Me gustaría ser una carta de las que lleva en su bolsa el cartero después de volar en avión y cruzar los mares. Me gustaría llevar noticias agradables, o consuelo cuando las noticias son desagradables, palabras de perdón, de disculpa o aliento. Me gustaría ser una carta escrita por un niño, con sus rasgos vacilantes, pidiendo ingenuamente juguetes a los Reyes magos.
Y si fuera la humilde carta dirigida a un campesino, sería muy feliz de poder decirle muchas cosas que alentaran su vida. También me gustaría ser una carta escrita por un gran personaje para así ser guardada y poder llegar a ser un día una pieza de museo. Si fuera una carta me gustaría transmitir algo hermoso y recibir un beso lleno de emoción después de ser leída.
Y la Biblia me dice que puedo serlo, que realmente lo soy, una carta abierta donde todos pueden leer mi testimonio. El mensaje vivo de mi fe, la transmisión de mi amor y la fuerza de mi esperanza.
Hoy es mi deseo.