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De: IGNACIOAL (Mensaje original) |
Enviado: 27/02/2010 21:23 |
Marxismo: Experimento fracasado
Es inconcebible que haya quienes están dispuestos a repetir una falla comprobada ...
MIGUEL VALLE GUZMÁN
El movimiento cultural conocido como “La Ilustración”,
que extendió en el mundo occidental a partir de la Revolución Francesa,
sostenía que la sociedad podía autoorganizarse al margen de toda
instancia trascendente y controlar al ser humano en general, para
alcanzar la perfección humana universal, creando un nuevo Adán, libre
de todas las deficiencias y carencias que hasta ese momento habían
afligido al hombre.
Aunque rechazaba los credos confesionales, su
aspiración, en el fondo constituía una doctrina religiosa, pues su meta
era, nada menos, que establecer el reino de Dios en este mundo y crear
el “Hombre Nuevo”. Durante más de 100 años, el credo secular más
representativo de esta corriente, fue el marxismo, el cual contó, a
fines del siglo XIX y en la primera mitad del siglo XX, con la simpatía
de muchos “intelectuales” de todo el mundo.
Según Marx, el capitalismo industrial conducía
paulatinamente a la concentración de la riqueza en menos manos, en
tanto que el proletariado, se multiplicaba y empobrecía cada día más,
hasta el día en que el sistema –que Marx visualizaba como una pirámide
invertida– se derrumbaría por su propio peso y los pocos capitalistas
que quedarían en el mundo, serían barridos por los oprimidos
proletarios, quienes “no tenían nada que perder sino sus cadenas”. Hoy
sabemos, a ciencia cierta, que Marx fue un falso profeta, pues ocurrió
exactamente lo contrario de lo que él predijo.
Casta de burócratas. Como sistema económico el
comunismo fracasó, pues en vez de la perseguida igualdad económica,
creó una casta de burócratas opresores que gozaban de escandalosos
privilegios: la nomenklatura. La anunciada abolición del Estado y de
todas las medidas de coerción, como consecuencia de la desaparición de
las clases sociales, también se vio desvirtuada, pues una vez
consolidada la revolución bolchevique, el nuevo Estado soviético, en
vez de dar señales de debilitamiento extintivo, sacó a relucir garras
más afiladas y crueles que las del águila americana y el león británico
juntos. Pero en donde el fracaso del marxismo resultó aun mayor, fue en
su tentativa de crear al “Hombre Nuevo” con el que soñaba su fundador.
En todos los países que lo han adoptado como fundamento
de su organización política, el marxismo en vez del “Hombre Nuevo”, lo
único que ha logrado es sacar a la luz, revitalizado, todo lo peor del
“Viejo Adán”: corrupción, codicia, ambición de poder, envidia y
desconfianza mutuas, atropello a los derechos fundamentales del ser
humano, tiranía, mentiras, robo, sangrientas purgas, campos de
concentración y sobre todo cinismo.
Hoy, ningún economista serio defiende la tesis de las
“inevitables contradicciones del capitalismo” y de la “alineación y
pauperización progresiva del proletariado”, que fueron dogmas
intangibles del credo comunista hasta la primera mitad del siglo XX.
¿Qué fue entonces lo que dio al traste con tan decantados principios?
Hoy sabemos la respuesta: La Revolución de la Productividad, que se
inició con el advenimiento de la tecnología, a comienzos del siglo
XVIII y se consolidó en los siglos XIX y XX.
El conocimiento, tradicionalmente enfocado a estudiar
las leyes eternas de la Naturaleza, sufrió una mutación con el
advenimiento de la tecnología, que aplicó el conocimiento sistemático a
la producción de bienes y servicios. En toda Europa surgieron
institutos politécnicos, y aparecieron las máquinas que multiplicaban
la producción, hasta ese momento, en manos del obrero artesanal. Ya no
se trataba tanto de “estudiar” al mundo, sino de transformarlo, como el
mismo Marx acertadamente lo puntualizaba.
Cosa del pasado. Tan drástica transformación
produjo, desde luego, tensiones y conflictos sociales y aunque
indudablemente las condiciones del obrero de fábrica a comienzos de la
Revolución Industrial fueron en extremo duras, eran mejores que las que
imperaban en la estática, tiránica y hambrienta sociedad rural de la
época. De no haber sido así, no se explica cómo se produjo una masiva
inmigración del campo a los centros urbanos. En todo caso, las
explotaciones al trabajador en los países altamente industrializados,
son cosa del pasado, y actualmente estos mismos países muestran los más
altos ingresos “per cápita” del mundo.
Si Marx pudiera volver a este mundo, comprobaría que el
principal problema de los obreros, en países desarrollados, no es cómo
romper la ley de bronce de los salarios, sino cómo encontrar sitio para
estacionar sus autos.
Ante los fracasos del marxismo, en todos los
países que en algún momento han adoptado sus principios y los
resultados obtenidos por los países que han escogido la libertad, la
economía de mercado y la tecnificación de sus mecanismos de producción,
es difícil entender cómo hay gobiernos y pueblos enteros que, a estas
alturas, estén dispuestos a realizar, una vez más, el experimento
fracasado.
http://wvw.nacion.com/ln_ee/2007/noviembre/13/opinion1313784.html MARXISMO : EXPERIMENTO FRACASADO .
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El Fracaso del Socialismo
![http://www.lacasadelarcerojo.es/wp-content/uploads/2009/12/socialismo.jpg](http://www.lacasadelarcerojo.es/wp-content/uploads/2009/12/socialismo.jpg)
La Revolución Rusa que
dio origen al socialismo impuesto por el Estado, duró apenas 70 años,
fue el sistema político-económico más corto de la historia de la
humanidad. El agrario se prolongó por miles de años pero fue
terriblemente ineficiente, el mercantilismo estuvo en vigencia tres
siglos, pero fracasó por favorecer a un limitado grupo de personas y el capitalismo tiene más de 200 años y va para largo. Sorprendentemente Marx y Engels, escritor y editor, respectivamente, de la obra El Capital,
donde se critica a los liberales ingleses Smith, Ricardo, Mill y al
estadounidense Franklin, ignoraron lo que había sucedido en la historia
medieval inglesa, cuando los reyes reconocieron que las tierras
comunitarias no alentaban la producción y optaron por asignarlas
individualmente a sus súbditos para que las trabajen. La propiedad privada se convirtió en uno de los cimientos del desarrollo económico inglés.
El socialismo, nacido
de una transformación sangrienta que coarta las libertades individuales
y crea una estructura estatal centralista, ordenando a los ciudadanos
lo que tienen que hacer, está condenado al rotundo fracaso como
efectivamente sucedió y sucederá. El socialismo soviético fracasó
porque por definición era un sistema que no premia al emprendedor,
aquel individuo que crea bienes y servicios que antes no existían, y
que es capaz de identificar las necesidades insatisfechas de los
consumidores. No puede existir creatividad e innovación en las
sociedades socialistas, lo que explica la ausencia de inventos.
Los socialistas de la actualidad, que
tanto se llenan la boca atacando la globalización se olvidan que el
Politburo soviético, pretendió globalizar el nefasto sistema a todos
los continentes; lo intentó en Europa, África, Asia y América. En todas
las regiones creó miseria; ejemplos sobran: China, Corea del Norte,
India, Alemania Oriental, Angola, Congo, etc.
La magnitud
de la tragedia se conoció después de la caída del muro de Berlín, como
revelan las cifras macroeconómicas durante los regímenes socialistas. Chávez también pretende globalizar el socialismo y se repetirá la historia.
El editor de la influyente revista Forbes, cuyo lema es “herramienta del capitalismo”, cuando en 1989 celebraba un año más de aniversario, escribió lo siguiente: “Nacimos
en los años del inicio del socialismo, éste acaba de morir, mientras
nuestra revista se lee más que nunca en todos los continentes”. La escasa vida del mencionado sistema y el éxito de la revista, se deben a que esta última permanentemente difunde ideas, conocimientos, innovaciones, tecnología, apoya la propiedad intelectual y todo lo que se necesita para generar riqueza, mientras que el socialismo,
se basa en ocultar el conocimiento, eliminar las iniciativas de la
gente y al hacerlo, lejos de crear riqueza, limita el crecimiento
económico.
La característica de la economía planificada soviética fue escasez con hiperinflación, se dio en todas las repúblicas, pequeñas, medianas y grandes de Europa Oriental. La propia Rusia, durante los últimos años de gobiernos socialistas, tuvo que importar enormes cantidades de granos de Estados Unidos, por el consistente fracaso de las cosechas de trigo y demás cereales. Cuando surgió el Glasnost (liberalización de la información) y Perestroika (reformas económicas), cada república buscó su futuro sobre estrategias comunes:
1-Terminar con la intromisión del Estado en el sector privado.
2-Acabar con las tierras comunitarias, liberalizar la economía .
3-Apoyar la libertad económica y establecer el imperio de la ley e institucionalidad.
En unos países las transformaciones fueron casi inmediatas, en otros, más lentas, pero la mayoría comenzó a transitar por el camino hacia la prosperidad, a través del irrestricto apoyo al sector privado. Se dedicaron a exportar, dar la bienvenida a la inversión extranjera y aplicar demás políticas de libremercado. Casi todas las anteriores repúblicas soviéticas se encuentran mejor ubicadas que las latinoamericanas, en el ranking mundial de libertad económica que mide las siguientes libertades:
Negocio, fiscal, comercio, gobierno, monetaria, inversión, financiera, etc. Entre los primeros países en enterrar el socialismo estuvieron Estonia y demás naciones bálticas. Actualmente son economías pujantes con elevado nivel de
vida. El ingreso por habitante de Estonia es 9,100dólares. En
la propia Europa Occidental se aprecian las diferencias entre los
países socialistas y los que siguen las políticas de libremercado. Inglaterra, cuna del capitalismo, para fines del sigloXIX, tomó la equivocada decisión de dejarlo atrás y optó
por adoptar políticas socialistas durante las primeras trescuartas
partes del siglo XX, tiempos en el que se estatizaron y nacionalizaron
empresas. La libra esterlina, que había sido la moneda más fuerte del mundo, se convirtió en una de las monedas más débiles de Europa. Por el mal manejo de la economía, el FMI frecuentemente tenía que intervenir. Para mediados de los setenta, el tamaño de la economía inglesa equivalía a 75% de la francesa. Con la elección de Margaret Thatcher,
como primer ministro, se inició un largo proceso de liberalización del
la economía. Actualmente el producto interno bruto de Inglaterra es
100,000 millones de dólares más grande que el de Francia y el ingreso
por habitante 4,000 dólares superior.
Margaret Thatcher
Este último país, sigue imponiendo políticas socialistas, tiene elevado desempleo y mantiene la economía estancada. Semanas atrás perdió el socialismo en Suecia, los ciudadanos terminaron dándose cuenta de que el Estado había crecido desproporcionadamente y el famoso“Modelo Sueco”que
frecuentemente era puesto de ejemplo, requería desesperadamente
revisarse. El nuevo gobierno reducirá la participación del Estado en la
economía, privatizará empresas del sector público y terminará con la
generosidad del Estado que se encargaba de los ciudadanos desde la cuna
hasta la tumba, eliminando así la iniciativa privada, indispensable
para el progreso humano.
JAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJA Guillermo Arosemena Arosemena
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EL MARXISMO HA MUERTO Y NO SE HA ENTERADO TODAVÍA
![http://miboina.files.wordpress.com/2008/10/marx_engels_lenin.jpg](http://miboina.files.wordpress.com/2008/10/marx_engels_lenin.jpg)
Es completamente humano el tratar de perseverar en una ideología
cualquiera, sean cual sean los cambios que ocurran en la realidad y eso
lo digo por experiencia propia, porque creí en el marxismo y a pesar de
constatar en Cuba de primera mano el fracaso del sistema, todavía
esperaba que el milagro de la "perestroika" y la "glassnot" lo salvaran
en el mundo.
Pero me parece un poco absurdo para quienes profesamos una
filosofía que se jactaba de ser científica, echar por la borda el hecho
innegable del fracaso del sistema, repetido en más de una docena de
países que emprendieron el experimento social propugnado por dicha
filosofía "científica". Sobre todo si recordamos que Marx mismo en las
tesis sobre Feuerbach dice que la verdad o no verdad de una proposición
es ante todo un problema práctico, que es en la práctica donde el
hombre debe demostrar la verdad, la realidad, y la terrenalidad de su
pensamiento.
Todo filósofo o sociólogo tiene que decirse a sí mismo, que un
fracaso o dos pueden ser sólo hechos casuísticos, pero un número mayor
hace pensar que hay un principio erróneo en la base ideológica que
animaba esos experimentos, o que hay una ley o principio que desconocía
esa base.
Aún profesando esa filosofía, creí descubrir un principio o ley no
tenido en cuenta por la doctrina marxista, y que luego de la caída del
sistema socialista mundial creí absolutamente comprobado.
Ese principio lo llamo principio o ley piramidal y establece que en
todo sistema sea social, biológico o físico, existen fuerzas de
atracción y repulsión que tienden a estructurarse piramidalmente en
niveles de relaciones, con una cúspide que ejerce una fuerza de
integración sobre el resto que funge como base del sistema, en la que
radican las fuerzas de desintegración.
Si tenemos, por ejemplo, una secta religiosa dada, la cúspide del
sistema radicará en el gurú del grupo y sus ayudantes, que ejercen una
fuerza para mantener el grupo cohesionado, y en la base se hallan los
creyentes o seguidores del líder, quienes si por cualquier razón se van
desencantando del mismo, pueden iniciar un éxodo que al final
desintegra al grupo.
El cemento de todo grupo social es siempre una creencia dada, de la
cual teóricamente son dueños o participantes activos los miembros del
grupo, pero por obra y gracia del principio piramidal, la cúspide es la
que en realidad es dueña de dicha creencia, pues es quien la interpreta
y modifica.
Si usted como individuo forma parte de un grupo y no tiene
posibilidad real de irse del mismo, usted esta preso,
independientemente de si está contento o no con la prisión. Es decir,
un grupo cerrado ejerce un monopolio sobre el individuo, si éste no
tiene opción.
He aquí una de las primeras cosas que el marxismo descuida, que
nunca menciona siquiera, y que por lo tanto destruye: la libertad
individual como materialización de la libertad de opciones.
El sistema capitalista tiene que luchar contra los monopolios,
porque estos dejan sin libertad de opciones y explotan a los individuos
en el campo donde se establezcan.
En el socialismo marxista se establece un gigantesco monopolio que
deja sin ninguna opción al pueblo donde se implanta, que incluso por sí
mismo no puede escapar de él.
El mejor símil de un sistema comunista es el llamado "agujero negro"
que pulula en el espacio interestelar, y en donde las fuerzas
gravitatorias son tan enormes que ni la misma luz puede escapar del
mismo.
Si las fuerzas integradoras de una sociedad dada son tan grandes
que establecen una sola pirámide, se crea el supermonopolio, se crea el
"agujero negro" social que destruye toda la individualidad, toda libertad
de opción. De ahí en adelante, el Rey de Nuevo Cuño dictará la vida de
todos y cada uno de los miembros del agujero O convierte el reino en una
carnicería como Stalin, o lo convierte en un feudo miserable como
Fidel, o lo desarma sin un tiro como Gorbachov.
La única manera de evitar el monopolio destructor es la pluralidad
en todos los campos: la pluralidad de dueños, la pluralidad de
partidos, la pluralidad de creencias, la pluralidad plural.
La no comprensión del principio o ley piramidal lleva a los
marxistas contumaces, a soñar que es posible en un régimen comunista la
existencia de libertad. Dichos regímenes comunistas no pueden dar la
libertad que sueñan estos ilusos, porque las fuerzas desintegradoras en
el seno del pueblo son enormes y sólo una gigantesca represión puede
contenerlas. Esa es la razón por la que el Partido Comunista de China
lleva su país al capitalismo en lo económico, pero mantiene lo más
posible el autoritarismo en aras de la unidad de un gigante[1], un ojo
anhelante del desarrollo económico y el otro espantado por la
desintegración de la URSS y Yugoslavia.
Para que haya libertad en una sociedad dada es imprescindible la
existencia de pluralidad de poderes en la misma. Y a mayor pluralidad
de poderes, mayor libertad. Esa libertad también está amenazada en los
países capitalistas por la creación de supermonopolios.
El fracaso del socialismo marxista no se debe a la inobservancia de
éste o de aquel postulado de la doctrina, sino a que desconoce un
principio o ley que para mayor desgracia (porque no es un principio que
me agrade) no es tan sólo social, sino biológico, físico. Es en efecto
una ley de aplicación universal.
Los elementos positivos de la doctrina marxista son:
1- Expresa
de una manera dinámica la simetría bipolar del Universo, ya observada
por los chinos (yin-yang), mediante lo que llama unidad y lucha de
contrarios, aunque lo haga de una manera especulativa, abstracta, y
absolutizadora.
2- Destaca que la calidad no es más que una diferencia en cantidad.
3- Si se sustituye el concepto de clase
marxista, por el de grupo como ente real constituido (que coarta la
independencia de los componentes y los mueve como una unidad) se puede
aceptar que:
a) La Historia puede ser expresada como la lucha de grupos.
b)
Que esos grupos se caracterizan por sus distintas ideologías que
imponen a sus miembros y que tratan de imponer a los demás grupos.
c) Que las ideologías se materializan en la supraestructura, en instituciones, en leyes, en costumbres sociales, etc.
4- Denuncia
los excesos que se generan en las sociedades cuando el darwinismo
económico convierte la sociedad en una jungla de sálvese quien pueda.
LOS ERRORES DE LA FILOSOFÍA COMUNISTA :
![http://www.blagic.com.ar/blog/wp-content/uploads/2009/11/marx_engels_lenin_stalin.jpg](http://www.blagic.com.ar/blog/wp-content/uploads/2009/11/marx_engels_lenin_stalin.jpg) Los errores de
principio de la Filosofía Comunista (y por lo tanto, de Marx, Engels y
Lenin[2]) de acuerdo al punto de vista adoptado por la Filosofía
Concreta Relacional Relativista y Antropológica son:
1- Darle
validez absoluta a las categorías abstractas y metafísicas de Hegel y
crear otras, sin armonizarlas con las derivadas de las ciencias, en
contra del natural concreticismo que le debe ser consustancial a las
doctrinas naturalistas.
2- Darle
categoría de entes a lo que son funciones, lo que le permite jugar con
los conceptos de dictadura de la burguesía y del proletariado. Declarar
opuestos a conceptos o categorías en vez de a entes sociales reales,
como las ya referidas de burguesía y proletariado, declarar opuestos o
contrarios a los entes con sus propias relaciones, como si los entes
fueran algo aparte del conjunto de sus relaciones, mediante la falacia
de la lucha dialéctica entre contenido y forma, que distorsiona las
relaciones entre ser constituido y seres constituyentes, como medio de
justificar las revoluciones que serían la síntesis dialéctica de la
contradicción entre fuerzas productivas y relaciones de producción.
3- Realizar
análisis retrospectivos a partir de un punto posterior en la historia,
el capitalismo, y racionalizar, forzar, los resultados para que
concuerden con la premisa. Por ejemplo, plantear que el hombre fue
creado por la herramienta, por el trabajo, en vez de lo natural, que es
lo inverso.
4- Descuidar la importancia de los factores que separaron al hombre de los animales.
5- Sobrevalorar en demasía el papel propio en la historia del mundo. Creerse los Mesías de un Nuevo Advenimiento.[3]
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Copyright © Arnoldo Águila. Esta es una versión anterior a la que aparece en el libro.
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