ASÍ REZA SU INSCRIPCIÓN :
"Reynando el Sr Dn Carlos IV se hizo esta obra Año 1790".
El pilar denominado Fuente Grande, en la Plaza Poeta Bernardo Martín
del Rey, en el centro de la población de Fondón, es una obra
verdaderamente notable, caracterizada por ser una fuente completamente
exenta, de corte clasicista, construida en piedra de conglomerado.
Presenta
dos frentes, correspondiéndose cada uno al consumo humano y animal. En
la parte delantera, que mira a la plaza, hay tres pilas o cubetas para
alojar los cántaros, sobre las que vierten sus aguas tres caños de
bronce con forma de cabeza de león. Encima de estos caños se sitúa una
lápida de mármol blanco con la siguiente leyenda: “Reynando el Sr Dn
Carlos IV se hizo esta obra Año 1790”. La parte posterior, mirando a la
Calle Almería, es de estructura similar, pero de menos ornamentación,
con dos caños que vierten sus aguas sobre un gran pilón abrevadero, y
al que desaguan las pilas de la parte delantera. El conjunto está
coronado por dos bolas sobre plintos, y en el centro una corona real
sobre el escudo de España, dando a la parte delantera, y en la trasera
una lápida, muy desgastada y casi ilegible, aludiendo a las autoridades
gubernantes en aquel momento y al modo de financiación de la obra.
La
Fuente Grande es uno de los dos pilares que el Concejo de Fondón
construyó en 1790 para sustituir a los dos aljibes que desde época
musulmana servían para abastecer de agua al pueblo, y que se
encontraban el llamado “Alto”, en el lugar que hoy ocupa el Mercado, y
el “Bajo”, al final de la calle Lavadero. A pesar de que todos los
años, según la documentación, se limpiaban estos aljibes, producían
muchos problemas de salud. El proyecto se justificaba también por la
moralidad, para acabar con citas y reuniones de parejas en los
apartados aljibes con la excusa de traer agua. Estos lamentos aparecen
en las actas capitulares de 1727, mucho antes de construir la fuente.
En la solicitud que se hizo al Consejo Real se acompañaron
certificaciones tanto del cura como del médico, para reforzar la
petición del Concejo.
El autor del proyecto fue el maestro
arquitecto Francisco Antonio Quintillán y Lois, miembro de la Real
Academia de Bellas Artes de San Fernando, y formado junto al gran
Ventura Rodríguez, y el proyecto incluía traer el agua directamente por
una cañería de cerca de 5.000 varas desde los manantiales de Sierra de
Gádor hasta los dos pilares que se construyeron, la Fuente Grande, en
la plaza principal, y la Fuente Chica, en la Placeta de la Cruz de las
Ánimas. También se construyó otro pilar en la Plaza Baja del anejo
Benecid, para mejorar su abastecimiento de agua para consumo doméstico.
La cuantía de la obra ascendió a más de 60.000 reales, y corrió a costa
del caudal de los Propios del Concejo. Las obras de los pilares de
Fondón fueron dirigidas por el alcalde Juan Gabriel del Moral, y por
Melchor de Moya, el de Benecid. El maestro alarife fue Antonio del
Corral, que trabajó con 5 peones. La piedra fue extraída por José
Valverde, miembro de una antigua familia de canteros de Fondón, y los
caños de la tubería los fabricó Antonio Alcalá, también con casa y
fábrica de alfarería en Fondón.
El proyecto fue autorizado el 17
de abril de 1790 por el intendente de Granada, y el 4 de mayo se
celebró el primer cabildo referente a la obra, que se puso pronto en
marcha. En el cabildo del 7 de septiembre se expuso que la obra iba con
retraso porque Antonio Alcalá no había entregado todavía la mitad de
los caños, y se le apremió para que lo hiciera en ese mes. Desde
entonces las obras se desarrollaron con regularidad y finalizaron a
comienzos de diciembre. Se construyeron también balsa y lavadero para
aprovechar el agua sobrante de las fuentes, así como se encauzó en
piedra los manantiales para asegurar mejor un agua limpia, y a lo largo
de la conducción se instalaron tres partidores reguladores.
El pilar
se inauguró el día 12 de diciembre de 1790, con una ceremonia
cívico-religiosa, “con general alegría y aplauso de ambos vecindarios,
cuyos naturales manifestaron mil expresiones de júbilo por haber
logrado el remedio de tantos males temporales y espirituales que se han
experimentado en este pueblo por el mal uso de las aguas potables de
los dos aljibes extramuros de la población”, según se recoge en la
documentación de la época.
Esta fuente vino a coronar una serie
de obras que durante el siglo XVIII se hicieron en Fondón y que le dio
prácticamente el mismo aspecto que vemos hoy día. Son de destacar el
pósito-ayuntamiento, que coincide su construcción con la fuente, un
magnífico grupo de casas y la reforma de la iglesia y su torre. La
misma plaza, por ejemplo, que empezó a planificarse a comienzos del
siglo XVII, es en la segunda mitad de este siglo XVIII cuando termina
de adoptar su configuración actual, después de sucesivas ampliaciones y
la construcción de las casas que la rodean.
Todas estas obras
son fruto de un aumento y acumulación de rentas agrícolas,
tradicionales, y de rentas mineras, que estaban empezando a sustituir a
las de la seda, muestra, en definitiva, de una mejora en el desarrollo
económico y de un aumento demográfico, en progresión desde inicios del
siglo XVIII, con un fuerte incremento en los años de construcción de
esta fuente, y que se mantendrá hasta la segunda mitad del XIX. En
1797, por ejemplo, el encargado del abastecimiento de carne expuso que
“puede suministrarla sólo a los vecinos, pero no a un crecido número de
personas que con el motivo de las muchas minas de alcohol que se
trabajan en la Sierra de Gádor, concurren a este pueblo a abastecerse
de todo lo necesario”. En los cien años que van desde 1750 a 1850,
Fondón duplicó su población, y cuando se construyó la fuente, se
acercaba a los 2.000 habitantes.
Los propios protagonistas de su
ejecución fueron conscientes de la importancia y manifiesta
monumentalidad de la obra que estaban realizando, y así lo plasmaron en
la documentación de la época.
Con ella pretendían terminar
con graves problemas sanitarios que les ocasionaba el abastecimiento de
agua de los aljibes, amen de los problemas de moralidad social que
producía tener los aguaderos a las afueras de la población.
Artísticamente, quisieron acudir a un académico de San Fernando, con
las garantías que daba, y que en aquellos años llevó adelante otras
obras en algunas importantes localidades de la comarca, como Berja y
Laujar de Andarax.
Es ejemplo de la acción de la Ilustración
del siglo XVIII, en este caso, de velar por la salud pública, y muestra
del desarrollo económico y demográfico del Fondón de aquellos años.
También
es el único ejemplo conocido de fuente exenta de estas dimensiones en
la comarca, y a esta originalidad hay que sumarle su característica
principal: la diferenciación en dos espacios del consumo humano y
animal.
Forma parte de un magnífico conjunto, la plaza Poeta
Bernardo Martín del Rey, que concentra la mayoría de los edificios
significativos de la localidad, y que conserva en gran medida la
arquitectura primitiva, dando un apreciable empaque y una calidad
paisajística apreciable, y que es el centro de encuentro de la
población.
Por otra parte, la historia de la construcción de
la Fuente Grande de Fondón nos aporta noticias interesantes sobre la
vida de algunos personajes de aquella época.
Es el caso del capitán
Juan Gabriel del Moral, uno de los alcaldes del concejo de aquel año, y
que se nos muestra como un magnífico gestor, ya que el presupuesto era
de una cuantía considerable para el Fondón de aquella época.
También
se nos presenta como un hombre influyente: no desperdició la
oportunidad de situar el nuevo pilar junto a su casa, dotando a su
entorno urbano de prestigio y de una manifiesta monumentalidad.
Igualmente con esta obra quedó reflejado algún aspecto de su mentalidad
y personalidad: aunque esta fuente es una obra plenamente de la
Ilustración, el capitán Del Moral organizó una ceremonia más propia de
la teatralidad del Barroco del siglo XVII, con bendición del pilar y
sus aguas y procesión con las imágenes de los santos patronos y de la
de su capilla familiar privada, que de los nuevos tiempos en los que
vivía.
Pero no todo fueron alegrías para el capitán Del Moral.
Una semana después de la inauguración de las fuentes, y cumpliendo un
acuerdo del cabildo, con un grupo de hombres procedió a destruir los
antiguos aljibes, no sin la oposición de algunos vecinos que veían en
esta empresa cierto peligro. Y no estaban equivocados.
La
pólvora destruyó los aljibes e hizo volar algunas piedras con tan mala
fortuna que cayeron en los corrales de la casa próxima de Francisco
Laureano Godoy, hiriendo en la cabeza y en una pierna a su criada,
quien dos meses después fallecía a consecuencia de las heridas. La
familia de la difunta y Godoy, quien además era tío de Del Moral,
pusieron sendos pleitos por homicidio contra el capitán. Sin duda hizo
mover sus influencias para salir indemne de este lamentable episodio.
Como
muestra de la valoración que se tiene en Fondón a su Fuente Grande está
la Medalla de oro de la Villa, de la que es figura de una de sus caras.
http://www.portalmeria.com/index.asp?s=1&id=5&c=0&tit=Fond%F3n
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