispo.
En el cristianismo, hombres o mujeres a los que se atribuye una vida de
extrema virtud o que han muerto como mártires son considerados como
santos. El culto a estos personajes incluye ofrendas e invocaciones,
así como la petición de curaciones y milagros. La veneración de sus restos fue un factor importante que favoreció la expansión del cristianismo, moviendo a los fieles a peregrinar hacia los lugares en los que se encuentran depositadas. Entre los centros de peregrinación más importantes se encuentran Belén, Jerusalén, Santiago de Compostela, Roma o Canterbury. Otros centros han surgido en sitios donde han tenido lugar visiones de la Virgen María, como Fátima, Lourdes o Czestochowa, en Polonia. La devoción a María,
reverenciada como madre de Cristo, tiene también una importancia
central, especialmente en las iglesias oriental y occidental. A partir
del siglo XIII se hizo habitual referirse a ella como "Nuestra Señora",
"Nôtre-Dame" o "Madonna", consagrándole cientos de iglesias. María es
representada como una madre misericordiosa y benévola para los fieles
pecadores. En otras ocasiones, es representada como Inmaculada
Concepción, o bien se plasma el momento de su ascensión a los cielos. En
su expansión, el cristianismo chocó con otra religión monoteísta, el
Islam. Ocupados por los musulmanes los Santos Lugares de Palestina, a
partir del siglo XI, la Cristiandad organizó sucesivas expediciones,
llamadas Cruzadas, para recuperarlos. Otro factor de expansión del cristianismo medieval fueron las órdenes religiosas. Se considera a San Antonio Abad
como el fundador de estas órdenes, al llevar una vida solitaria de
oración en el desierto. La abadía de Montecassino, en Nápoles, fundada
por San Benito de Nursia,
es uno de los primeros monasterios. En ellos, monjas y monjes hacen
renuncia a sus vidas mundanas para dedicarse a la oración, el trabajo o
el estudio. Muy importante fue, también, su labor cultural en la Edad
Media mediante la copia de textos antiguos. Según la tradición, Dios entregó a Moisés
las Tablas de la Ley o Diez Mandamientos, código moral que regula la
vida del cristiano. Desobedecer este código conlleva incurrir en
pecado, un concepto que está en la naturaleza humana desde que Adán y
Eva, los primeros hombres creados por Dios, quebrantaran el mandato
divino. También trascendentales en la vida cristiana son las fiestas religiosas. La Navidad, que celebra el nacimiento de Jesús, y la Pascua
Florida, que conmemora su resurrección, son las dos festividades
principales en el año cristiano. El ciclo de la vida acaba con la
muerte, el eterno reposo, la recompensa a una vida recta y virtuosa,
mientras que los pecadores serán condenados a vivir eternamente en el
infierno.http://www.artehistoria.jcyl.es/civilizaciones/videos/289.htm
La Basílica Cristiana.
En
el año 323, Constantino declara al cristianismo como religión oficial
del Imperio romano. Con ello, la Iglesia comenzó a expandirse,
consagrando altares e iglesias, una práctica que se extenderá a lo
largo de toda la Edad Media. Para la construcción de los templos
cristianos primitivos se aprovechó la estructura de la basílica romana.
En general, se trata de edificios de planta rectangular, con tres naves
separadas y uno o varios ábsides semicirculares o cuadrados. En
ocasiones existe un nartex o atrio a los pies del templo. La entrada
estaba situada al oeste, el punto de la oscuridad y la muerte, que el
devoto abandona al entrar al templo. El otro extremo, el del ábside,
apunta al este, dirección de la luz y la resurrección. En el
interior, el primer espacio que encontramos es el nártex, donde deben
permanecer los fieles en periodo de aprendizaje. Más adelante, se
encuentra un pórtico, espacio importante pues atravesarlo es para el
cristiano un gesto cargado de significado y de compromiso. La nave
central, separada por columnas de las laterales, es más alta que éstas,
permitiendo la entrada de una tenue iluminación que facilita el
recogimiento de los fieles. Aquí se sitúan los devotos de pleno
derecho, a lo largo de las naves central y laterales, en principio de
pie, hasta que, en la Edad Media, se generalizó el uso de bancos. El
suelo de la iglesia aparece cubierto de losas de piedra, que cubren los
enterramientos. En el otro extremo de la iglesia se encuentra la zona
más importante, el altar. Lugar reservado al sacerdote, el altar, el
elemento principal de la iglesia, debe estar de cara al pueblo.
Estructura de piedra en forma preferentemente cuadrada, es el lugar
desde el que el oficiante dirige la misa. Esculturas de piedra y
tallas de madera, mosaicos, frescos y vidrieras servían para ilustrar
en la fe a las masas analfabetas de fieles. La difusión del culto
cristiano se basó, también, en la presencia de reliquias, restos de
mártires o santos, que movían a los devotos a la piedad y les ofrecían
un modelo a imitar.
http://www.artehistoria.jcyl.es/civilizaciones/videos/290.htm
La Basílica de San Pedro en Roma
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La basílica de San Pedro en Roma
El
culto cristiano necesitaba que el templo diese cabida a todos los actos
de su liturgia y asiento a sus fieles. Estos requisitos exigían un
templo grande y cerrado, eligiendo como modelo un edificio civil: la
Basílica Ulpía, con cinco naves y dos cabeceras absidiales al que se
añadiría una nave transversal y un arco de triunfo que ponían el
edificio bajo el signo de la cruz. En
el año 326 Constantino ordenó la construcción de la basílica de San
Pedro en Roma en el lugar donde el apóstol sufrió martirio y fue
enterrado, edificándose en una parte de la superficie que ocupaba el
circo de Nerón. La basílica se convirtió en uno de los modelos
basilicales más imitados. Sabemos cómo era gracias a diversos dibujos y
pinturas, ya que será transformada por Bramante a partir de 1506. La
iglesia tenía cinco naves, alcanzando la central casi 20 metros de
anchura y unos 100 de largo, abriéndose en ella ventanas que permitían
una tenue iluminación. La separación entre esta nave y las laterales se
hacía por columnas con arquitrabes mientras que las naves laterales se
separaban por arquerías. El amplio transepto tenía la misma altura que
la nave central, sobresaliendo por los lados de las naves laterales. En
este transepto se encontraba la tumba de San Pedro, bajo un baldaquino,
y frente a ella se abría un ábside en el que se situaban el obispo y
los presbíteros en las ceremonias religiosas. La cubierta de la iglesia
era una sencilla techumbre de madera. Ante
la basílica se encontraba un amplio atrio porticado que servía de
transición entre el exterior y el interior de la iglesia. Desde este
pórtico se accedía al templo a través de cinco puertas abiertas a la
nave central y las laterales. En el centro del atrio se hallaba una
pila de agua cubierta con un baldaquino Una
amplia escalinata permitía el acceso al atrio, con una galería y una
elevada torre en la zona derecha y otra torre de base cuadrada en la
izquierda. Las
construcciones realizadas en época renacentista y barroca amplían, como
podemos observar, la superficie de la primera basílica.
http://www.artehistoria.jcyl.es/arte/videos/718.htm
La Básilica de San Pedro del Vaticano .
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La basílica de San Pedro del Vaticano
Tras
los diseños de Bramante, Rafael y Antonio da Sangallo será Miguel Angel
el encargado de llevar a buen puerto la construcción de la basílica de
San Pedro del Vaticano. Pero la fábrica del Vaticano aún no había
concluido en el siglo XVII, convocándose en 1607 un concurso para su
finalización. Maderno será el elegido, viéndose obligado a retomar el
esquema basilical. Con el máximo respeto a la obra de Buonarroti,
añadió la nave longitudinal, tratándola como un recorrido introductor a
la estructura centralizada y al gran vano de la cúpula. La
prolongación de la nave alejaba la cúpula miguelangelesca por lo que
Maderno levantó una fachada de desarrollo horizontal, manteniendo la
baja altura para poder contemplar la cúpula, incluso diseñó dos
campanarios en los laterales que la enmarcaran para destacar su
grandiosidad, diseño que no se llevó a cabo. La adopción del orden
gigante en las columnas dice de la cautela del modo de operar de
Maderno, que se esfuerza por reavivar los ritmos y activar la
plasticidad de la cúpula. Alejandro
VII abordó la configuración de la plaza frontera a la basílica,
eligiendo en 1656 a Bernini como arquitecto encargado del proyecto.
Bernini planteó en un primer momento una plaza trapezoidal, rodeada de
una fachada de dos plantas. Criticada esta traza, el artista se inclinó
por otra circular porticada para decidirse finalmente por la solución
definitiva: una plaza ovalada de 340 x 240 metros, delimitada por un
pórtico arquitrabado con cuádruple alineamiento de columnas toscanas,
cuyo eje transversal se señala por el obelisco central y las fuentes
laterales; la plaza queda conectada a la basílica por dos alas oblicuas
divergentes. Bernini
incluso llegó a proyectar un tercer brazo porticado de la Columnata que
debía cerrar el óvalo, completando el perímetro elíptico de la plaza.
http://www.artehistoria.jcyl.es/arte/videos/761.htm
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