Estudio de Manos
Alberto Durero
AUTORRETRATO DE ALBERTO DURERO 1500
( 1471 - 1528 ) .
http://es.wikipedia.org/wiki/Alberto_Durero
ESTUDIO DE MANOS O MANOS ORANDO . ALBERTO DURERO .1508 .
CHITI
En el siglo XV, en una pequeña aldea cercana a Nüremberg, vivía
una familia con varios hijos. Para poner en aquella mesa pan para
todos, el padre trabajaba casi 18 horas diarias en las minas de carbón
y en cualquier otra cosa que se presentara.
Dos de sus hijos tenían un sueño: Querían dedicarse a la
pintura, pero sabían que su padre jamás podría enviar a ninguno de
ellos a la Academia. Después de muchas noches de conversaciones
calladas, los dos hermanos llegaron a un acuerdo. Lanzarían una moneda
y el perdedor trabajaría en las minas para pagar los estudios del
hermano que ganara. Al terminar los estudios, el ganador pagaría
entonces los estudios del que se quedaba en casa, con el dinero
procedente de la venta de sus obras. Así, los dos hermanos podrían ser
artistas.
Lanzaron la moneda un domingo al salir de la iglesia. Uno de
ellos, llamado Albretch Dürer, ganó y se fue a estudiar a Nüremberg.
Entonces el otro hermano, comenzó el peligroso trabajo en las
minas, donde permaneció durante cuatro años, pagando los estudios de su
hermano, que desde el primer momento causó sensación en la Academia.
Los grabados de Albretch, sus tallados y sus óleos, llegaron a ser
mucho mejores que los de muchos de sus profesores, y para el momento de
su graduación ya había comenzado a ganar considerables sumas con las
ventas de sus trabajos.
Cuando el joven artista regresó a su aldea, la familia se reunió
para celebrar una cena festiva en su honor. Al finalizar la memorable
velada, Albretch se puso de pie en su lugar de honor en la mesa y
propuso un brindis por su hermano querido que tanto se había
sacrificado por él para hacer sus estudios realidad. Y dijo: Ahora
hermano mío, es tu turno. Ahora ya puedes ir a Nüremberg a perseguir
tus sueños, que yo me haré cargo de todos tus gastos. Todos los ojos se
volvieron hacia el rincón de la mesa que ocupaba el hermano. Pero éste,
con el rostro empapado por las lágrimas, se puso de pie y dijo
suavemente: No, hermano, no puedo ir a Nüremberg. Es muy tarde para mí.
Estos cuatro años de trabajo han destruido mis manos. Cada hueso de mis
dedos se ha roto al menos una vez, y la artritis en mi mano derecha ha
avanzado tanto que hasta me ha costado trabajo levantar la copa durante
tu brindis. No podría trabajar con delicadas líneas el compás o el
pergamino, y no podría manejar la pluma ni el pincel. No, hermano, para
mí ya es tarde. Pero soy feliz de que mis manos deformes hayan servido
para que las tuyas hayan cumplido su sueño.
Más de 450 años han pasado desde ese día. Hoy, los grabados, los
óleos, las acuarelas, las tallas y demás obras de Albretch Dürer,
pueden ser vistos en los museos alrededor del mundo.
Una de las obras más conocida es la que dibujó para rendir
homenaje al sacrificio de su hermano: Sus manos maltratadas, con las
palmas unidas y los dedos apuntando al cielo. Llamó a esta poderosa
obra, simplemente, “Manos”. Pero el mundo entero abrió de inmediato su
corazón a su obra de arte y le puso por nombre “Manos que oran”.
No sé hasta qué punto es cierta esta historia
acerca de la vida del pintor. No obstante, me quedo con la moraleja o
el mensaje que transmite, que sí es cierto en otros muchos casos: el
logro de las cosas gracias al sacrificio de otras personas. Y esque
cuántas personas no hubieran logrado sus metas si no hubiera sido por
el sacrificio de sus seres queridos…
Sábado 10 de Noviembre de 2007