Tendemos a buscar respuestas
a todo lo que pasa a nuestro alrededor. A veces las dudas que nos
asaltan tienen una explicación evidente y no suponen ningún misterio,
pero otras nos desconciertan. Y en estos casos preferimos tener una
explicación vacía de contenido a no tener explicación.
Creer en algo sin tener pruebas de ello es obsoleto y peligroso, y sin
embargo lo hacemos a diario. Somos crédulos por naturaleza y por eso
llegamos a creer en cosas como que hacer los exámenes siempre con el
mismo bolígrafo o con una misma prenda de vestir nos traerá suerte. Y
esto es así porque nuestras creencias se apoderan de nuestra mente
hasta tal punto que definen nuestra visión del mundo, nuestros deseos,
miedos, expectativas...en definitiva, nuestra conducta. Ya lo dice el
lenguaje popular: la fe mueve montañas...
Morata de Jiloca (Zaragoza). Iglesia de San Martín de Tours. Retablo del Descendimiento. Duda de Santo Tomás. “Maestro de Morata”. Segunda mitad del siglo XV. Pintura al temple sobre tabla. (Foto de Jesús Díaz). .
La
escena representada es la conocida como la Duda de Santo Tomás relatada
por Juan (20, 24-29). Aunque a Tomás se le anuncia la resurrección de
Jesús, se niega a admitirla: "Si no veo en sus manos la señal de los
clavos y meto mi dedo en el lugar de los clavos, y meto mi mano en su
costado, no creeré." Ocho días después, Tomás toca con sus propias
manos las heridas de Jesús en las manos y en su costado. Jesús le
recrimina haber necesitado ver para creer y concluye diciendo "Has
creído porque has visto. Dichosos los que creen sin haber visto". Es el
más conocido de todos los episodios evangélicos relacionados con este
apóstol. Se le llama "Tomás, llamado el Dídimo". Tanto la palabra
griega "Dídimo" como la aramea "Tau'ma", significan "gemelo", o
"mellizo". Por lo tanto, la expresión "Tomás, llamado el Dídimo" es una
tautología que elude mencionar el nombre real del personaje. En la
pintura del "Maestro del Morata" se representa la escena mediante una
composición oval. Cristo en el centro de la misma, rodeado por sus
discípulos y ante la presencia de su Madre, no mencionada en los
evangelios en este acontecimiento, toma la mano derecha de Tomás para
introducirla en la abertura producida en su costado por la lanza de
Longinos. http://pintura-gotica-aragon.blogspot.com/2009/02/8-gotico-naturalista-maestro-de-morata.html