La Erupción del Teneguía, el cono volcánico mas joven de Europa, se produjo en la isla canaria de La Palma, entre Octubre y Noviembre de 1971 en las próximidades de Fuencaliente. Nos demostró que el archipiélago canario es un "ente vivo" en continua formación. Y es que este "ente vivo" sigue creciendo, así bajo las profundidades del atlántico y a unas 70 millas al suroeste de la isla de El Hierro, esta naciendo una nueva isla que asomará dentro de unos pocos millones de años y será la octava isla canaria. La alarma la dió un espía norteamericano. Los sensores de la CIA habían detectado fuertes temblores y ruidos en el fondo atlántico, en las proximidades de las Islas Canarias. Según el Pentágono, o se trataba de la flota de submarinos soviéticos al completo o... de una erupción volcánica.
Para bien de todos, fue lo segundo. El 26 de octubre de 1971, al sur de la isla de La Palma, nació el volcán Teneguía. Al principio asustó a los isleños, pero terminó convirtiendose en un espectáculo pirotécnico de primera. La erupción duró 24 días y atrajo a decenas de miles de curiosos. Se contrataron numerosos vuelos charter para viajar a La Palma y los vulcanólogos europeos no dejaron pasar la oportunidad.
JUAN CARLOS CARRACEDO
VULCANÓLOGO .
"Era la evidencia de que Canarias es un archipiélago vivo, en formación", confirma el Director del Observatorio Volcanológico de Canarias, Juan Carlos Carracedo , entonces un jovencísimo vulcanólogo que tuvo la suerte de vivir el momento.
La isla, una de las más pequeñas del archipiélago canario, creció unas cuantas hectáreas más, aunque desde el principio esa tierra, la más joven de España, tuvo dueño. La lava del volcán cayó en los terrenos de una familia isleña y hoy por hoy, el Teneguía es un volcán de propiedad privada.
La expropiación está en marcha, pero mientras llega, cien mil turistas visitan cada año el volcán, trepan libremente por sus cráteres, extraen piedras volcánicas como souvenir y con sus pisadas desmenuzan los diferentes tipos de lava.
Ahora que Canarias ya no depende de la CIA para detectar movimientos sísmicos, la alarma es otra: corre peligro la conservación del Teneguía .