No os olvidéis de enviarnos un poco de amor, comprensión y capacidad de
escucha y cercanía para aquéllos que viven momentos difíciles por
enfermedad, soledad, estar en la cárcel, o por “vivir de la calle”.
Nos urge ¡cómo no! Hacer acopio de valentía para estar presente en
organizaciones y plataformas, como el 0,7; que reclaman justicia y
solidaridad y denuncia la vida instalada y cómoda del primer mundo.
También necesitamos creatividad para hacer de nuestra labor algo nuevo cada día, sin cansancios ni rutina.
Y un poquito de esperanza, confiando en que este servicio que
realizamos tiene sentido, es necesario y ayuda a mejorar la sociedad;
al mismo tiempo que la humildad necesaria para no creernos “los
buenos”, los que trabajan bien y no necesitan cambiar.
Por último, adornad nuestros regalos con la fuerza de la fe, ayudadnos
a transmitir nuestro mejor mensaje, nuestro mejor servicio: que a
través de nuestras vidas llegue a todos la Buena Noticia
de que Dios nos quiere como somos, que siempre está esperando con
ternura, y que los que menos tienen, menos pueden y más les falta… son
los primeros en este servicio de amor.
¡Ah, mándalo con urgencia!
Los Voluntarios de Cáritas.