La escultura barroca está
caracterizada por la búsqueda del movimiento, el contraste entre las
diversas superficies a la hora de buscar efectos lumínicos y la
integración en la arquitectura para obtener intensidad dramática.
Abundará la escultura religiosa al servicio de la devoción, pero
también encontramos estatuas mitológicas, retratos y escultura
funeraria. Bernini es el gran genio de este estilo y su Extasis de Santa Teresa su obra maestra, mostrándonos de manera exquisita la visión de la santa. La Beata Ludovica Albertoni y la Fuente de los Cuatro Ríos
son otras de sus magníficas obras. En la corte francesa encontramos una
escultura adaptada a los dictados de la Academia, siguiendo las reglas
clásicas e interpretándose de manera clara. Coysevaux y Girardon son
los maestros más destacados. La escultura española en el Barroco está
centrada en lo religioso, buscando el dramatismo y el realismo en las
estatuas. La madera es el material más utilizado, empleando policromía
e incluso postizos como cabello natural u ojos de cristal. En el foco
castellano destaca la figura de Gregorio Fernández,
autor que evoluciona desde el idealismo y la elegancia del manierismo
hasta formas naturalistas y dolientes. En la escuela sevillana
encontramos a Juan Martínez Montañés, artista que valora la anatomía y logra captar la belleza natural, cargada de serenidad, tensión y fuerza interior. Alonso Cano es el gran escultor de la escuela granadina y sus figuras se caracterizan por la gracia y el exquisito cuidado de la talla. Pedro de Mena
también es granadino y realiza esculturas que rozan el misticismo,
siendo uno de los maestros más hábiles en el trabajo de la madera. La
escultura barroca española se culmina con Francisco Salzillo, quien pone en práctica una escultura cargada de dinamismo y sentimiento, destacando sus sencillas figuras para belén .
CRISTO YACENTE
SAN JUAN .
CRSITO DE LA CLEMENCIA .
INMACULADA .
CRISTO DE LA BUENA MUERTE .
LA DOLOROSA .
CRISTO DEL PERDÓN .