Cuba se aprieta aún más el cinturón
La vida de una familia cubana del pueblo .
Sería interesante saber cuál es la vida de una familia de clase política privilegiada o secuaz de la dictadura cubana .( Para establecer comparaciones )
Pese a que la mayoría de las familias vive ya con lo justo, 2010 llega con recortes sociales y más ahorro
Marta Martínez
- Sábado, 26 de Diciembre de 2009 - Actualizado a las 08:11h.
La Habana
Son
las 12.30 en la capital cubana. Para llegar a casa de la familia Pérez,
en La Habana Vieja, hay que entrar por una pequeña puerta y subir por
unas estrechas y deterioradas escaleras. Es pleno día y el sol aprieta
en la isla caribeña, pero el pasillo está totalmente a oscuras, no hay
luz. A mitad de camino comienza a oírse la música de Álex Ubago. La
puerta de los Pérez, en el primer piso, está abierta. Al fondo, dos
mujeres -Marina y su hija, de 16 años- se afanan en limpiar la casa
mientras bailan con la fregona y gritan las canciones del donostiarra.
"Me encanta. Es tan sentido", exclama Marina. Después le toca el turno
a Andy y Lucas y a todo el repertorio de los artistas latinoamericanos
que están más de moda.
Es día de San
Lázaro en Cuba -en la santería, Babalu Ayé-. No es fiesta oficial en la
isla, pero muchos niños no van al colegio y algunos adultos se ausentan
del trabajo. Es un día para prender velas e ir al santuario de San
Lázaro en el Rincón, a unos 25 kilómetros al sur de La Habana. Las
filas para el autobús son interminables desde la madrugada del 16 al 17
de diciembre. Y es que miles de cubanos no se pierden esta
peregrinación. La madrina o santera de la familia Pérez entra
en la casa. Imponente, serena y con turbante en la cabeza viene a
saludar en un día tan señalado.
Poco
tiempo después llega Nayeli, una joven maestra de 36 años que también
reside en la vivienda. Da clases de Primaria y Secundaria en un colegio
cercano, ubicado en el barrio de Centro Habana. Hoy ha tenido que ir a
trabajar a media jornada. Con ella, llegan varios alumnos, a los que
cuida y da clases particulares hasta que sus padres salen del trabajo.
La casa se llena entonces de bullicio y movimiento. Niños correteando,
mujeres cantando y bailando, todos bebiendo ron y hablando entre risas
de sus cosas. En los aproximadamente 80 m2 que tiene la vivienda, viven
trece personas: los dos abuelos -de 70 años-, sus cuatro hijos -tres
mujeres y un hombre-, dos yernos, una nuera y tres nietos.
Al
terminar las tareas del hogar, Marina aprovecha para ducharse en el
único baño de la casa. Una bañera y un retrete sin bomba de agua son el
lugar de aseo para los trece habitantes de la casa. Otra odisea
a la que cada día hace frente esta familia es el poder lavarse las
manos, ya que ni el baño cuenta con lavabo ni la cocina con una
fregadero. Las habitaciones, tres en total, se hacen escasas para la
familia. Hay camas por el pasillo y están planeando construir otras dos
habitaciones en el patio de la casa cuando ahorren un poco de dinero.
La
vivienda es uno de los principales problemas en la isla, si no el
mayor. La mitad de los edificios se han quedado viejos y sus fachadas
están deterioradas por el paso del tiempo y de los huracanes,
habituales en estas fechas. Para atajar esta problemática, Eusebio
Leal, conocido como el historiador del pueblo, está llevando
a cabo un costoso plan de restauración y reconstrucción en Habana Vieja
-casco histórico declarado Patrimonio Cultural de la Humanidad por la
Unesco- que, junto con Centro Habana, es una de las zonas más
deterioradas de la ciudad.
Tiempos difíciles
2010: los cambios económicos tendrán que esperar
El
marido de Nayeli, Humberto, que no ha ido a trabajar, cocina el arroz
con pollo de la comida de ese día, plato básico en las familias cubanas
y en la cartilla de racionamiento. Humberto muestra la suya: cinco
kilos de arroz, un pollo, grasa, una pastilla de jabón, café y ron.
Para todo el mes. Ese día, además, como tiene invitados, está
preparando un plato especial: ensalada.
Sin
embargo, a la hora de comer, sobre las 16.00 horas, sólo los niños y
los invitados se sientan a la mesa. "Por la mañana tomamos un café y
luego hacemos sólo una comida al día, para que los niños puedan comer
cuando tengan hambre y estar bien alimentados", explica Humberto. "Son
tiempos difíciles en Cuba", anota con tristeza.
Así
lo ha ratificado el presidente cubano, Raúl Castro, ante la Asamblea
Nacional del Poder Popular (Parlamento). Allí tuvo lugar el pasado
domingo una importante reunión sobre el plan económico de 2010, año que
estará marcado por la falta de liquidez y el recorte en los gastos
sociales. Los cambios económicos anunciados por Raúl Castro en 2007 y
anhelados por los cubanos durante estos dos últimos años tendrán que
esperar. Ahora toca "apretarse el cinturón". Aún más.
De
hecho, ya han comenzado a aplicarse algunas medidas, como el ahorro de
energía para evitar apagones. El Gobierno cubano ha pedido la
colaboración ciudadana y se ha eliminado el aire acondicionado en
tiendas y centros laborales del Estado. Esto ha tenido repercusión, por
ejemplo, en las casas de cambio, que han decidido abrir sus puertas a
partir de las 13.00 horas. También han comenzado a eliminarse subsidios
y algunos alimentos han salido de la cartilla de racionamiento.
Cuba
tuvo en 2009 un crecimiento económico de 1,4% -muy por debajo del 6%
proyectado-. El mandatario cubano explicó que el plan de inversiones
para 2010 pretende incrementar las exportaciones y sustituir las
importaciones, así como la producción de alimentos. De esta forma,
tendrán prioridad aquellas actividades que generen ingresos.
En
la misma reunión, el titular de Economía, Marino Murillo, presentó el
informe sobre economía nacional y presupuestos para 2010. Durante su
intervención, Murillo anunció que las exportaciones bajaron un 22%
respecto al año anterior, mientras que las importaciones descendieron
un 37,4%. Sin embargo, añadió, el salario promedio subió en Cuba 2,9%,
de 415 a 427 pesos cubanos (24 pesos equivalen a un dólar).
Pero
nadie de la familia de los Pérez cobra ese sueldo. Nayeli, que trabaja
de 9.00 a 17.00 horas, gana apenas unos 260 pesos cubanos (poco más de
siete euros mensuales). "Dicen que los maestros no producimos, ¿te
puedes creer?", apunta indignada. Con las clases particulares a seis
niños, Nayeli logra otros dos dólares más. "Es lo que pueden darme sus
familias, que tampoco ganan mucho".
Maestra
desde hace 20 años, Nayeli adora su trabajo. Uno de los días más
felices del año para ella es el Día del Maestro, que se celebra cada 22
de diciembre. "Los padres del barrio se portan muy bien conmigo. Me
regalan muchas cosas, hasta un par de zapatos. Hacen mucho esfuerzo
este día y yo lo agradezco inmensamente", señala emocionada. Este año,
su hijo de 10 años, que asiste a clase en el mismo colegio, ha
preparado un musical; otra de las niñas a las que da clases
particulares ha cantado para ella... Ese día, ella es la protagonista.
Es una mujer sencilla, volcada en su familia -sus dos hijos y su
marido-, que tiene una única aspiración: tener un sueldo digno para
darle a sus hijos cuanto necesiten.
"A los
niños les dan leche con la cartilla de racionamiento hasta que cumplen
siete años, como si después no necesitaran tomar leche. Ahí empieza el
problema, cuando tenemos que comprarla nosotros, que es muy cara. Y
pasa lo mismo con el aceite, una botella puede costar tres o cuatro
dólares, un tercio del salario de uno de nosotros", apunta Humberto, su
marido. Él es algo más ambicioso que su mujer. Tiene un hermano
viviendo en Estados Unidos y una hermana en México. A él también le
gustaría poder viajar a Norteamérica o a Europa y quedarse a trabajar
allí. Pero, por el momento, no lo ha logrado. "Tenía una carta de
invitación de Alemania para trabajar, y no me dejaron salir del país;
también me invitaron a ir a Estados Unidos, y tampoco tuve suerte", se
queja. Al igual que su mujer, su sueldo ronda los 260 pesos cubanos
mensuales, que gana como profesor de artes escénicas en el centro de la
ciudad.
Vivir con lo justo
Buenos trabajos, sueldos precarios
"No
es que yo me quiera ir de Cuba, pero no son buenos tiempos. Si , Cuba,
con dinero, sería el paraíso", anota entre risas. Y enumera: "En Cuba
tenemos muchas cosas buenas: tenemos seguridad, no como en otros
países; tenemos una educación envidiable; buenos médicos... Sólo
necesitamos más dinero y más libertades como la de poder viajar y la
libertad de expresión. Tampoco pedimos mucho". De la misma opinión es
Carlos, quien, sentado en las escalinatas del Capitolio, va más allá:
"Estamos muy bien educados como para que nos pidan que nos conformemos
con tan poco". Este cubano trabaja en un hospital coordinando una
terapia con música y danza para niños con síndrome de Down. Ha estado
viviendo en México y Estados Unidos, y regresó recientemente a Cuba.
"Aquí tenemos muy buenos trabajos, uno puede ser lo que quiera, pero
vivimos con lo justo o más. Y luego tenemos que andar detrás de algún
turista para ver si nos invita a una cerveza o nos suelta algún dólar",
explica.
La Noche es Joven
Juegos de dominó y ron
Detrás
del Capitolio, Jonhson, el hijo de Nayeli y Humberto, estrena su
primera bicicleta. Vive ajeno al debate que hay en las calles y a la
preocupación por la economía de la isla. Es el día más feliz de sus
diez años de vida. Y se nota. Empieza a anochecer en La Habana y
Humberto tiene que llevarlo a rastras a casa. Comienzan a llegar los
adultos del trabajo y la familia se reúne de nuevo en la vivienda.
Magali, de 33 años, se pasa ocho horas en la fábrica Partagas, haciendo
los puros que han hecho famosa a la isla. Su queja es la misma. "Lo que
yo vivo es una explotación. No gano lo que trabajo", señala, cansada,
al entrar por la puerta.
Los alumnos de
Nayeli siguen en casa. Los cinco niños juegan al dominó, al tiempo que
hacen competiciones sobre quién cuenta mejor en inglés. Poco a poco,
los menores van yéndose a casa y a dormir. Sin embargo, la noche es
joven para los adultos, que prefieren quedarse en la calle al fresco o
charlar alrededor de la mesa tomando ron antes que meterse en los
cubículos sin ventanas que tienen por habitación. Son tiempos difíciles
en Cuba, tiempos en los que apretarse el cinturón y la familia Pérez
sabe que no es momento para una vivienda ni a un salario mejor.
FAMILIA CUBANA . POR EL ASPECTO NO ES NI LA DE FIDEL NI LA DE RAÚL .
APRECIO EN SUS ROSTROS UNA SONRISA -TRISTE .
FUENTE O REFERENCIA :
http://www.deia.com/2009/12/26/mundo/cuba-se-aprieta-aun-mas-el-cinturon
REFLEXIÓN FINAL :
Vaya
paraiso Cuba , cuanta felicidad , viva el socialismo libertario .
Siempre se pueden emborrachar con ron para olvidar las penas antes de
irse a dormir ...
¿
Este es el modelo que defienden y quieren exportar al resto del mundo ?
. ¡ PUES VAN LISTOS ! ... PARA USTEDES , YO NO LO QUIERO ...