"Granada, quieta y fina, ceñida por sus sierras y definitivamente
anclada, busca a sí misma sus horizontes, se recrea en sus pequeñas
joyas". Estas palabras de Federico García Lorca definen perfectamente
una de las ciudades más universales de España. Entre la Sierra y la
Vega, surcada por los ríos Genil y Darro, Granada fue el último reducto
musulmán en la Península Ibérica. Muhammad ibn Yusuf fundó el reino
nazarí en el siglo XIII, instalando en Granada su capital. En las
centurias siguientes, el reino alcanza su máximo apogeo. Será en
este momento cuando se construya la Alhambra, maravilloso conjunto
situado sobre una colina, dominando la ciudad y rodeado de frondosos
bosques. En la parte más elevada de la colina se levanta la Alcazaba,
recinto militar con forma de barco. Consta de dos ámbitos: uno
exterior, a modo de barbacana y otro interior, más elevado, fortificado
por altas torres. El corazón del conjunto está formado por los Palacios
Nazaríes, organizados alrededor de dos espacios: los palacios de
Comares y de los Leones. El Palacio de Comares estaba dedicado a la
vida pública y al gobierno. En uno de sus extremos se ubica la famosa
Torre de Comares, y en el otro una galería con siete arcos, que sirve
de pórtico a la Sala de la Barca. El centro está ocupado por el Patio
de los Arrayanes, un espacio de planta rectangular con una gran alberca
en el centro. El Palacio de los Leones se dispone en dirección
este-oeste, ordenándose sus dependencias en torno a un patio
rectangular. El patio está constituido por un auténtico bosque de 124
columnas con capiteles diferentes, ubicándose en el centro la famosa
fuente. Los doce leones en rueda que soportan la taza son
reaprovechados y pertenecen al siglo XI. La taza está decorada con un
poema en el que se pone de manifiesto su significado, considerándose el
agua como un don del sultán que se derrama sobre sus leales súbditos. El
Partal es el conjunto palatino más antiguo de los conservados en la
Alhambra. Responde a la tipología de palacio sin patio y está formado
por un pabellón íntimamente relacionado con la alberca y los jardines. El
Generalife fue construido por Muhammad II. Situado a las afueras de la
Alhambra y al pie de una colina, su función era la de residencia de
descanso de los sultanes. El palacio, emplazado en medio de la zona de
huertas, se distribuye en dos terrazas. En el interior destaca el
famoso patio de la Acequia. Granada aún conserva el embrujo y el
encanto musulmán en el barrio del Albaicín. Corazón de la urbe nazarí,
está constituido por un tejido de estrechas calles y quebradas cuestas,
salpicado de casas moriscas y de sus famosos cármenes, casas con jardín
que servían de residencia a las clases poderosas. En este barrio
encontramos numerosas muestras del pasado nazarí. Quizá la más
interesante sea el palacio de Daralhorra, residencia palatina
construida en la segunda mitad del siglo XV; fue ocupada por Fátima, la
madre de Boabdil.