LA OPINIÓN DEL REY
SOBRE ZAPATERO
Por José García Palacios
"Es un hombre muy honesto. Muy recto" .
"Él sabe muy bien hacia qué dirección va, y por qué y para qué hace las cosas".
El
Rey ha confesado a una reportera de El Mundo la opinión que le merece
el Sr. Zapatero: "es un hombre muy honesto. Muy recto" "Él sabe muy
bien hacia qué dirección va, y por qué y para qué hace las cosas".
Estas declaraciones han sido consideradas históricas por el citado
periódico.
En "El negocio del libertad" Jesús Cacho escribe
que en abril de 1994, Aznar entregó a Manuel Prado un mensaje con
destinatario real. En caso de crisis institucional el PP nunca apoyaría
al Monarca, si se diera alguno de estos casos: a) el estallido de un
caso de corrupción que salpicara a la Corona; b) que el Rey no actuara
como garante de la unidad nacional; c) que la Monarquía ligara su
futuro al de un líder político determinado.
En la obra referida,
Cacho cuenta que el entonces presidente del Gobierno, Felipe González,
cuando esperaba, impaciente, a ser recibido por el Monarca para uno de
sus despachos habituales, exclamó lo siguiente: ¡Y dile a Manolo Prado
que se conforme con el 2 por ciento, porque eso de cobrar el 20 por
ciento es una barbaridad". Estaba hablando, según lo afirmado en "El
negocio de la libertad" de las comisiones del petróleo importado por
España de cierto país árabe. Nada más reinar Juan Carlos I, Manuel
Prado se dedicó a enviar una serie de cartas reales a monarcas
reinantes del mundo árabe para pedirles dinero en nombre del Rey. Una
de ellas ha sido publicada por el ex jefe de la Casa del Sha de Persia
en un libro de memorias, titulado The Shah an I.
La Reina
aseguró a su biógrafa Pilar Urbano que Juan Carlos había hecho creer a
los militares, antes del 23-F que estaba con ellos. Al respecto,
resulta esclarecedor el télex del Rey a Milans del Bosch que ABC
reprodujo (23-II-95) diciéndole de madrugada "después de este mensaje
ya no puedo volverme atrás".
El Rey era pobre en 1975; hoy es un
hombre rico. No condenó la corrupción ni los GAL durante el periodo
gubernamental de Felipe González. Tampoco se ha manifestado en contra,
en nombre de la unidad de España, del derecho de autodeterminación que
se proclama insistentemente, creyendo que "hablando se entiende la
gente".