Ayer he leído una entrevista, que publican los diarios importantes del país, con el ex presidente del gobierno socialista Felipe González. En dicha entrevista el ex presidente y hasta ahora diputado, anuncia su retirada de la política. Manifiesta, pese a su actitud de discreción, un resentimiento acerca de la actual cúpula socialista en lo que parece ser el ostracismo al que ha sido condenado. Ciertamente, el PSOE de Zapatero está navegando entre aguas muy intranquilas, pero ha comprendido una cosa básica, no ganará las elecciones mientras los ciudadanos no vean una esperanza de nueva gestión y no se ha olvidado en España lo que sucedió durante la guerra sucia de los GAL y la malversación de fondos públicos, de todo lo cual, pese a su aire de inocencia, es muy culpable y responsable directo el señor Felipe González Márquez, el que fue presidente un día con mayoría absoluta y resultó ser �el gran fraude de España�. El país se inició en la democracia siendo socialista y su desencanto le llevó al extremo contrario, de manera que la época Aznar y todas las desgracias acaecidas desde entonces se deben a que Felipe González y su séquito de virreyes no pudieron mantener la palabra dada a toda una nación, los españoles recordarán, como yo, que Felipe González prometió �cien años de gobierno socialista y de honradez intachable� y ya saben como acabó. Entre los años 1982 a 1995, años en que los españoles habían concedido en las urnas la mayoría absoluta al partido socialista, se desarrollo en este país una de las páginas históricas más lamentables. Cierto es que ETA estaba en uno de sus momentos más duros y que un día si y otro también nos despertábamos con la triste noticia de un atentado, de muertos de la Benemérita, de muertes inocentes muchas veces, entre los que con frecuencia había niños y mujeres, que cuando no morían quedaban mutilados. Todos creíamos a ETA una banda de asesinos sin control y sin piedad, como los seguimos creyendo, ya que ningún problema político se puede solucionar con terrorismo, camino de sufrimiento, violencia, incomprensión y muerte. Pero el camino que emprendió el gobierno socialista no se aparta de los mismos parámetros. Lo que el gobierno socialista desarrolló es lo mismo que está activo en EE.UU. a través de la CIA y que le ha permitido ser el país más odiado de las últimas décadas: el terrorismo de estado. Nunca se ha podido demostrar, o no ha habido la intención de ser demostrado pese a las evidencias, que el entonces presidente Felipe González estuviera implicado en los GAL. Pero estaba. Siendo él presidente ordenó un informe muy amplio acerca de los métodos que deberían practicar para emplear la guerra sucia contra ETA, un documento que más tarde, ante el juez Garzón, Ricardo G. Damboranea, presidente del PSOE vasco, declaró haber visto y leído, lo mismo que afirmó que el ex presidente lo conocía muy bien. El documento, obviamente, había sido elaborado por el CESID, del que entonces era director el coronel Emilio Alonso Manglano. Era el año 1983 y comenzaba la guerra sucia del GAL, organización terrorista creada desde el mismo gobierno socialista, cuyos miembros eran de la Guardia Civil (GAL verde), del Cuerpo Militar del CESID (GAL marrón) o policías nacionales o locales (GAL azul). En octubre de 1983 ETA secuestra al capitán de farmacia del ejército Alberto Martín Barrios, quien poco después es asesinado por la banda. Este fue el despegue de las acciones del GAL. El día 16 de octubre se produce el secuestro de los etarras José Antonio Lasa y José Ignacio Zabala, probablemente por los agentes implicados en los GAL del cuartel de Intxaurrondo, en el cual mandaba el general Galindo y que se desarrollaba exactamente igual que un pequeño feudo del mismo. Después de ser torturados para extraer información, fueron asesinados y sus restos calcinados aparecieron en Alicante. Dos días después algunos miembros del GAL marrón (GEO) intentan realizar el secuestro en Iparralde del miembro de ETA Goñi, aunque resultó fallido. No fue así con el secuestro que realizaron al ciudadano francés Segundo Marey Samper, al que confundieron con un dirigente de ETA. Posteriormente aparecería asesinado, pese a que la cúpula dirigente de los GAL ya sabía que se habían equivocado de hombre mucho antes de que ordenaran asesinarlo. Poco después se inician los primeros atentados de los GAL, el primero de ellos, en Iparralde, se salda con la muerte de un miembro de ETA. Durante los próximos siete años se mantendrá una lucha a muerte entre ambos bandos terroristas que irán dejando víctimas de unos y otros y algunas personas inocentes, cuyo único delito era estar en el lugar equivocado a la hora equivocada. Los muertos rondan la centena. Los GAL usaban el armamento que, como miembros del orden público, le requisaban a ETA y muchos asesinatos les fueron achacados a ETA, que era acusada de asesinar a sus propios miembros, cuando en realidad lo estaban haciendo guardias civiles o miembros del cuerpo policial. Con ellos trabajaban una serie de personajes dantescos e inmorales que se ganaban la vida haciendo de mercenarios al mejor postor, algunos de nacionalidad portuguesa, argelina o francesa. También es cierto que la guerra sucia contra ETA se había iniciado tras la muerte del Almirante Carrero Blanco, el Batallón Vasco Español (BVE) era el antecedente de los GAL, surgido como grupo de venganza y compuesto por miembros surgidos de la extrema derecha. Sus creadores fueron militares y policías del régimen franquista. Ese grupo y sus raíces no podían asustarnos a los españoles, dado que surgía del corazón del régimen dictador, pero lo que si nos asustaba era que el terrorismo de estado surgiera de la democracia, del socialismo que habíamos votado como el verdadero corazón de la clase obrera y digno de la confianza de la mayoría de los españoles. Aún peor si hablamos de que los GAL se fraguaron a partir de una reunión mantenida entre el entonces presidente francés François Miterrand y Felipe González en diciembre de 1983, fecha en la que ambos ajustaron una colaboración para la guerra sucia contra ETA, con lo cual empezaron a aparecer los GAL blancos franceses. En premio o correspondencia a la colaboración francesa el gobierno socialista le dio a Francia, en contra de la oferta alemana, la construcción del AVE Madrid- Sevilla, cuestión que dijo muy bien el canciller alemán, al declarar �Si ETA se escondiera en Alemania, nosotros habríamos hecho el AVE�. Cuando el juez Garzón empezó a investigar la trama de los GAL las raíces llegaban hasta las más altas cúpulas del gobierno socialista, desde el presidente a sus más importantes ministros: Narcis Serra, Corcuera, Barrionuevo, Yánez... El ex presidente González dijo entonces que �jamás se podrían encontrar pruebas contra el gobierno socialista�. Pero lo peor de todo fue el saqueo de miles de millones de los fondos reservados del estado, fondos que provienen de todos los españoles. Las cuentas millonarias en Suiza, el despilfarro, la corrupción y el caos generado dentro de la democracia. El diario El Mundo publicaba en mayo de 1985 una conversación entre el subcomisario Amedo y Sancristobal, conseguida con una grabadora oculta, en la cual el ex director de Seguridad Nacional hablaba muy claramente de la implicación del presidente González en la creación, desarrollo y práctica de la guerra sucia de los GAL. Julián Sancristobal, ex alcalde socialista de Ermua y Gobernador civil de Vizcaya en aquel tiempo, confesó al juez Garzón haber cobrado más de setenta millones de pesetas (420.700 euros) de los fondos reservados, cantidad que cobraba personalmente, como muchos otros. Ya sabemos todos lo que ocurrió con el director de la Guardia Civil, Roldán. Algunos medios de comunicación, como ABC, defendieron e hicieron apología de algunos tristes personajes, como el general Galindo, el cual, cuando ya se sabía su implicación directa en la tortura y asesinato de Lasa y Zabala, así como su implicación en los GAL, fue ascendido a general, lo que implica, además de una medalla y el reconocimiento público, una subida de sueldo importante. Durante aquel tiempo de investigación aparecieron muertos algunos personajes implicados en la trama y otros fueron amenazados y torturados para que no hablarán, como le ocurrió al ex guardia civil José María Vázquez Soriano, que después de haber concedido una entrevista a Interviú y de pasar por las manos de Julián Hernández del Barco, un capitán con fama de duro, tuvo que ser llevado a la enfermería y al día siguiente se retracto de todo cuanto había declarado. Entre los asesinatos de los GAL se encontraban personajes importantes, vinculados a la lucha o el apoyo a ETA, como el de Santiago Brouard, parlamentario vasco y dirigente de ETA o el de Mikel Goikoetxea, alias �Txapela�. El estado, saltándose a la torera todo el aparato judicial, hizo de juez, verdugo y asesino, mientras defendía la constitución y los derechos humanos, asesinaba, torturaba, perseguía, gastaba los fondos públicos, malversaba, prevaricaba, traficaba ( hubo un escándalo grande por un asunto que fue cerrado del General Galindo y varios de los suyos implicados en el narcotráfico de drogas),vendía, comerciaba, se enriquecían individualmente y traicionaba a todos los españoles. Para la masa trabajadora es mejor un mal gobierno de izquierdas que un buen gobierno de derechas, tal y como nos lo está demostrando el PP y José M. Aznar, pero el mal gobierno del PSOE, al que hay que añadirle buenas y grandes cosas, como toda la estructura de Servicios Sociales que ahora se está cargando Aznar o el Pacto de Toledo, que promovió y defendió y que Aznar también se está cargando, dejó una herida abierta en España. Por supuesto, Felipe González y otros muchos nunca fueron llevados ante un juez, aunque si lo fueron Rafael Vera, del que no llegó a salir a la luz su enriquecimiento ilícito con las máquinas de juego y los Fondos Reservados, el ex ministro Barrionuevo, del que tampoco salió su patrimonio y enriquecimiento, si lo hubo. También el general Galindo, Roldán, que tras una espectacular fuga volvió a España y aún no se sabe nada de más de mil quinientos millones de pesetas de las que se apropió y algunos otros personajes más secundarios. Y ahora viene Felipe González y se siente herido porque el PSOE no le hace caso. Claro que el interior del PSOE es un nido de víboras, picándose entre si y pisándose sin cesar para ver quién sube y quién no. Ahora ha ganado Alfonso Guerra, el sector guerrista expulsa a un Felipe González al que el grupo Prisa ha defendido hasta el fin. Pero lo que es una vergüenza, tanta como lo es Aznar, es que alguien con las responsabilidades traicionadas de Felipe González haya tenido un puesto de diputado. Los verdaderos militantes socialistas han tenido que irse del partido y colocarse más a la izquierda, hoy militan fraccionados, heridos y sólo saben decir que el PSOE les ha robado las siglas, siguen creyendo en el PSOE, pero no en quienes lo dirigen, en quienes han usurpado las siglas y traicionado la doctrina socialista. Katerina García Calderón 13 de septiembre de 2003
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