SOBRE LA AUTENTICIDAD DE LA SÁBANA SANTA (I)
Para Beatriz Cobo, María del Pilar de la Fuente, Alberto Ortega, Túrbula, María Luisa Ortiz, Inma García y Felipe Bermudo, por la amistad que siempre me brindaron. Justificación. Queridos amigos. Soy, como quien dice, un recién llegado a esta maravillosa página. Aquí me encontré con personas extraordinarias que, de otra forma, no hubiese conocido. Gracias a todos ellas. Era mi intención el “colgar” algunos blogs sobre asuntos meramente cofrades. Sin embargo, a raíz de haberse celebrado en Granada las Primeras Jornadas Sobre el Estudio Científico de la Sábana Santa, ser yo el coordinador docente y darlas a conocer por este medio, son muchas las preguntas que diversos amigos me formulan sobre las mismas. Por ello pospongo aquellos, influido además por mi falta de tiempo, para centrarme en este tema. Vaya por delante que no pretendo convencer a nadie sobre algo que no es de fe y que no soy una persona apasionada e intransigente que se crea en posesión de la verdad absoluta. Todo lo contrario. Como ser racional, sigo, después de 30 años estudiando este asunto, con mis dudas en muchos aspectos. Y es que la madurez hace, como dicen en mi tierra, “separar el polvo de la paja”, lo que obliga a cualquier persona, medianamente inteligente, a replantearse cuestiones que se daban como ciertas y que hoy, a la luz de nuestros conocimientos actuales, hay que desechar como falsas. Igualmente señalaros la dificultad de resumir en un poco espacio, todo lo escrito, a favor y en contra, de este “objeto” que, de no ser porque de él se puede traslucir la muerte de Jesús, e implícitamente su resurrección, hubiese recibido todos los beneplácitos de la comunidad científica internacional. Restos arqueológicos existen que han sido considerados como verdaderos con menos pruebas que las que hay sobre la autenticidad de la Sábana Santa o Sindone. Debido a esta dificultad me centraré únicamente en lo más controvertido sobre la misma, dejando la puerta abierta a cualquier amigo que desee completar la información que sigue. Pido disculpas por el uso de algunos términos técnicos complejos, imprescindibles, pero que he procurado sean los mínimos. Igualmente, y de nuevo, perdón por la extensión de estos blogs, necesaria para un mejor conocimiento del tema, de hecho muy reducida ante la ingente bibliografía que existe. 1. ¿Qué es la Sábana Santa o Sindone?
Es un lienzo de lino, tejido muy usado en la antigüedad, cuya conservación es relativamente aceptable (figura 1).
Tiene un color amarillo pálido, mide 4,36 metros de largo y 1,10 metros de ancho y en él se observan las imágenes dobles, tenues y apenas visibles de cerca, anterior y posterior unidas por la cabeza de una persona muerta y en la que se distinguen una serie de manchas rojizas que parecen sangre. Igualmente se ve un ribete de 0,08m de tela más reciente (probablemente empleada para centrar la imagen) y la falta de unos bordes, quizás usados como reliquias De ser auténtica, la impronta del hombre surgiría por la forma de envolver el cadáver mediante una tela que rodearía su cuerpo (figura 2).
También se detectan una serie de arrugas en los lugares por los que se doblaba en la antigüedad, zonas chamuscadas, algún que otro deterioro y restauración y sobre todo, antes claramente visibles, unos triángulos de tela más reciente. Eran debidos a unas reparaciones que hicieron las monjas de Chambery tras el rastro que dejó un incendio en esa ciudad francesa. Hoy le han sido retirados al lienzo tras la última restauración de 2002. 2. Prueba del Carbono 14.
Muchas personas piensan que después de este ensayo, no hace falta nada para señalar que se trata de una falsificación medieval. Veamos como las cosas no son tan simples como parecen. El carbono, fuente de la vida, se presenta en la naturaleza fundamentalmente en forma de C12 (6 neutrones y 6 protones en su núcleo). En menor proporción existe el C13 (7 neutrones y 6 protones). Tanto uno como otro son estables, es decir sus núcleos permanecerán inalterados indefinidamente, salvo que intervenga una reacción nuclear. Hay también otro isótopo, el C14 (con 8 neutrones y 6 protones en su núcleo) y que como los anteriores forma parte de la materia orgánica pero, a diferencia de aquellos, se encuentra en pequeñísimas cantidades y además es radiactivo o inestable, es decir que con el paso de los años uno de sus neutrones se convierte en un protón. Existen otros isótopos también inestables, C10, C11, C15 y C16, cuya proporción en la materia orgánica es despreciable. El C14, cuando uno de sus neutrones (n) se convierte en un protón (p), se transforma en nitrógeno (N14) y cada vez que esto ocurre se emite un neutrino y una partícula beta (figura 3).
Su reposición se lleva a cabo por la acción de los rayos cósmicos que alcanzan las capas altas de la atmósfera. Allí arriba, estos rayos, que provienen del Sol y del espacio exterior, chocan con los átomos del aire y generan neutrones y entonces el N14 + n pasa a C14 + p. Así a unos 11 kilómetros de altura se genera nuevo C14 que se “quema” combinándose con el oxígeno produciéndose dióxido de carbono (CO2) que es radiactivo. Este CO2 es indistinguible del normal de la atmósfera inferior. Tanto uno como otro es respirado por los vegetales a través de la fotosíntesis y así el C14 se incorpora, mediante la cadena alimentaría, a los animales herbívoros y de estos a los carnívoros y omnívoros, incluido el hombre. Todo ser vivo que se alimenta del CO2 del aire o de otros organismos, adquiere una determinada cantidad de Cl4 dependiente de la que en ese momento exista en la atmósfera. El CO2, y por tanto el C14, se consume en diversas reacciones bioquímicas y tanto uno como otro, se mantienen constantes por intercambio con su entorno. Esto es cierto mientras existe vida, pero una vez que se produce la muerte, el intercambio se detiene y el número de átomos de C14 comienza a reducirse. Por ejemplo un paño de lino tejido de hace 2000 años estará formado por hilos de plantas que habrán sido recolectadas poco antes de su confección. El C14 presente en la celulosa del lino provendrá del CO2 atmosférico respirado por la planta. Al ser cortada deja de intercambiar carbono y la cantidad de C14 presente en los hilos comienza a disminuir. Si medimos esa cantidad de C14 y la comparamos con la del lino actual podremos deducir los años transcurridos desde que se recolectó la planta o, poco más o menos, la fecha de confección del paño. De lo expuesto, dos datos de gran interés pueden deducirse: a) cualquier suplemento extra de C14 a un objeto que se va a estudiar por el método del radiocarbono, determinará un rejuvenecimiento en la fecha de datación; b) donde exista materia orgánica o inorgánica con carbono, puede existir C14 y c) la cantidad de C14 en la atmósfera y por tanto en un ser vivo, puede estar influenciada por los ciclos del Sol ya que estos intervienen de forma decisiva en la formación del isótopo radiactivo a partir del N14. 2.1. La datación de 1988. Se eligieron tres laboratorios de reconocido prestigio: el de la Universidad de Oxford, el de la Universidad de Arizona en Tucson y el Instituto Federal de Tecnología de Zurich. El estudio fue coordinado por Michael Tite, director del Museo Británico. Los tres emplearon el método de la espectrofotometría de masas que era el que menos cantidad de tejido requería. El 21 de abril de 1988 se tomó una muestra de lino de 8,1 x 1,6 cm2. Se cortó el fragmento en un borde de la parte inferior derecha de la imagen frontal.
Tras ser pesado (figura 4a), limpiado y extraer un largo hilo libre y una zona mal recortada, quedó un trocito de 7 x 1 cm2 que fue dividido en dos mitades, una a su vez partida en tres para cada laboratorio y otra que quedó en poder de Riggi que fue quien cortó la tira de tejido. El estudio se hizo a ciegas, para ello se incluyeron otras tres muestras más cuyo origen era desconocido por los laboratorios seleccionados: la número 2, provenía de una tumba de Nubia datada de los siglos XI y XII; la número 3 pertenecía a una momia de Tebas de entre los siglos I aC y I dC; la número 3 procedía de la capa pluvial de San Luis de Anjou muerto en 1297; la número 1 era obviamente el tejido de la Sindone. Los resultados del estudio fueron dados a conocer el 13 de octubre de 1988 por el cardenal Anastasio Ballestrero en conferencia de prensa en Turín, antes de su aparición en Nature.
Tal como se observa en la figura 5 todas las muestras analizadas coincidían bien con las fechas históricas previstas, sin embargo a la Sábana Santa se le evaluó una edad de 689 ± 16 años, por lo que la fecha de origen se situaría entre 1262 y 1384, aproximadamente la época en la que el lienzo llegó a Francia o lo que es lo mismo, desde el momento en que su existencia está bien documentada Pero aunque los resultados parecen meridianamente claros, la famosa p de la significación estadística entre la datación de los tres laboratorios está casi en el limite para no serlo. Cosa que habitualmente no se dice, porque obviamente no interesa 2.2. Posibles errores en la datación. La prueba del radiocarbono es una buena técnica pero no infalible, se reconocen hasta un 20% de errores y a lo largo de la historia existe constancia que ha fallado de forma clamorosa. Por otra parte el descubridor del método, Libby, antes de 1988 (para entonces ya había muerto) consideraba que la Sábana Santa no era objeto apto para realizar la prueba ya que una serie de factores podían interferir los resultados de su datación: exposición al aire, había estado en ambientes húmedos, probablemente tendría altos niveles de contaminación al estar sometida a la veneración pública (besada, tocada, humo de los cirios), al polvo, a los hongos, a los pólenes, había sufrido la acción de varios incendios y del agua para evitar su destrucción, etc, etc. En cualquier caso cuando se conocieron los resultados de 1988, los defensores de la autenticidad del lienzo se movilizaron para resaltar que la prueba debería ser considerada inválida. Personalmente pienso que los laboratorios implicados no se pusieron de acuerdo para hacer una datación fraudulenta. Cosa diferente es que se podría haber escogido a otros quizás más preparados, pero los seleccionados ofrecían todas las garantías para realizar la prueba. También es cierto que hubo ciertas irregularidades como la de incluir inesperadamente el análisis de la capa pluvial de San Luís y otras que comentaremos que bien pudieron influir en el resultado final. Sin embargo, no encuentro en una carta de Michael Tite, nada que indique sus dudas sobre la datación, aunque algo raro se deduce de ella “….yo tampoco considero el resultado de la datación del Sudario de Turín como una demostración de que sea falso….” . Lo que sí es posible es que, además de las citadas irregularidades una serie de factores pudieran haber influido para rejuvenecer la edad proporcionada por la prueba. De una forma resumida pasamos a comentarlas y a dar nuestra opinión personal sobre los mismos. Contaminación. El peso unitario del tejido de la tela es de 23 mg/cm2 y el del fragmento cortado pesaba 40 mg/cm2. Esta gran discordancia ha hecho pensar que se produjo una sustitución fraudulenta del trozo del lienzo por otro más reciente. No lo creo. Pienso eso sí que se escogió una zona equivocada para extraer la muestra y que esta estaba extraordinariamente contaminada (figura 4b). Muchos dicen ahora que había que haber tomado muestras de al menos cinco áreas distintas pero eso hubiese significado el sacrificar una parte importante de la Sindone. Ya comentamos que toda materia orgánica o inorgánica que contenga carbono y que suplemente a un objeto que se va a datar, modifica la edad radiocarbónica; esta materia añadida constituye la contaminación. La misma puede ser de dos tipos, abiótica (humo, polvo, aire, etc.) y biótica (pólenes, esporas, microorganismos). Dicha contaminación en la Sábana Santa era la prevista y todo apunta a que fue eliminada correctamente por los laboratorios. Estos al parecer desconocían otro tipo de contaminación que no fue eliminada por los procedimientos empleados con ClH y NaOH: una biopelícula. Esta teoría, emitida en 1993, se debe a Leoncio Garza Valdés del Instituto de Microbiología de San Antonio de Texas. Según él la asociación de un hongo (mejor un liquen) y una bacteria (de los géneros Lichenothelia y Rhododoccus, respectivamente) han formado sobre la Sábana Santa, por un proceso de simbiosis, un recubrimiento con elementos mineralizados (figura 6) que es resistente a lavados químicos.
Esta biopelícula o cubierta bioplástica dice el autor que además es anterior al incendio de 1532, ya que existía entre las fibras chamuscadas y requeriría para su formación estable cientos de años, que como decíamos anteriormente no fue eliminada en la datación de 1988 y, continuando viva en la actualidad, sería una fuente de enriquecimiento actual y futuro de C14. En el recubrimiento predominan minerales como el cuarzo y calcita que han atrapado a materia orgánica diversa como hematíes y a los propios microorganismos muertos o vivos, todo lo cual supone un aporte de carbono moderno a la Sábana Santa. Como microbiólogo disiento en numerosos aspectos con mi colega useño, aquí teneís solo tres ejemplo: a) aunque la obtención de tal biopelícula es posible en condiciones muy controladas de laboratorio, resulta difícil hacer la deducción de que todo el lienzo estuviese recubierto de la misma a partir de un pequeño trozo, además muy contaminado, como parece que fue el utilizado, si desconocemos la cantidad real de biopelícula tampoco podemos saber si la que hay es suficiente para justificar un rejuvenecimiento de 1.300 años; b) todo apunta a que el carbono de tal recubrimiento no ha sido cuantificado por lo que tampoco podemos conocer su influencia sobre dicho rejuvenecimiento; c) me resulta poco creíble que tales microorganismos hayan sido capaces de resistir los más de 900°C que soportó la urna y los 200°C internos en el incendio de Chambery (en un autoclave, magnífico procedimiento de esterilización esta se consigue con 120°C y unos 20 minutos y d) es extraño que, después de los muchos análisis de expertos textiles, tales componentes minerales hayan pasado desapercibidos. Para colmo en las recientes “Primeras Jornada Sobre el Estudio Cientifico de la Sábana Santa celebradas en Granada" los días 19 y 20 de Febrero, un ponente vino a decir que los estudios de Garza Valdes no se habian realizados sobre fibras del lienzo de Turín. Mis sospechas quedaron así plenamente ratificadas. Es una de las muchas muestras sobre que los defensores de la autenticidad nos agarramos “a un clavo ardiendo” que luego hay que soltarlo más que deprisa. Pero, al contrario de lo que se piensa, al menos en mi caso, nunca seguimos aferrados a determinadas teorías. Primero se comentan como posibilidad y cuando se demuestran que no son validas, “no nos duelen prendas” de proclamarlo. Nadie más que nosotros queremos defender la verdad por encima de todo. El estudio se hizo sobre una restauración medieval. Ya comentamos que después de cortar el fragmento de tejido, una parte se retiró y no se empleó para el estudio. Riggi escribe que en la misma existían hilos de otra naturaleza que, aunque en cantidad mínima, habían podido conducir a variaciones en la datación, puesto que eran de incorporación tardía, La pregunta es obvia ¿se eliminaron todos los hilos extraños? Riggi dice que sí pero el laboratorio de Tucson encontró en la muestra recibida un hilo de seda roja y fibrillas azules. Si estas le pasaron desapercibidas a Riggi bien pudo no apreciar un remiendo bien hecho. Pero esto es sólo una hipótesis imposible de demostrar. Por otra parte Ray Rogers, encontró en las zonas de extracción argamasa de oxido de aluminio y un pigmento de raíces de algas (alizarina y purpurina) que no fueron conocidos en Francia hasta el siglo XVI, concluyendo que la muestra se tomó de un añadido al original.
Este investigador (figura 7), ya fallecido, demostró la práctica ausencia de vainillina, un compuesto derivado de la lignina del lino. Su perdida se produce por la acción del tiempo, calor, etc. De tal forma que data la antigüedad de la tela entre 1.300 y 3000 años Estos estudios, a mi juicio, deberían repetirse por varios investigadores para dar consistencia a estos resultados. En cualquier caso la zona elegida para el corte era la peor de las posibles. Situada, como se ha dicho, en a parte anterior de la imagen frontal era de las más contaminadas ya que es el lugar habitual por donde se cogía la Sábana para las ostensiones. Pero es que por otra parte está muy próxima a zonas con tela más reciente y a los cortes usados, como decíamos, quizás para reliquias (figura 8).
No entiendo semejante falta de precaución o ¿fue otra irregularidad más? Lo que sí me parece totalmente ilógico es que alguien cambiase las muestras originales por otras de tela más reciente. Los incendios. En 1993 en el Symposium Internacional de Sindonología celebrado en Roma, Kouznetsov, premio Lenin de Ciencias y director del Laboratorio de Investigación de Polímeros de Sedov de Moscú, junto con Ivanov, presentó la teoría de cómo un incendio pudo repercutir en la datación de la Sábana Santa. Resumidamente señaló que un trozo de lino sometido a altas temperaturas, durante un período de tiempo determinado, en ausencia de oxígeno y en presencia de CO2, CO (monóxido de carbono), plata y agua (condiciones que se dieron en el incendio de Chambery), se produce, debido a los vapores emitidos por la madera calentada de la caja que contenía el lienzo dentro de la urna de plata, una carboxilación de la celulosa del tejido que rejuvenece la edad radiocarbónica mediante incorporación de nuevos grupos COOH a los OH de la molécula original de dicha celulosa (C6H10O5)n (figura 9).
Según Kouznetsov: tomó un tejido de lino del siglo I dC, procedente de En Gedi (Israel), y lo envió al laboratorio de Tucson (Arizona) que ya participó en los análisis de 1988. La respuesta del mismo fue “tejido de entre 100 aC y el 100 dC”. Luego el profesor ruso quemó otro trozo de la misma procedencia, simulando el incendio de Chambery, seguidamente lo envió para una nueva datación y según Tucson resultó ser del siglo XIV dC. Con ello demostraba la falsedad de los análisis anteriores. Eslava dice que esto es falso ya que puesto en contacto con el citado laboratorio, le dijeron que el tal Kouznetsov no figuraba entre sus clientes y que entre 1988 y 1994 no habían analizado ningún tejido de En Gedi. Y hoy, aunque en su momento discrepé en este asunto con mi paisano (en otros sigo manteniendo mis diferencias) conociendo lo que ahora sé, creo que estaba en la verdad. En cualquier caso Kouznetsov publicó un trabajo sobre el tema en el Journal of Archaeological Science y en el mismo número, algo bastante irregular a mi entender, debió hacerlo en otro posterior, el editor de la revista permitió a los investigadores del laboratorio de Arizona presentar una réplica al trabajo del grupo de Moscú. En él señalan que ellos no encuentran ningún rejuvenecimiento Resultados lógicos ya que los useños no controlaron las cantidades de CO2, la humedad y emplearon tiempos diferentes de calentamiento sin la presencia de cationes de plata. Aún así las conclusiones de los rusos son difíciles de admitir ya que por ejemplo Salet, alega que, en teoría la carboxilación de la celulosa podría afectar como mucho a los tres grupos OH de cada anillo y que en este caso el rejuvenecimiento máximo no alcanzaría más de 537 años y esto además a base de aumentar el peso de la muestra en un 81,6%. Es pues posible que el incendio de Chambery modificara los resultados de la datación de 1988 ¿En cuántos años?, resulta difícil saberlo pero Cesar Barta, físico y miembro del Centro Español de Sindinología (CES), en un meticuloso y documentado estudio que me envió, considera que en torno a 250 años, muy lejos de los 1.300 necesarios para encontrar una justificación a los resultados de la prueba coordinada por Tite. Esto me demuestra tres cosas: a) la honestidad de los miembros del CES que anteponen la verdad a cualquier hipótesis por muy útil que pueda ser para confirmar la autenticidad del Lienzo; b) que el equipo ruso no fue meticuloso en sus estudios y c) cosa que no me gustaría creer, que falsificaran sus resultados. Proporción de C14 - Modificaciones cuantitativas generales. Las cantidades globales de C14 atmosférico dependen del campo magnético terrestre que sufre desviaciones y perturbaciones, de ligeros cambios en las corrientes oceánicas, del CO2 liberado por volcanes, incendios, etc. y de la actividad solar. Aunque la concentración global de C14 ha variado en el tiempo no se ha producido un cambio importante en los últimos 20.000 años. Sin embargo, dicha cantidad sufre modificaciones cíclicas que no suponen un cambio cuantitativo general: los aumentos y descensos se irían sucediendo por lo que al final la cantidad total sería más o menos constante. Estos cambios cíclicos están influenciados por la actividad solar que, recuérdese, era básica en la conversión del N14 en C14. Dicha actividad varía cíclicamente cada 11 años, es lo que se conoce como teoría undecenal (figura 10).
Así la cantidad de C14 oscila aproximadamente entre un 15% inferior (-15%, -3 años desde el punto 0) y un 15% superior (+15%, +3 años desde el punto 0). Supongamos que se tratase de datar un lino cultivado en el punto 0 (cantidad de C14 habitual), para conseguir una cantidad de C14 residual de 0,787, tendrían que haber transcurrido 1.958 años; si hubiese sido cultivado 3 años después (más cantidad de C14) para conseguir la misma cantidad tendrían que haber pasado 3.115 años y si lo hubiese sido 3 años antes (menos cantidad de C14) tendrían que haber transcurrido 613 años. Es decir que en 6 años, según la actividad solar en el año que se cultivara el lino, podría darse una antigüedad entre 613 y 3.115 años. Esta teoría, aplicable sólo a plantas anuales, invalidaría los resultados de 1988 ya que desconocemos la actividad solar el año en que se cultivó el lino con el que se tejió la Sábana Santa. - Modificaciones cuantitativas locales y transitorias. * Procesos naturales. Es conocido que en determinadas zonas puede haber más cantidades de C14 sin que se alteren las concentraciones globales atmosféricas. Es el caso de la presencia cercana de minerales radiactivos naturales, las aguas de los ríos que a lo largo de su cauce presentan cantidades diferentes de CO2, los detergentes, las emanaciones de gases, la proximidad a los volcanes. Circunstancias de este tipo han provocado flagrantes equivocaciones de la prueba del radiocarbono. De acuerdo con esta hipótesis, como no conocemos la proporción de C14 del entorno donde se cultivó el lino de la Sábana Santa tampoco se podría determinar su edad radiocarbónica . ** Una radiación no especificada. Esto es como no decir nada, lo desconocido se puede implicar en cualquier efecto que no admite explicación. Hoy la física actual no admite ningún tipo de radiación electromagnética que introduzca nuevos neutrones en el núcleo de C12. Aún suponiendo que el N14 del aire se convirtiese en C14 no hay razón de que se combine con la celulosa del lino. Tampoco es aceptable la hipótesis de una desmaterialización del cuerpo en el momento de la resurrección, para que se liberen neutrones que se introduzcan en el C14 de la tela (debe volverse a recordar que el C14 de nuestra atmósfera se debe al impacto de rayos cósmicos sobre el N14 y no sobre C12). Aunque se han propuesto varias teorías para la génesis de C14 nada se dice en ellas de la fuente energética ni como canalizarla para que su único efecto sea el deshacer los núcleos atómicos del cuerpo, sin afectar o destruir los objetos de su entorno.
Es el ejemplo de la teoría de Rinaudo (figura 11) de que una radiación gamma incidiendo sobre un isótopo del hidrógeno, el deuterio con un neutrón y un protón en su núcleo, provocaría un flujo de neutrones que podría producir un rejuvenecimiento en la datación de radiocarbono de hasta 46.000 años. Pero la cantidad de deuterio corporal es pequeñísima (0,015% del hidrógeno corporal) y la gran duda ¿sobre qué átomos del lino actuarían los neutrones? Por las experiencias controladas de lo que puede acontecer en el laboratorio y tal como señala Carreira, no hay razón física para que lo descrito por Rinaudo ocurra, ni que se produzca la cantidad de partículas necesarias para dar una fecha medieval, ni que dichas partículas tengan la energía correcta. Es posible que en el futuro se conozca una radiación semejante hoy, a la luz de nuestros conocimientos, el rejuvenecimiento de la Sábana Santa por tal proceso no es admisible, salvo que entremos en el terreno de lo sobrenatural, un milagro para entendernos. Así pues en conclusión, y sin que nada haga pensar en un complot anticatólico o en una confabulación de los laboratorios, la datación con radiocarbono efectuada en 1988, tuvo numerosas irregularidades, errores metodológicos y a sus resultados se les pueden dar otras interpretaciones de índole físicas y químicas (algunas, en teoría, posibles). Pero aun suponiendo que consideramos la prueba como totalmente fiable, no basta con decir que hubo fraude, hay que probar como se hizo y esto enlaza con la segunda parte de este blog (continuará)
JOSÉ LIÉBANA UREÑA
Continuará ...
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