Con el título genérico de Danzas españolas compuso Granados en la última década del siglo XIX dos series de piezas, que se cuentan entre las más interpretadas de su repertorio.
Enrique Granados se ganó la vida desde los trece años como pianista y por ello resulta natural su importante dedicación al instrumento también como compositor.
En 1892 publicó las Danzas españolas, su primer éxito, que atrajo sobre él la atención de varios compositores europeos.
Aunque se puede relacionar a Granados con el nacionalismo nacido del Romanticismo tardío, es necesario hacer notar que su música más elaborada, como Goyescas, más que fundamentarse de manera directa en el folclore, es expresión de una creación personal, con íntimas afinidades con la música de sus grandes inspiradores, Chopin y Schumann.
Las Danzas, sin embargo, al tiempo que conservan una clara influencia de la música de salón, tienen un carácter más directamente nacionalista, con puntos de partida en el folclore, y enriquecidas claramente por la rítmica popular.
Granados dio a la cuarta el nombre de Villanesca, y del mismo modo señaló nombres para la segunda, Oriental, la muy famosa quinta, Andaluza, la séptima, Valenciana, y la sexta, Rondalla aragonesa.