SANTÍSIMO CRISTO DEL DESAMPARO Y ABANDONO
"Verdaderamente este hombre
era hijo de Dios".
El centurión romano, que vigila la agonía de
Jesús y escucha las palabras con las cuales Él se
dirige al Padre, en el momento de la muerte, a
pesar de ser pagano, da un último testimonio sorprendente en
favor de la identidad divina de Cristo: "Verdaderamente este hombre
era hijo de Dios" (Mc 15, 39).
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