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De: IGNACIOAL (Mensaje original) |
Enviado: 26/11/2009 09:13 |
R E S I G N A C I Ó N
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RESIGNACIÓN . José María Pemán
Bendito seas Señor
por tu infinita bondad,
porque pones con amor
sobre espinas de dolor
rosas de conformidad.
Que triste es mi caminar,
llevo en mi pecho escondido
un gemido de pesar,
y en mis labios un cantar
para esconder mi gemido.
Mi poesía soñadora
es agua murmuradora
de corriente mansa y grave,
que, al murmurar, no se sabe
si es que canta o que llora.
Y es que temiendo Señor
que este mundo burlador
se burle de mis pesares,
voy ahogando entre cantares
los ayes de mi dolor.
No quiero que en mi cantar
mi pena se transparente
quiero sufrir y callar
no quiero dar a la gente
migajas de mi pesar.
Tú sólo, Dios y Señor,
Tú que por amor me hieres,
Tú que con inmenso amor
pruebas con mayor dolor
a las almas que más quieres.
Tú sólo lo has de saber,
que sólo quiero cantar
mi secreto padecer
a quien lo ha de comprender
y lo puede consolar.
Bendito seas Señor
por tu infinita bondad,
porque pones con amor
sobre espinas de dolor
rosas de conformidad.
Será el dolor que viniera
en buena hora recibido.
Venga pues, lo que Dios quiere.
¿Qué importa verme herido
si es mi Dios el que me hiere?
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Yo no me quejo Señor,
yo sé que es gozo el dolor,
si se sufre por amor,
y el padecer es gozar
si se padece de amor.
Sé que para el peregrino
que busca el placer divino
de padecer de amores,
las espinas del camino
se van convirtiendo en flores.
Yo no me quejo Señor,
quiero por amor gozar
la locura del dolor,
quiero hacer mi vida un altar
de un sacrificio de amor.
Vivir sin pena de amores
es triste vivir sombrío,
como el del agua de un río
que, sin árboles ni flores,
va por un camino baldío.
Vivo de falsa alegría
yo no te envidio, que el día
que fuera mi vida así
temblando de horror diría:
"Dios se ha olvidado de mí".
No huyáis penas y dolores
con flaqueza de cobardes,
ni busquéis falsos amores
que mueren como las flores
con el morir de la tarde.
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Saber sufrir y tener
el alma recia y curtida
es lo que importa saber,
LA CIENCIA DEL PADECER
ES LA CIENCIA DE LA VIDA.
No hay como saber sufrir
con entereza el dolor,
para saber combatir,
que el dolor es la mejor
enseñanza de la vida.
El ayuda con su mano
las empresas duraderas
del vivir fecundo y sano,
él sabe aventar el grano
la suciedad de las eras,
él nos enseña a tener
siempre el alma apercibida,
y a esperar y a no temer,
y a dar su justo valor
a las cosas de la vida.
Nos enseña a caminar
por la vida y a luchar
con ánimo bien templado
para no desesperar
ni aun esperar demasiado.
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Es saludable lección
para las nobles pasiones,
cauterio del corazón
freno de las tentaciones
y escuela de perfección.
Por eso Dios y Señor,
porque por amor me hieres,
porque con inmenso amor
pruebas con mayor dolor
a las almas que más quieres.
Porque sufrir es curar
las llagas del corazón,
porque sé que nos has de dar
consuelo y resignación
a medida del pesar.
Por tu bondad y tu amor
porque lo mandas y quieres,
porque es tuyo mi dolor,
Bendita sea, Señor,
la mano con que me hieres.
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CESTA DEL PAN . Salvador Dalí .
¿Qué es la Resignación?
El
hombre sólo cumple con seriedad las leyes de la naturaleza cuando se
siente obligado a subordinarse a ellas aceptando su propia muerte.
El
hecho brutal de la muerte niega de una vez por todas las posibles
realidades de una existencia no represiva, porque la muerte es la
negación final del tiempo y "el placer quiere eternidad". La liberación
del tiempo es el ideal del placer. El hombre aprende "que en cualquier
forma no puede durar", que todo placer es breve, que para todas las
cosas finitas la hora de su nacimiento es la hora de su muerte –no
puede ser de otro modo-. El fluir del tiempo es el aliado natural de la
muerte, no únicamente de ella, lo es de la sociedad en el mantenimiento
de la ley y el orden, el conformismo, y las instituciones que relegan
la libertad a una utopía perpetua; el fluir del tiempo ayuda al hombre
a olvidar lo que era y lo que puede ser, hace que se olvide de un
pasado mejor y de un futuro mejor.
La
lucha de la preservación del tiempo en el tiempo, por la detención del
tiempo, pro la conquista de la muerte, parece irrazonable dentro de
cualquier medida y completamente imposible bajo la hipótesis del
instinto de la muerte que nosotros hemos aceptado. La razón y el
instinto se unan para luchar bajo condiciones de una existencia humana
auténtica, la diferencia entre sucumbir a la enfermedad a la edad de
diez, treinta o setenta, y morir una muerte "natural", después de una
vida plena puede ser muy bien una diferencia por la que merezca la pena
pelear con toda la energía instintiva. No aquellos que mueren, sino
aquellos que mueren antes de lo que deben morir, aquellos que mueren en
agonía y dolor, son la gran acusación. También testimonian contra la
culpa irredimible de la humanidad, su muerte despierta la dolorosa
conciencia de que fue innecesaria, de que pudo ser de otro modo. En una
civilización represiva la muerte misma llega a ser un instrumento de la
represión. Ya sea que la muerte sea temida como una amenaza constante,
o glorificada como un sacrificio supremo, o aceptando como destino, la
educación para el consentimiento de la muerte introduce un elemento de
rendición dentro de la vida desde el principio – de rendición y
sumisión – sofoca los esfuerzos "utópicos". Los poderes que existen
tienen una profunda afinidad con la muerte; la muerte es un signo de la
falta de libertad, de la derrota. Hoy, la teología y la filosofía
compiten entre sí en la celebración de la muerte como una categoría
existencial: pervirtiendo un hecho biológico al convertirlo en una
esencia ontológica le dan la bendición trascendental a la culpa de la
humanidad que ayudan a perpetuar – traicionan la esperanza de la utopía
-. En contraste, una filosofía que no trabaja como la servidora de la
represión responde al hecho de la muerte con el gran rechazo, la muerte
puede llegar a ser un signo de libertad, la necesidad de la muerte no
niega la posibilidad de una liberación final, como las otras
necesidades, puede ser hecha racional –sin dolor-.
El
hombre puede morir sin angustia si sabe que los que ama están
protegidos de la miseria y el olvido. Después de una vida plena puede
aceptar para sí mismo el morir – en un momento elegido por él mismo -,
pero ni siquiera el advenimiento último de la libertad puede redimir a
aquellos que mueren en el dolor. Es el recuerdo de ello y la culpa
acumulada de la humanidad contra sus víctimas, el que descubre la
posibilidad de una civilización sin represión.
Resignarse
a la inexorable no se reduce a un simple conocimiento de la necesidad,
quiero decir, a una extensión puramente intelectual de lo que se llama
prueba de realidad, al nivel de la percepción; la resignación es una
tarea afectiva, un trabajo de corrección aplicado al núcleo mismo de la
libido, a la entraña del narcisismo. Por eso por lo que la visión
científica del mundo debe incorporarse a la historia del deseo.
http://www.eumed.net/libros/2007a/262/35.htm
¿Qué es la RESIGNACIÓN ? .
Ricardo Contreras Soto
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