La Escuela Andaluza de Escultura
MARTÍNEZ MONTAÑÉS . ALONSO CANO . JUAN DE MESA .
PEDRO ROLDÁN . LUISA ROLDAN - LA ROLDANA . PEDRO DE MENA .
La escultura barroca tiene en Andalucía dos de sus focos principales: Sevilla y Granada. En Sevilla destaca la personalidad de Juan Martínez Montañés. De sus gubias salieron imágenes de Cristo, la Virgen y los santos que
ponen de manifiesto su extraordinaria calidad técnica y su acendrada
religiosidad, aspecto éste de capital importancia para captar en
plenitud el mensaje evangélico que ellas encierran, siendo Montañés
bautizado desde antiguo con el apelativo de "Dios de la madera". Juan de Mesa es el autor del Jesús del Gran Poder.
Este Nazareno de vestir es el más popular paso sevillano, quizás porque
cumple a la perfección su misión de conmover a los fieles, lo que
consigue con un patetismo y una garra emocional únicos. La su obra maestra de Pedro Roldán es
el retablo del Hospital de la Caridad de Sevilla. Dinámicas columnas
salomónicas flanquean el grupo del Santo Entierro que protagoniza el
conjunto. La riqueza ornamental y la luminosidad de los dorados crean
un fastuoso marco para la escena principal, tratada con extraordinario
realismo y fuerza expresiva. Luisa Roldán, la Roldana,
realizó numerosos trabajos de imaginería, aunque su mayor aportación
son sus obras de barro cocido y policromado, de pequeño tamaño,
destinadas al culto privado y al de los conventos. En ellas representa
temas religiosos interpretados con gran ternura y delicadeza, en
escenas llenas de exquisita gracia que recuerdan el arte de Murillo. Granada tiene en Alonso Cano a
su principal representante. En su obra prima la búsqueda de un ideal de
belleza y de serena expresión. Para Cano la gracia prevalece sobre la
intensidad, la delicadeza sobre la fuerza, la dulzura sobre el drama...
Elegante y mesurado, rechaza la minuciosidad realista para preferir la
apariencia arquetípica, con la que trata de alcanzar la perfección. Pedro de Mena aporta
a la escuela granadina unas cualidades distintas a las de Cano; no se
interesó por la elegante serenidad de este maestro, sino que por el
contrario, concibió sus figuras con un penetrante ascetismo, de gran
intensidad realista y apasionadas expresiones de concentración
interior. Las cualidades de la escuela granadina, en la que se
fundían las influencias de Cano y Mena, llegaron hasta el siglo XVIII
gracias a la familia Mora, integrada por el padre Bernardo de Mora y sus hijos José y Diego.
LA PIEDAD . CATEDRAL DE GUADIX . GRANADA .
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