A pesar de ello, no se debe olvidar que Mucha es antes de todo un artista checo, arraigado a su tierra y a su pueblo que lo considera todavía como un hijo de la patria checa. Podrá admirar sus trabajos en la Catedral de San Vito donde realizó algunas vidrieras de la nave, o en la Casa Municipal (Obecní Dům), edificio colectivo emblemático del “Art Nouveau” en Praga. Sin embargo, para descubrir realmente el artista, mejor atravesar las puertas del Museo Mucha… Un gran número de sus obras parisinas que lo hicieron famoso están reunidas allí. Le encantaran las finas siluetas femeninas y evanescentes cubiertas por tejidos fluidos y vaporosos. Líneas ondulantes de los contornos, colores dulces y apagados, exuberancia del vocabulario decorativo simbólico y genio en la composición son la firma de este gran ilustrador.
La segunda parte del museo invita a descubrir una faceta desconocida del artista. En exilio durante varios años, Alfons Mucha fue también un patriota convencido, defensor del pueblo eslavo en una época en la que el descontento rugía dentro del imperio austrohúngaro. De vuelta a Bohemia en 1910, puso su arte al servicio del movimiento del Renacimiento nacional, salpicando sus carteles de figuras del folclore moravo o de celebraciones del Sokol. Fue también él quien diseñó los sellos y billetes, emblemas y símbolos para la nueva República de 1918.
Esta otra realidad hace aún más hincapié en la ausencia en Praga de la "Epopeya Eslava" que el artista consideraba como su obra maestra: un canto lírico grandioso y profético, con destino al pueblo checo. Si el proyecto de instalación de la obra en Praga se concretiza, tal vez un día se podrá considerar la obra de Mucha de manera más completa en su país de origen.
Dirección:
Museo Alphons Mucha
Kaunický palác, Panská 7, 110 00, Praga 1
www.mucha.cz
Abierto todos los días de las 10h hasta las 18h