Los monjes austríacos de la Abadía de Santa Cruz son miembros de
una congregación religiosa de 900 años de historia y, desde que
lanzaron su primer disco, "Chant. Music for paradise", también son
estrellas del pop interpretando cantos gregorianos con los que
"encontrar la esencia de la vida". Ahora
compiten en las listas musicales de su país y las del potente mercado
británico con Amy Winehouse y Madonna, un cambio radical que ocurrió
"por providencia divina", aseguró a EFE el padre Karl Wallner, uno de
los monjes cistercienses protagonistas de este álbum, encargado de la
página web y de la promoción de este disco.