¿Existe Dios o es la mentira más grande de la historia?
Explicaremos cuáles son las facultades propiamente humanas que nos
permiten acceder a la verdad y al bien; cuáles son los dos modos
básicos para conocer verdades y en qué consiste el conocimiento
científico y sus límites.
Luego consideraremos algunas de las
vías actuales más convincentes sobre la existencia de Dios, así como el
testimonio de varios conversos antiguos y recientes. Finalmente,
intentaremos entender por qué hay personas que se dicen ateas.
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Frente al misterio con la razón y la fe
El Eco Católico
publicó el pasado 15 de agosto una entrevista al Pbro. Dr. René
Grimaldi sacerdote de la Prelatura del Opus Dei, asesor de enseñanza de
la religión de varios colegios costarricenses, capellán de una
residencia universitaria y participante en un programa de televisión en
Nicaragua. Reproducimos parte de la entrevista.
2004/09/07 San José, Costa Rica Eco Católico // Martín Rodríguez
Usted es ingeniero civil de profesión, ¿Cómo llegó a los caminos del sacerdocio?
Yo creo firmemente que todos tenemos un fin, una vocación. El asunto
está en descubrir esa misión que Dios quiere de nosotros. Así uno va
descubriendo el por qué de nuestra existencia. En este proceso hay
muchas variables, por ejemplo un amigo, una lectura, etc. En mi caso
específico fueron unos amigos que eran estudiantes universitarios y
tenían ese deseo de conocer a Dios, la Verdad; ellos me fueron
llevando, conocí el Opus Dei en 1986 y eso me ayudó a comprender que
las personas podemos y debemos ser santos en nuestra vida cotidiana, en
ese tiempo como estudiante, luego como profesional y más adelante llegó
la llamada al sacerdocio.
Este año está dedicado al tema vocacional. Tomando en cuenta que
usted tiene otro hermano sacerdote, ¿Qué papel tiene, desde su
experiencia, la familia en el nacimiento de vocaciones?
Dios mismo nos lo enseña: El quiso nacer en una familia para darle
valor al núcleo familiar, de ahí que efectivamente la familia cristiana
sea un semillero de vocaciones, en donde los hijos vean en sus padres
ejemplos, personas con errores pero que también saben rectificar, que
van luchando por ser mejores y vivir el Evangelio, eso va dejando
huella en la vida de los hijos. El Papa afirma que los padres deben ser
los primeros formadores de sus hijos, el problema es que ahora hay un
bombardeo de modelos en televisión, películas, canciones, y hay veces
en que los padres se dejan llevar por esos ejemplos y falsean el modelo
original a que están llamados; algunos lo hacen inconscientemente, pero
dichosamente conozco a muchos que van generando en sus hijos las
llamadas a integrarse a Dios en medio del mundo y a vivir la santidad
en sus propios espacios de convivencia.
Sabiendo sobre su experiencia en televisión, ¿qué podría decirnos
sobre la oportunidad que significan los medios para difundir el
Evangelio?
Más que lo que yo diga, lo que el Papa ha manifestado últimamente es
fundamental. El ha dicho que los medios son un riesgo y una riqueza, y
en efecto, muchas veces los medios difunden ideas erróneas sobre le ser
humano, la familia, la sexualidad, pero también pueden transmitir ideas
muy correctas. Tal vez, más que fundar canales católicos, que los hay y
desarrollan una excelente labor, un buen camino es trabajar en lo que
ya existe, impregnar esos espacios de las verdades que orientan a la
persona. En esto es importante que uno pueda acercarse, hacer amistad y
despertar en quienes controlan esos medios la inquietud por las
virtudes y presentarles una visión muy positiva de la vida cristiana.
Usted es estudioso del tema que relaciona Ciencia y Fe, ¿cuánto se
ha avanzado en esta discusión y cuánto más falta para llegar a un punto
de acuerdo social?
(...) Ahora estamos en una época donde se ha dado una especie de
separación entre fe y razón. Primero la razón despreciaba la fe y la
humillaba, la veía como un sentimiento, pero ésta se ha hundido porque
ha visto lo que ha hecho sin Dios: las guerras mundiales y las actuales
son un ejemplo. Lo que hay ahora es una época como de pesimismo porque
no se puede alcanzar la verdad, pero las enseñanzas de la Encíclica
Fides et Ratio (Fe y Razón) han venido a devolver la esperanza de que
es posible encontrar la Verdad y que la filosofía ayuda a vivir la
vida, que no sea sólo algo abstracto.
De frente al misterio por los dos caminos
Así es, con la fe y la razón. Sólo con la fe o sólo con la razón se
llega a posiciones muy reduccionistas y a veces, hasta ridículas. El
camino correcto es con ambas, porque se convierten como en las dos alas
con las que el ser humano puede elevarse a la contemplación de la
Verdad, un ave con una ala no puede volar, hay que hacer un balance y
tener presente que la Verdad no puede contradecir la Verdad. Entre fe y
razón, una ilumina la otra y viceversa, se complementan y abren caminos
insospechados. Es importante releer el inicio de la encíclica (Fides et
Ratio) donde el Papa afirma que “Dios ha puesto en el corazón del
hombre el deseo de conocer la verdad y en definitiva de conocerlo a Él,
para que conociéndolo y amándolo encuentre la plena verdad sobre sí
mismo”.