La Noche Oscura del Alma .
"
La noche oscura es el emerger de Dios dentro del alma, la cual es
depurada en su ignorancia e imperfecciones: habituales, naturales y
espirituales; siendo llamada por contemplaciones saturadas de teología
mística. Así Dios, secretamente enseña al alma y la instruye en su
perfección de amor, sin hacer nada o sin entender la naturaleza de las
contemplaciones." San Juan de la Cruz, "La Noche Oscura del Alma".
La
gran verdad que describen San Juan y su contemporánea Teresa de Ávila,
es que la noche oscura del alma es el tiempo de la oración de quietud o
meditación.
1. En una noche oscura, con ansias, en amores inflamada, ¡oh dichosa ventura!, salí sin ser notada estando ya mi casa sosegada.
2. A oscuras y segura, por la secreta escala, disfrazada, ¡oh dichosa ventura!, a oscuras y en celada, estando ya mi casa sosegada.
3. En la noche dichosa, en secreto, que nadie me veía, ni yo miraba cosa, sin otra luz y guía sino la que en el corazón ardía.
4. Aquésta me guiaba más cierto que la luz de mediodía, adonde me esperaba quien yo bien me sabía, en parte donde nadie parecía.
5. ¡Oh noche que guiaste! ¡oh noche amable más que el alborada! ¡oh noche que juntaste Amado con amada, amada en el Amado transformada!
6. En mi pecho florido, que entero para él solo se guardaba, allí quedó dormido, y yo le regalaba, y el ventalle de cedros aire daba.
7. El aire de la almena, cuando yo sus cabellos esparcía, con su mano serena en mi cuello hería y todos mis sentidos suspendía.
8. Quedéme y olvidéme, el rostro recliné sobre el Amado, cesó todo y dejéme, dejando mi cuidado entre las azucenas olvidado .
Por
el 1529 se casa Gonzalo de Yepes con Catalina Alvarez. Fueron
bendecidos con tres hijos: Francisco, Luis y nuestro protagonista, el
ínclito y dulce San Juan de la Cruz. Nace en Fontiveros el 1542. Luis
muere muy pronto. Francisco será terciario carmelita y llevará una vida
ejemplar.
Queda
huérfano de padre y se ve obligado a emigrar con su madre y hermano por
tierras de Medina. Asiste al Colegio. Dice su hermano Francisco de él:
«Juan diose tan buena maña a su estudio, ayudándole en él nuestro
Señor, que aprovechó mucho en poco tiempo».
Un
día, ni corto ni perezoso, se dirige al Convento de los Carmelitas de
aquella villa de Medina y ruega al P. Prior, Ildefonso Ruiz, que lo
acepte en su orden porque «quiere consagrarse a Dios en la vida
religiosa en la Orden de los Hermanos de la Virgen María del Monte
Carmelo». Así empieza su noviciado con el nombre de Fray Juan de Santo
Matía. El 1564 el P. Provincial, Ángel de Salazar, le recibe los votos
religiosos y pasa a estudiar al célebre Colegio de San Andrés de
Salamanca. Aquí se entrega de lleno a la vida de oración, de
observancia y de estudio. Es la admiración de todos. Si alguien habla
algo menos correcto, o está faltando, al verle llegar, dicen: «Callad,
que viene Fray Juan».
A
sus 25 años celebra, con gran fervor, su Primera Misa. Con esta ocasión
va a Medina y tiene un providencial encuentro con la santa Madre Teresa
de Jesús que acaba de fundar allí su segundo palomarcito de la Virgen
María. Ésta le habla de su reforma y Juan de su deseo de mayor
perfección. Quedan encantados. Después la santa Madre dice a sus
monjas: «Ya tengo fraile y medio para la Reforma». El entero era él, el
medio, el P. Antonio de Jesús Heredia.
Aquí
empieza la nueva etapa de la vida del P. Juan de la Cruz, como se
llamará ya para siempre. Entra a formar parte de la Reforma Descalza.
Trabaja con ahínco para que el Carmelo sea lo que debiera ser y ahora
se halla un tanto alejado en algunos conventos.
Hubo
de sufrir mucho por parte de los que no quieren la reforma y por los
mismos hijos que él ha formado, porque les llamó la atención cuando
eran sus novicios. Los PP. Diego Evangelista y Francisco Crisóstomo,
entre otros, le harán cargar con la cruz que un día pidió al Señor.
Escribió
obras inmortales: Cántico espiritual, Subida al Monte Carmelo, Noche
Obscura, Llama de amor, Avisos, Poesías, Cautelas, Cartas...
Lleno de méritos muere en Ubeda el 14 de diciembre de 1591.
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