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El verdadero debate no es bajar impuestos o subirlos. Es elegir entre recortar la protección social o reforzarla. Es elegir entre el sálvese quien pueda o un Estado fuerte capaz de reactivar la economía en un momento de crisis. Son dos modelos de sociedad diferentes y eso es lo que pudieron ver los ciudadanos en el debate del miércoles.
La bajada de los impuestos desde la revolución reaganthatcheriana pasó a ser parte esencial del dogma neoconservador, una seña de identidad, un a priori autónomo de la situación económica, del lugar y del momento.
Lo que hay detrás es pura y simple determinación de desarmar económicamente al Estado a toda costa y en cualquier circunstancia.
Y así sigue siendo, por lo que parece, para la derecha española.
Si la economía crece y se crea empleo, la receta del PP es bajar impuestos. Si hay recesión y aumenta el paro, el PP exige bajar impuestos. Con superávit público o con déficit, con inflación elevada o sin ella, con tipos de interés altos o bajos, con beneficios o con pérdidas en las empresas. Da todo igual: primero viene la doctrina y después la realidad.
(Es cierto que esto corresponde más al mundo de los programas y los discursos que al de las prácticas de gobierno: con Aznar subió la presión fiscal. Y Gallardón en Madrid tiene un récord absoluto de subida de impuestos).
Mientras tanto, en la izquierda sabemos hace ya algunos años que no hay catecismos fiscales, sino instrumentos y objetivos de política económica. Que los impuestos no son de derechas ni de izquierdas, lo que es de derechas o de izquierdas es lo que se hace con ellos.
Si la economía crece y el Estado tiene superávit, se puede y se debe aligerar la carga fiscal. Si los precios y las hipotecas están muy altos, se puede y se debe dar ayudas para mejorar la renta disponible de las familias. Si hay recesión y se necesitan más recursos para financiar políticas sociales e infraestructuras, se puede y se debe tomar medidas para aumentar los ingresos públicos. Y hay que intentar hacerlo sin gravar a los salarios ni a la actividad de las empresas.
Aquí estamos ante un debate político, un debate sobre qué modelo de sociedad defendemos. El Gobierno socialista considera que es esencial mantener el estado de bienestar y la inversión productiva. Y lo público cobra mucho más valor en momentos de grandes crisis como ésta. Porque cuando todo falla, tiene que haber un Estado fuerte que ofrezca respaldo a los ciudadanos y que supla la falta de inversión del sector privado.
Gabriel dice:
Buenos dias Sr. Blanco.
El pasarle la mano por el lomo en su blog esta a flor de piel, pues
bien yo no pienso darle ese gusto, soy autónomo y completamente
desprotegido ante todos Vdes, y no veo que pongan ningún interés en
solucionarlo, pero ni Vd, ni los contrarios, solo se dedican a tirarse
la pelota los unos a los otros ¿y nuestro presi, que dice de esto?. De
verdad se cree que los autónomos estamos en disposición de contratar a
gente con la falta de liquidez que dan los bancos y sobre todo con las
premisas que Vdes, le han pasado al ICO, que no crea que no he
recurrido a ellos, esto es lo de siempre buenas palabras, pero leña
para los ciudadanos, Vd, se cree de verdad todo lo que dice o es el
discurso que le han escrito, por favor salgan a la calle y vean como se
las tienen que apañar los autonomos, le recuerdo que dicen de nosotros
que somos importantes por los puestos de trabajo que proporcionamos,
pero la verdad es que Vdes. nos desprecian dia a día. Que tenga un buen
día en su puesto de trabajo.