En
una columna mía de hace algunos años, decía yo que estamos asistiendo a
una interesante regresión tecnológica. Ante todo, se había puesto bajo
control la influencia perturbadora del televisor
gracias al mando a distancia, mediante el cual el espectador podía
trabajarse su zapping y, por consiguiente, entraba en una fase de
libertad creativa. La liberación definitiva del televisor se produjo
con la llegada del vídeo, con el que se completaba la evolución hacia el Cinematógrafo.
Además, con el mando a distancia se podía quitar por completo el
volumen, volviendo a los fastos del cine mudo. Mientras tanto, Internet,
al imponer una comunicación eminentemente alfabética, se cargaba a la
tan temida Civilización de las Imágenes. Llegados a ese punto, se
podían eliminar incluso las imágenes, inventando una especie de caja
que emitiera sólo sonidos y que no requiriera ni siquiera el mando a
distancia. Cuando escribía esto, yo pensaba que estaba bromeando
imaginándome el descubrimiento de la radio y, en cambio, (inspirado
evidentemente por un Numen) estaba vaticinando la llegada del I-Pod.
Claro
que el estadio final se alcanzó cuando, abandonando las transmisiones
por éter, se dio inicio a la nueva era de la trasmisión de las televisiones de pago mediante el cable,
pasando de la telegrafía sin hilos a la telefonía con hilos, fase
completamente realizada por Internet, que superaba a Marconi y volvía a
Meucci.
Retomé
esta teoría de una marcha atrás con mi libro A paso de cangrejo donde
aplicaba estos principios también a la vida política (y también es
verdad que, en otra columna reciente, advertía que estamos volviendo a
las noches de 1944, con patrullas militares por las calles y niños y
maestras de uniforme). Pero ha sucedido algo más.
Todo
aquel que haya tenido que comprarse recientemente un ordenador (se
vuelven obsoletos al cabo de tres años), se habrá dado cuenta de que
podía encontrar sólo los que llevaban el Windows Vista
incorporado. Pues bien, es suficiente leer en los diferentes blogs lo
que piensan los usuarios del Vista (que no me atrevo a referirlo para
no acabar en el juzgado) y lo que te dicen los amigos que han caído en
esa trampa, para hacerse el propósito (tal vez equivocado, pero
absolutamente firme) de no comprarse un ordenador con el Vista. Pues
bien, si quieren una máquina actualizada de proporciones razonables, no
les queda más remedio que tragarse el Vista. La otra opción es
replegarse en un clon del tamaño de un camión, ensamblado por un
vendedor lleno de sus mejores intenciones, que todavía puede instalar Windows XP y anteriores. En ese caso, su mesa de escritorio se parecerá a un laboratorio de la Olivetti con el mítico Elea 1959.
Yo
creo que los productores de ordenadores se han dado cuenta de que las
ventas disminuyen sensiblemente porque el usuario, con tal de no tener
el Vista, renuncia a renovar el ordenador. Y entonces, ¿qué es lo que
ha pasado? Para entenderlo tienen que buscar en Internet Vista
Downgrading o semejantes. Allí se les explica que, si han comprado un
nuevo ordenador con el Vista pagando lo que vale, mediante el
desembolso de una suma extra (desembolso no tan sencillo, puesto que
hay que pasar a través de un procedimiento que me he negado a entender)
y tras muchas aventuras, podrían gozar de nuevo con la posibilidad de
emplear Windows XP o anteriores.
El
que usa el ordenador sabe qué es el "upgrading": algo que te permite
actualizar tu programa hasta el último perfeccionamiento. Por
consiguiente, el "downgrading" es la posibilidad de reintegrar tu
ordenador, superavanzado, a la feliz condición de los programas más
viejos. Pagando.
Antes
de que en Internet se inventara este bellísimo neologismo, en un
diccionario normal se encontraba que "downgrade" como sustantivo
significa cuesta abajo, declive, rebaja, versión reducida, mientras que
como verbo quiere decir bajar de categoría, degradar, desvalorizar. Por
lo cual, se nos ofrece la posibilidad, previo un buen trabajo y cierta
cantidad de dinero, de bajar de categoría y degradar algo que habíamos
pagado una cierta cantidad por poseer. Parecería increíble si no fuera
verdad (hay un artículo on-line muy gracioso de Gianpaolo Proni al
respecto, en http://www.golemindispensabile.it): hay centenares de
desgraciados en línea que están trabajando como locos y pagando lo que
es debido para degradar su programa. ¿Cuándo
llegaremos al estadio en que, por una cantidad razonable, nos cambien
el ordenador por un cuaderno con tintero y cálamo con plumilla Perry?
Ahora
bien, el tema no es sólo paradójico. Hay progresos tecnológicos más
allá de los cuales no se puede ir. No se puede inventar una cuchara
mecánica cuando la de hace dos mil años sigue funcionando tan bien. Se ha abandonado el Concorde, que hacía París-Nueva York en tres horas. No estoy seguro de que hayan hecho bien, pero el progreso también puede significar dar dos pasos atrás, como volver a la energía eólica como alternativa al petróleo y cosas por el estilo. ¡Tendamos al futuro! ¡Atrás a toda marcha!
"No se puede inventar una cuchara mecánica cuando la de hace dos mil años sigue funcionando tan bien "
OTROS EJEMPLOS :
-El alumno falta el respeto al profesor, lo insulta y hasta lo agrede .
-El enfermo le dice y le exige al médico la prueba complementaria que necesita o el tratamiento que quiere .
-La mecanización y automatización en el campo y en la industria aumentan el desempleo al disminuir mano de obra .
Hasta en las gasolineras se tiene uno que poner el combustible en su coche .
-Problemas como la contaminación y la mala alimentación aumentan enfermedades - cánceres .
-Las modas y la estética actual hace que padezcamos una epidemia de anorexia y bulimia .
-El ajetreo cotidiano - stress y otros conflictos familiares y de
pareja aumentan los problemas de salud mental ( Depresión -Ansiedad ) .
-La publicidad abusiva y engañosa hace que estemos enfocados a un consumismo excesivo e innecesario ...
En fín ... a veces reflexiona uno y llega a la conclusión de que ...
" Cualquier tiempo pasado fue mejor "