Decálogo para una reforma / César Vidal http://www.cesarvidal.com/index.php/CesarVidal/ver-blog/decalogo_para_una_reforma/
Hace apenas unas horas, el actual factotum
del PNV, Iñigo Urkullu se ha descolgado con la afirmación tajante de
que el actual sistema autonómico ha quebrado. Atribuye Urkullu esa
situación, de manera fundamental, al rechazo del plan Ibarreche y al
nuevo estatuto catalán y propone como medida para salir del atolladero
una segunda transición.
Sin que sirva de precedente, creo que no hay poco de verdad en
las afirmaciones de Urkullu. Efectivamente, la acción de los
nacionalistas vascos y de los nacionalistas y socialistas catalanes se
ha traducido en una quiebra, difícil de negar, del modelo
constitucional, modelo, dicho sea de paso, que adoptó el contenido
autonómico precisamente para contentar a los nacionalistas;
efectivamente, en esa quiebra han sido esenciales el plan Ibarreche y
el nuevo estatuto catalán y, efectivamente, esa quiebra exige, como
también indica Urkullu, un pacto que podría denominarse nueva
Transición. Sin embargo – y aquí temo discrepar con el peneuvista –ese
nuevo marco no puede reforzar las desigualdades en favor de los
privilegios más que abusivos conseguidos por los nacionalistas ni
reducir todavía más el papel del estado que se ha visto reducido a una
realidad residual que apenas puede hacer más que ridiculeces como el
Plan E. Si, por el contrario, lo que deseamos consolidar es un modelo
nacional y democrático al servicio no de los privilegios de unos
cuantos sino de ciudadanos libres e iguales deberíamos asumir un
decálogo de reforma similar al siguiente:
1. Suprimir tratos de favor fiscal como los conciertos vasco y navarro,
tributando por el mismo sistema todas las regiones españolas.
2. Suprimir el trato de favor de carácter legal a cualquier sector de
la población sea cual sea incluyendo lobbies y subvencionados al
servicio del poder político.
3. Devolver competencias al poder central en áreas como, por ejemplo,
la enseñanza, consagrándose el principio de que los padres podrán
educar a sus hijos en cualquier parte de España en la lengua oficial de
todos los españoles.
4. Situar el presupuesto en poder del gobierno nacional en no menos del
setenta por ciento de su cuantía de tal manera que pueda hacer frente a
los desafíos con que se enfrenta la nación y que se dificulte el empleo
del dinero del contribuyente en beneficio de las oligarquías locales.
5. Reformar el sistema electoral mediante listas abiertas que obliguen
a responder a los candidatos ante el pueblo y no ante las cúpulas de
los partidos.
6. Reformar el sistema electoral mediante listas únicas de carácter
nacional que otorguen a los partidos una representación proporcional a
sus votos.
7. Separación real de poderes con respeto escrupulosos a la independencia del poder judicial.
8. Liberalización de los medios de comunicación mediante la supresión
de la intervención del poder político en su concesión y actuación.
9. Limitación del endeudamiento nacional y de otras magnitudes macroeconómicas a lo establecido en los criterios de la UE .
10. Separación real de iglesia y estado impidiendo a éste la regulación
e intromisión en asuntos relacionados con las confesiones religiosas.
La asunción de un decálogo como éste permitiría anteponer la libertad y la igualdad de los ciudadanos a los privilegios y, de esa manera, el
sistema aún podría salvarse. De lo contrario, si continuamos con uno
que hasta los nacionalistas ven ya quebrado, sólo queda esperar a que
tenga lugar su extinción final.
http://www.libertaddigital.com/opinion/amando-de-miguel/
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