GRAN HERMANO VS OPERACION TRIUNFO
• Gran Hermano es mejor programa / Supertele / 2 marzo 2002
La opinión de Gustavo Bueno
«Gran Hermano es mejor programa»
Defensor a ultranza de Gran Hermano, el filósofo Gustavo Bueno es de las pocas personas en nuestro país que no se ha rendido a los encantos de Operación Triunfo, al que considera un programa basura que ha nacido con la condición de ser un modelo limpio frente a la suciedad de Gran Hermano «Ese juicio es un error. La iglesia y los propios políticos hablan de Operación Triunfo como un modelo de lo que debe ser la televisión, pero no es así, Ellos tenían complejo de culpabilidad con Gran Hermano por no seguir un programa con audiencias millonarias y ahora lo han recuperado con este concurso.»
Bueno, que es catedrático emérito de la Universidad de Oviedo, considera que el concurso es una deformación pedagógica: «En
una academia no se va a triunfar sino a aprender, y estos chicos lo que
quieren es obtener un triunfo rápido, de tres meses, cuando la música
exige muchos años de dedicación.»
Gran Hermano
recibió muchas críticas por parte de distintos grupos sociales, que
comentaban que sólo se veía a un grupo de jóvenes que no hacían nada,
aunque para Bueno eso no es del todo acertado: «Gran Hermano era mucho mejor programa que Operación Triunfo
porque era un espacio original en España. Desvelaba una situación de
convivencia diaria, vulgar y corriente de unos jóvenes que hacían las
mismas cosas que hacemos nosotros en nuestras casas, exactamente lo
mismo que ellos. El problema de Operación Triunfo es
básicamente mediático. Son chicos que buscan la fama rápidamente, en
sólo unos meses, pero ¿qué tipo de triunfo es ése? ¡Que se vayan a un
conservatorio a estudiar diez años y que aprendan solfeo!» Otra de las cosas que Gustavo Bueno no llega a comprender es la respuesta social que ha provocado: «Tiene
un contenido cursi, con unas canciones anticuadas, viejas e
impresentables. En conjunto, es un programa totalmente ridículo. Y
encima ahora se han presentado cien mil personas para la segunda
edición.»
•"Operación triunfo" es más telebasura que "Gran hermano" / LNE / 13 febrero 2002
«Lo que prima es el pelotazo, fama en tres meses a base de cantar baladas cursis»
«En "Operación Triunfo" hubiera sido impensable la presencia de un tipo como Iván»
Oviedo,
Eduardo GARCÍA
Gustavo
Bueno, filósofo, profesor emérito de la Universidad de Oviedo,
pensador, gran comunicador y ahora considerado ideólogo de ese invento
seductor e inquietante que es la televisión. La próxima semana presenta
en Madrid su libro «Telebasura y democracia», un brillante ensayo sobre
las razones del éxito del programa «Gran hermano».
—«Operación triunfo» ¿sí o no?
—Me pareció un programa emocionalmente obsceno, una trampa.
—No le gustó.
—Soy enemigo total.
—¿«Operación triunfo» o «Gran hermano»? Elija.
—El
fondo es similar: doce jóvenes estabulados que se hacen presentes
mediante telecámaras a una audiencia participativa. Pero «Operación
triunfo» es mucho más telebasura que «Gran hermano».
—¿Por qué?
—«Operación
triunfo» hay que medirlo en función de «Gran hermano», es cierto. «Gran
hermano» era obsceno, un programa en el que se medían comportamientos
morales y éticos; «Operación triunfo», en cambio, se planteó como una
contrafigura de «Gran hermano», como algo limpio, pero al final lo que
prima es esa idea del pelotazo, triunfar en tres meses a base de
baladas cursis. La noche de la final yo le confieso que pasé vergüenza
ajena viendo a este chico, Bustamante, romper a llorar sin control
alguno, llamando a papá mientras los demás le masajeaban. Yo no tolero
que un individuo se eche a llorar incontroladamente, hay que tener un
poco más de decoro.
—Hasta quince millones de
telespectadores llegó a tener en algún momento la final del concurso,
anteanoche. El público se volcó.
—Quince
millones que en su gran mayoría no entienden una palabra de música. Y
lo peor es que, encima, tienen la insolencia de votar.
—Musicalmente, ¿no les concede la amnistía a los jóvenes de la Academia?
—Desde
el punto de vista musical, el valor es cero. Aquí hablaban de la
Academia, fíjese usted. Si Platón levantara la cabeza... Esta gente
deja en ridículo al gremio, a todos, incluido a Julio Iglesias.
«Operación triunfo» se quiso vender como un complemento en la lucha
contra el botellón callejero, pero yo lo veo más como un elemento
disuasor de un proyecto de vida que no tiene por qué enfocarse hacia la
fama. El que quiera ser un buen médico o un buen albañil, reconocido en
su trabajo, no tiene que ser famoso.
—Estos chicos eran blancos, blanquísimos. Los de «Gran hermano», no.
—Tuve
ocasión de conocer a Ismael y a Iván, el asturiano de «Gran hermano», y
me parecieron jóvenes con una personalidad tremenda, tipos de primera y
con cultura. En «Operación triunfo» hubiera sido impensable la
presencia de alguien como Iván.
—¿Le sorprendió la trascendencia sociológica del concurso?
—Ni
Televisión Española se lo esperaba, eso está claro. En el fondo, las
cosas no son tan distintas al fútbol, deporte que mediante la TV
moviliza ciudades que se identifican con sus equipos. El fútbol está
ligado a las ciudades, no tendría sentido un partido entre los de la
UGT y los de Comisiones Obreras, ni entre los de raza blanca y los de
raza negra, por ejemplo. Aquí, en «Operación triunfo», la
identificación la protagonizan los pueblos y las familias, la gente
quiere salir, ser reconocida.
—¿Fama asegurada para los chicos de la Academia?
—La
fama es sólo popularidad, les envanece. Estos jóvenes han recibido tres
meses de adulación permanente, constante, por parte de los profesores.
Es la misma adulación que se utiliza en la dinámica de grupos, que es
una cosa ya muy vieja. Si el experimento dura un poco más hubieran
acabado todos peleándose. Imagínese si el programa será ambiguo que
hasta los políticos lo aplauden.
TOMADO DE LA FUNDACIÓN GUSTAVO BUENO
ttp://www.fgbueno.es/index.htm