Durante cientos de años los mayas desarrollaron una extraordinaria civilización en las selvas de México y América Central.
En sus sofisticados centros urbanos, como Tikal o Palenque,
levantaron palacios, pirámides y observatorios astronómicos que nos
muestran una arquitectura compleja y reveladora de su avanzado sistema
cultural.
Sin embargo, por razones oscuras, hacia el siglo IX los centros
mayas entraron en una larga decadencia y la selva volvió a recobrar sus
dominios naturales. ¿Qué descomunal cataclismo pudo terminar con sus
ciudades estado? ¿Fue una revolución interna o un desastre de la
Naturaleza?
La civilización Maya, que fue cuna de grandes astrónomos, pudo haber
sucumbido en parte por culpa del Sol, ya que se han descubierto en la
Peninsula del Yucatán periodos de sequía de hasta 200 años relacionados
con el brillo del astro.
Los Mayas, una de las civilizaciones más desarrolladas de occidente,
comenzaron a construir grandes ciudades y pirámides en América Central
hacia el siglo dos después de Jesucristo, pero en el siglo noveno su
fulgor comenzó a decaer.
Científicos de la Universidad de Florida han estudiado los sedimentos
del lago Chichancanab, situado en el centro norte de la Peninsula del
Yucatán, en México, y han comprobado que las capas de sulfato cálcico,
que aumentan en los períodos de sequía, se han ido depositando en el
fondo del lago de un modo peculiar.
La peculiaridad radica, según David Hodell, profesor de geología de
la Universidad de Florida, en el ciclo de 208 años en el que los
sedimentos calcáreos se han ido depositando, porque son casi idénticos
a otros ciclos ya conocidos de 206 años en la intensidad solar.
Los científicos, que en 1995 ya establecieron una cierta relación
entre los períodos de sequía y la actividad del sol, han comprobado
ahora que el ciclo solar descubierto coincide con el inicio del declive
de la civilización maya.
Tikal, Copan, Palenque, Bonampak y Río Bec, entre otras grandes
ciudades, fueron algunos de los centros de esplendor del período maya
clásico, que en su apogeo llegó a contar con 40 grandes ciudades y
cerca de dos millones de pobladores cuya subsistencia se basaba en el
cultivo del maíz.
El sur de México, Guatemala y el norte de Belize conforman el
territorio sobre el que se desarrolló esta cultura que, pese a su
declive en el siglo noveno, siguió manteniendo en Chichén Itza y
Mayapán una notable presencia.
«Parece que los cambios en la emisión de la energía solar tuvieron
un efecto directo en el clima del Yucatán y provocaron la recurrencia
de los períodos de sequía», ha señalado Hodell en un artículo que
recoge la prestigiosa revista Science.
La decadencia maya
En opinión del científico, «esto pudo haber influido en cómo evolucionó la civilización maya».
David Hodell reconoce que la energía recibida del sol en sus
momentos de mayor intensidad aumenta muy poco, por lo que considera que
algún mecanismo en el clima pudo haber amplificado sus efectos en el
Yucatán.
Aunque los arqueólogos han demostrado que los Mayas fueron grandes
conocedores de la astronomía y capaces de medir los movimientos de
astros como el Sol, la Luna y muchos de los planetas —adoraban
especialmente a Venus—, Hodell considera que no llegaron a intuir el
ciclo de 208 años de sequía que guardaba relación con el sol.
El lago Chichancanab es un lugar muy apropiado para estudiar los períodos de sequía, porque está saturado de sulfato cálcico.
Cada vez que el agua del lago se evapora, el sulfato cálcico se
precipita en el fondo, donde se acumula en capas sucesivas por períodos
de estaciones o años.
«Los sedimentos, por tanto, —asegura el científico de la Universidad
de Florida— representan períodos de sequía» y se han ido depositando en
el lecho del lago como las capas de un pastel.
Los períodos de sequía corresponden con el momento en que las
evidencias arqueológicas señalan que comenzó a decaer la cultura Maya,
incluido el colapso que sufrió hacia el año 900 de nuestra era.
Esas evidencias, según mencionan los investigadores, incluyen el
abandono de las ciudades y la ralentización en la construcción de
grandes edificios o en las actividades de excavación de piedra.
Un aspecto que pudo haber influido además en la decadencia de los
Mayas durante este largo período de sequía es el hecho de que no
existían otras culturas cercanas que hubieran podido acudir en su
ayuda. Ni siquiera los aztecas habían llegado al centro del actual
México.
Cuando los españoles llegaron en 1519 a lo que hoy es México,
encontraron innumerables libros escritos por los mayas. Sin embargo,
descifrar su complejo sistema de escritura, basado en jeroglíficos, se
convirtió en una de las aventuras intelectuales más apasionantes para
cientos de historiadores. La filmación de este documental, que presenta
impresionantes tomas de los templos y el arte mayas, tardó muchos años
en completarse y culmina con el fascinante recuento del ingenioso
método de comunicación de la que fuera una gloriosa civilización
antigua.
La civilización maya se extendió por el sur de
Yucatán, parte de Guatemala y Honduras. entre los siglos III y XV.
Los mayas no constituían un estado unificado, sino que se organizaban en varias
ciudades-estado independientes entre si que controlaban un territorio más o menos amplio.
Tampoco hablaban una única lengua.
Las construcciones mayas se hicieron de madera y piedra
básicamente. Entre las maderas se prefirieron la coba y el zapote, por ser muy
resistentes a los ataques de las termitas. Entre las piedras se usaron caliza, arenisca,
mármol, etc.
Realizaron todo tipo de construcciones: palacios rectangulares y alargados, templos,
juegos de pelota, calzadas (sacbeob) que unían las ciudades principales, fortificaciones,
baños de vapor (temazcal).
Se conservan importantes pirámides escalonadas en piedra. En lo alto de éstas se
colocaba el templo. Estaban decoradas con pinturas de una variada gama de colores, y
relieves. Algunos de estos son inscripciones de la escritura jeroglífica maya, aun no
descifrada completamente. Las construcciones más importantes de esta época fueron
Copán, Quiriguá, Piedras Negras, Palenque y Tikal.
Los mayas desarrollaron el sistema de escritura más
completo de todos los pueblos indígenas americanos. Con él escribieron todo tipo de
textos: de medicina, de botánica, de historia, de matemáticas, de astronomía...
Se conservan, además de las inscripciones, algunos códices:
El Códice de Dresde: escrito en el siglo XIII.Contiene un
tratado de adivinación y de astronomía.
El Códice de París: posiblemente del siglo XIII.
Contiene profecías y adivinaciones.
El Códice de Madrid: Contiene horóscopos y almanaques.
El Códice Grolier: Muy mal conservado. Contiene un
calendario completo.
Desarrollaron un calendario muy preciso, con un año de
365 días. El año solar (haab) tenía 18 meses de 20 días cada uno y otro más de sólo
cinco días. Los nombres de los meses eran: Pop, Uo, Zip, Zotz, Tzec, Xul, Yaxkin, Mol,
Chen, Yax, Zac, Ceh, Mac, Kankin, Moan, Pax, Kayab, Cumbu y Uayeb.
Utilizaban un sistema de numeración vigesimal
posicional. También tenían un signo para representar el cero, y así poder realizar
operaciones matemáticas complejas.
El punto tiene un valor numérico de 1 y la raya de 5. Así podían contar hasta 19. Para
hacer números mayores (igual que nosotros para hacer números mayores de 9) tenían que
colocar esos signos en determinadas posiciones. Al ser un sistema vigesimal, o sea, que
considera el 20 como unidad básica para la cuenta, cada espacio que se avanza en el
número representa 20 veces más que el espacio anterior. Esto se entiende mejor si lo
comparamos con el sistema que usamos nosotros.
El nuestro es un sistema decimal, o sea, que nuestra únidad básica de cuenta es el 10.
Tenemos, por tanto, signos numéricos para contar del hasta 9. Si queremos contar más
allá necesitamos jugar con las posiciones y colocar al menos dos signos numéricos, uno
en primera posición y otro en segunda. La primera posición son las unidades y la
segunda, como es un sistema decimal, representa 10 veces más que la primera, esto es las
decenas. Así veinticinco nosotros lo escribimos 25 5 de unidades más 2 de unidades por
10 (2x10=20).
Un maya haría lo siguiente. € ______ La raya ocupa la primera posición, que son
unidades, y por tanto es 5. El punto ocupa la segunda posición que significa 20 veces
más de las unidades. Por tanto un punto en segunda posición vale 20 (y dos puntos
valdrían 40).
La elite social la constituían los sacerdotes y los
nobles, que residían en la ciudad (que era también el centro religioso). Los campesinos
vivían en las zonas rurales cercanas a la ciudad.La base de la economía era la
agricultura y frecuentemente se desbrozaban trozos de selva para realizar nuevos cultivos.
Los principales fueron el maíz, el algodón y el cacao.Este último tuvo tanta
importancia que llegó a ser utilizado como moneda.
Existía la esclavitud. Se supone que esos esclavos serían la mano de obra para la
construcción de las pirámides colosales, pero ayudados por los campesinos. También
debieron existir grupos de artesanos especializados.
El principal espectáculo de los mayas era un juego de
pelota, parecido al fúlbol. Según algunos investigadores, los
jugadores eran los prisioneros de guerra y se decapitaba a los que perdían. Pero en
realidad era más que un simple juego. Era un ceremonial religioso que representaba el
paso de los astros y el sol (representado por la pelota), que es fuente de vida.
Los mayas creían que antes de existir nuestro mundo
habían existido otros, pero que estos habían sido destruidos por diferentes
catástrofes.El universo tenía tres partes: el cielo, la tierra y el inframundo. El cielo
tenía 13 capas (la última de ellas en contacto con la tierra) y cada una gobernada por
uno de los Oxalahuntikú. El dios Itzamná, a quien se representaba con forma de reptil o
iguana, regía el Cielo en su conjunto. El inframundo estaba debajo de la tierra, y estaba
dividido en 9 capas. Cada una de estas capas era gobernada por uno de los Bolontiku o
Señores de la Noche.
Había además otros dioses
que actuaban sobre las cosas cotidianas: el maíz, la miel, los mercados, etc.
El diario Yucatán (México)
ha puesto en red algunas páginas sobre la cultura maya. En ellas también se nos da a
conocer la política actual para
preservar los restos arqueológicos y fomentar el turismo cultural en la zona: http://www.yucatan.com.mx/mayas/mapamay.htm
El Museo de las Culturas
Prehispánicas (Puente Vallarte, Jalisco, México) y la Universidad de Guadalajara
(México) nos permiten realizar una visita virtual por las salas del
museo.http://mexplaza.udg.mx/Museo/ Es muy interesante la visita a las salas sobre las
culturas mesoamericanas http://mexplaza.udg.mx/Museo/Vistas/vista5.html.
El procedimiento para la visita virtual es muy sencillo. Para ir de una sala a otra no hay
mas que pulsar en las flechas correspondientes. Para ver el contenido una sala hay que
pulsar sobre las vitrinas o paneles de la vista general de la sala que estamos visitando.
Las páginas de la Universidad de Campeche (http://www.uacam.mx/campeche/maya/maya.htm)
tienen secciones dedicadas a explicar los restos arqueológicos de esa zona, algunas
leyendas, la sociedad y algunas palabras del vocabulario maya.
Científicos utilizan satélites espaciales para desentrañar uno de los grandes misterios del mundo antiguo.
Noviembre 15, 2004: Donde
hoy existen las selvas tropicales de Guatemala, una gran civilización
floreció hace muchos años. La gente de la sociedad Maya construyó
grandes ciudades, templos suntuosos y pirámides elevadas. En su
esplendor, alrededor del año 900 D.C., la población se estimaba en unas
200 personas por km cuadrado en las áreas rurales, y más de 800
personas por km cuadrado en las ciudades -- comparable al moderno
Condado de Los Ángeles.
Este vibrante "Periodo Clásico" de la civilización Maya prosperó por seis siglos. Entonces, por alguna razón, se derrumbó.
Derecha: Ruinas Mayas en Guatemala. Imagen: Tom Sever.
Por mucho tiempo, la caída de los Mayas ha sido uno de los grandes
misterios del mundo antiguo. Es, sin embargo, algo más que una
curiosidad histórica. A la vista de las ruinas Mayas, en la región de
Petén, en Guatemala, cerca de la frontera con México, la población se
está incrementando de nuevo, y está talando la selva tropical para
convertirla en tierra de cultivo.
"Estudiando
qué fue lo que los Mayas hicieron bien y qué hicieron mal, tal vez
podamos ayudar a los habitantes locales a encontrar formas eficientes
de cultivar la tierra, sin llegar a los excesos que condenaron a los
Mayas" dice Tom Sever del Centro Marshall de Vuelos Espaciales (MSFC).
Sever, el único arqueólogo de la NASA, ha estado utilizando
satélites para analizar las ruinas Mayas. Al combinar esa información
con descubrimientos convencionales arqueológicos de las excavaciones,
Sever y otros han logrado descifrar gran parte de lo que realmente
ocurrió:
Por el polen atrapado en antiguas capas de sedimento del lago, los
científicos se han enterado de que hace aproximadamente 1200 años,
justo antes de la caída de la civilización, el polen de los árboles
desapareció casi por completo y fue reemplazado por polen de maleza. En
otras palabras, la región se encontraba deforestada casi en su
totalidad.
Sin
los árboles, la erosión habría empeorado, llevándose la capa de suelo
fértil. La cambiante superficie habría aumentado la temperatura de la
región hasta en 6 grados, de acuerdo con simulaciones por computador
efectuadas por el científico del clima Bob Oglesby de la NASA, colega
de Sever en el MSFC. Esas temperaturas más cálidas habrían secado la
tierra, haciéndola aún menos propicia para cultivos.
Izquierda: Tom Sever, arqueólogo de la NASA. [Más información]
El incremento en las temperaturas también habría desestabilizado los
patrones de precipitación pluvial, dice Oglesby. Durante la temporada
seca en el Petén, el agua escasea, y el agua subterránea está demasiado
profunda (+150 metros) como para perforar pozos. Morir de sed es una
amenaza real. Para sobrevivir, los Mayas debieron recurrir a agua de
lluvia almacenada en estanques, de tal manera que una alteración en las
lluvias habría tenido consecuencias fatales.
(Estudios recientes demuestran que están ocurriendo cambios en la
formación de nubes y en las lluvias sobre partes deforestadas de
América Central. ¿Se repite la historia?)
Usando técnicas clásicas de arqueología, los investigadores han
descubierto que los huesos humanos de las últimas décadas, anteriores
al colapso de la civilización, muestran signos de una desnutrición
severa.
"Los
arqueólogos solían debatir acerca de si el derrumbe de los Mayas se
debió a sequía, guerra o enfermedad, o a un número de otras
posibilidades tales como la inestabilidad política", comenta Sever.
"Ahora creemos que todos estos factores estuvieron implicados, pero
eran solamente los síntomas. La causa principal fue una escasez crónica
de alimento y agua, debido a cierta combinación de la sequía natural y
la deforestación ocasionada por los seres humanos".
Derecha: Agricultura de tala y quema en Petén, Guatemala, fotografiada por Daniel Irwin.
En la actualidad, la selva tropical está cayendo otra vez bajo el
hacha. En los últimos 40 años, se ha destruido casi la mitad de la
selva, cortada por los granjeros que practican la agricultura de "tala
y quema": se derriba una parte de la selva y se quema para exponer el
suelo con el fin de sembrar cultivos. Es la ceniza la que le da
fertilidad al suelo, de tal manera que en un plazo de 3 a 5 años el
suelo se agota, obligando al granjero a seguir avanzando, derribando
una nueva sección. Este ciclo se repite indefinidamente... o hasta que
la selva se termine. Si continúan los índices actuales de destrucción,
para el 2020, solo quedará del 2% al 16% de la selva tropical original.
Al parecer, la gente moderna está repitiendo algunos de los errores
de los Mayas. Pero Sever cree que se puede evitar el desastre si los
investigadores logran descubrir lo que los Mayas hicieron
correctamente. ¿Cómo pudieron prosperar por tantos siglos? Una pista
importante llega desde el espacio:
Sever y su colaborador Dan Irwin han observado fotos satelitales y,
en ellas, Sever localizó indicios de antiguos canales de drenaje y
riego en áreas semi-pantanosas cerca de las ruinas Mayas. Los
residentes actuales hacen poco uso de estos pantanos de baja altitud (a
los que ellos llaman "bajos"), y por mucho tiempo, los
arqueólogos dieron por hecho que los Mayas tampoco los habían
aprovechado. Durante la temporada de lluvias de junio a diciembre, los bajos son muy fangosos, y en la temporada seca se deshidratan. Ninguna de las dos condiciones es buena para cultivos.
Abajo: Imagen del satélite IKONOS que revela rasgos lineales que pudieron haber sido canales de riego. Imagen cortesía de: NASA/MSFC. [Más información]
Sever supone que estos canales antiguos fueron parte de un sistema diseñado por los Mayas para dirigir el agua hacia los bajos de modo que pudieran cultivar esta tierra. Los bajos
cubren el 40% del paisaje; la utilización de esta inmensa área de
tierra para la agricultura habría dado a los Mayas un mayor y más
estable suministro de alimentos. Habrían podido cultivar la región
montañosa durante la temporada lluviosa y los bajos durante la temporada seca. Además habrían podido cultivar los bajos año tras año, en lugar de derribar y quemar nuevas secciones de selva tropical.
¿Pueden los actuales granjeros de Petén aprender una lección de los Mayas y sembrar sus semillas en los bajos?
Es una idea inquietante. Sever y sus colegas están estudiando esta
posibilidad con el Ministro de Agricultura de Guatemala. Colaboran con
Pat Culbert de la Universidad de Arizona y Vilma Fialko del Instituto
de Antropología e Historia de Guatemala para identificar áreas en los bajos
con suelo apropiado. Entre sus planes está el plantar cosechas de
prueba en esas áreas, con canales de riego y drenaje inspirados por los
Mayas.
Un mensaje del año 900 A.C.: nunca es demasiado tarde para aprender de nuestros antepasados.