El documental, producido por BBC en 2007, muestra la terrible
situación en que vive Corea del Norte, y cómo este país se está
quedando internacionalmente aislado y con temor a una posible invasión
norteamericana al estilo de la producida en Irak.
Las existencia
de una crisis internacional en torno a regímenes con programas de armas
nucleares continúa, Corea del Norte uno de los países que George W.
Bush considera dentro del eje del mal, se encuentra entre las naciones
vistas por Occidente como de alto riesgo por poseer armas nucleares,
por ello los norcoreanos temen una invasión exterior que acabe con el
régimen actual y finalmente con su programa nuclear. Por otra parte,
existe en este país asiático una fuerte represión política, miles de
personas se encuentran encarceladas sin cargos, simplemente por
ideología política o por ser, ellos o sus familiares, contrarios al
régimen. Según el presidente Kim Jong il, hijo de Kim il Sung y jefe de
la única dinastía existente en la historia del comunismo, las ideas
contrarias de cualquier norcoreano a su política debe ser arrancada de
raíz. En este país existen campos secretos de prisioneros donde se
tiene a los allí secuestrados en condiciones extremas, sometiéndoles a
trabajos forzados y comida racionada. Aquellos que intentan escapar
deben ser ejecutados en público. Esta Corea del Norte, donde los
derechos humanos se violan a diario, no es la que sus gobernantes
quieren mostrar al mundo, es otra muy distinta.
Dentro del
programa del gobierno norcoreano para buscar "amigos" internacionales
que suministren propaganda e información beneficiosa a los Estados
Unidos, se invitó a filmar a la BBC en la capital, Pyongyang, una
ciudad donde la élite norcoreana disfruta de una confortable
existencia. Mientras, el país sigue negando el acceso a Amnistía
Internacional y al Gobierno británico para inspeccionar sus prisiones,
acceso pedido también por BBC y denegado. El equipo de BBC que entró a
grabar allí estuvo constantemente acompañado y escrupulosamente
vigilado.
Durante la grabación e investigación llevada a cabo
por el programa, se descubrieron evidencias de un dato escalofriante:
el país podría estar probando nuevas armas químicas sobre mujeres y
niños. La reportera, Olenka Frenkiel que conduce el documental, logró
recoger el testimonio de personas que estuvieron secuestrados en campos
de prisioneros y que lograron escapar a Corea del Sur o a los EE.UU. El
documental cuenta también con las estremecedoras declaraciones de Kwon
Hyok, un antiguo oficial de inteligencia del ejercito norcoreano, que
además fue el guarda principal en uno de los campos de prisioneros. Por
primera vez ante una cámara se describe el uso de cámaras de gas de
cristal, construidas para utilizar con humanos, Kwon Hyok dice que fue
testigo de cómo hombres, mujeres y niños eran forzados a respirar
componentes químicos envenenados hasta que murieron mientras
científicos del Gobierno observaban sus reacciones. Los testimonios más
reveladores sólo pudieron recogerse de personas que vivían fuera de las
fronteras norcoreanas, dentro reina la ley del silencio.