SOBRE LA AUTENTICIDAD DE LA SÁBANA SANTA (III)
5. ¿Cómo surgió la imagen? Numerosos investigadores o “aficionado” han aportado sus ideas a este nuevo misterio, unos lo han hecho de buena fe intentando encontrar una explicación plausible a la imagen que en ella aparece y otros, buscando encontrar la forma de desacreditar la autenticidad de la Sábana Santa. No suele haber términos medios. Pero no basta con decir que el Lienzo de Turín es una falsificación y “que yo la he reproducido a la perfección” y de estas aseveraciones podemos encontrar multitud de ejemplos en Internet. Ni mucho menos. Cualquier teoría o cualquiera de los que presumen de haber demostrado que es falsa o que han conseguido una “reproducción exacta”, deben tener en cuenta la naturaleza de la imagen y eso ya es otro “cantar”. Las características que debe tener cualquier imagen que trate de aproximarse a la de la Sindone son las siguientes: superficial, negativa fotográficamente y tridimensional (aspectos ya comentados), pormenorizada ( extraordinariamente detallada en cuanto al castigo físico), estabilidad térmica e hídrica ya que ha sufrido varios incendios y se derramó agua sobre la urna que la contenía, (véase capitulo IV), falta de direccionalidad (marca personal que imprime la mano en unas pinceladas) y estabilidad química, ya que ni se disuelve, ni se decolora, ni se altera mediante los que son corrientes. Es imposible resumir todas las teorías que se han emitido sobre la formación de la imagen, solo vamos a centrarnos en las mas conocidas, aunque unas cuantas pueden rozar lo esperpéntico. En la tabla siguiente se comparan, de acuerdo con estas características, algunas de las mismas.
5.1. Teoría vaporigráfica. Fue la primera hipótesis científica propuesta y que ha estado en boga durante muchos años. ideada por el biólogo francés Paul Vignon, no ha soportado el paso del tiempo ni las nuevas investigaciones. Se basaba en que un cuerpo cubierto de sudor y que hubiese sido ungido con mirra, y aloe, después de enterrado habría proyectado una imagen sobre el lienzo por reacciones químicas de los vapores químicos del sudor (urea carbonato amónico, agua y amoníaco) con las sustancias utilizadas para la unción (por ejemplo la aloetina del Aloe officinalis en contacto con reactivos alcalinos, el amoníaco, se oxida produciendo una sustancia pardusca y viscosa). Entre las muchas objeciones a esta teoría están el que una imagen vaporigráfica no sería superficial, ni tridimensional, ni tendría estabilidad química y se habría alterado sensiblemente por la acción del calor y el agua de los sucesivos incendios incendio. Además, los resultados que se obtuvieron en diversos experimentos, ponían de relieve la falta de detalles y pormenores que se observan en el hombre de la Sábana Santa (figura 1).
5.2. Teorías de contacto directo. Se basan en que la imagen se pudo haber formado por contacto natural con un cuerpo o bien inducido para obtener una falsificación. Las objeciones generales a estas teorías serían la falta de: superficialidad, de estabilidad química, hídrica y térmica y de tridimensionalidad. Por otra parte no se han encontrado en la Sindone sustancias químicas que justifiquen una impresión, ni tampoco sería fácil transferir a la tela el cabello o algunas otras características específicas. Además una interrogante quedaría sin respuesta: ¿por qué no han aparecido lienzos funerarios con estas características si el proceso es algo natural?. Entre las teorías de este grupo recogemos las siguientes. 5.2.1. Imagen latente o retardada. Fue emitida por Pellicori, miembro del STURP, en 1978. Sería en realidad una variante de la teoría vaporigráfica. En esta hipótesis se sostiene que la imagen surgió por contacto natural del lienzo con un cuerpo, mediante el cual ciertas sustancias químicas habían sido transferidas del cadáver a la tela, apareciendo la imagen al cabo de cierto período de tiempo. Entre las diversas sustancias podrían estar el sudor y las grasas naturales cadavéricas mezclados con ciertos ungüentos que al impregnar la sábana degradarían la celulosa. Similar es la teoría de la oxidación biológica en la que la sangre difusa del cadáver, mezclada con sudor, aloe y mirra, impregnaría el lino; con los años y bajo el efecto de la luz, aquella sufriría un proceso oxidativo que provocaría una acción degradativa de la celulosa. Aparte de las objeciones generales a cualquier teoría de contacto directo, cabía hacer al menos dos más a estas de las imágenes latentes: a) el tiempo habría producido signos de putrefacción que no se observan en la Sindone y b) la imagen de la Sábana Santa es independiente de la presión, tiene la misma densidad a nivel dorsal y frontal, cosa que no hubiese ocurrido si estas teorías fuesen ciertas, ya que la zona de la espalda hubiese quedado más marcada. 5.2.2. Pigmentos bacterianos. Esta teoría presupone que ciertos pigmentos de bacterias de la piel de un cadáver habrían impregnado el lino originando la imagen. Cierto es que hay microorganismos comensales a este nivel que originan pigmentos amarillos, por ejemplo Staphylococcus aureus o Micrococcus luteus, pero esta no es colonizada por bacterias productoras de pigmento rojo como Serratia marcescens que podría justificar las zonas de sangre; además la carga bacteriana tendría que ser altísima y difícilmente, unas y otras, se desarrollarían en superficies concretas sino que crecerían mezcladas. En mi experiencia personal con crucifijos impregnados con estas bacterias y recubiertos con lino, lo único que obtuve fue una impresión difusa sin ningún carácter del molde utilizado. 5.2.3. Frotación. Se basa en que la imagen podría haber surgido de una forma similar a lo que ocurre con una moneda a la que se le pone encima un papel y se repasa con un lápiz. El sistema ideado varía según los autores, pero un ejemplo sería el siguiente: humedecer una sábana de lino, colocarla sobre un bajorrelieve, moldearla y tras quedar seca frotarla con algún compuesto que de la tonalidad adecuada. Aparte de las objeciones ya reseñadas, reproducir con esta técnica una moneda no es lo mismo que hacerlo con la doble imagen de la Sindone. 5.2.4. Efecto Volckringer. También daría lugar a imágenes latentes pero con un origen muy distinto. Este farmacéutico del Hospital de San José de París, descubrió que algunas plantas de sus herbarios habían quedado impresas entre dos hojas de papel. Las imágenes que se obtienen son muy parecidas a la de la Sábana Santa y reúnen todas sus características, salvo la superficialidad, ya que traspasan el papel en el que se imprimen (figura 2). El problema surge en el tiempo necesario para la transmisión, probablemente hubiese sido necesario un contacto de un siglo o más, con lo que en el lienzo aparecerían signos de putrefacción.
5.3. Pinturas, tinte, polvo u otra sustancia ajena a la Sindone. Las imagenes obtenida con estas técnicas no reúnen prácticamente ninguna de las características de la que aparece en la Sindone o son inviables. Entre estas últimas está la pintura al ácido que requeriría una rápida neutralización para evitar la destrucción del tejido. La de un molde impregnado con algún compuesto químico (óxido de hierro, tinta de roca vegetal, etc.) y sobre el que se aplica un lienzo de lino, plantea los mismos problemas que las teorías por contacto. El que la imagen de la Sábana Santa hubiese sido realizada por un pintor medieval, es sin lugar a dudas la hipótesis más antigua. Hoy sin embargo, ni los más recalcitrantes partidarios del fraude la admiten. La excepción la constituye McCrone y sus seguidores .Estos consideran que fue pintada ya que en una serie de análisis sobre muestra de la Sábana Santa encontraron tempera de colágeno, así como algunos de los pigmentos rojos más usados en la Edad Media, además del óxido de hierro: el bermellón y la alizarina. El amarillamiento del lienzo lo explican por el paso del tiempo sobre el aceite o cera usados como vehículo de aplicación. Sin embargo, tales pigmentos no han sido detectados por otros investigadores o están en cantidades tan insignificantes que en nada justificarían su uso como colorante. Es el caso del rojo bermellón, en forma de una diminuta partícula bien pudo tener su origen en un copista del lienzo, o del óxido de hierro. Este último que se encuentra también en cantidades insignificantes, tanto en las zonas limpias como en la propia imagen, fue obtenido a nivel de submicrón hace 200 años, por lo que difícilmente podría haberlo utilizado un pintor medieval. Además su presencia en la Sábana Santa puede explicarse de forma natural a partir de la contaminación atmosférica o si en el proceso de maceración del lino se usó agua rica en este compuesto, que por otra parte puede proceder de las manchas sanguíneas. Como se observa en la tabla anterior, sólo una de las características de la imagen de la Sindone puede explicarse por una pintura, pero nos gustaría destacar cuatro puntos importantes: a) los pigmentos hubiesen producido un amazacotamiento de las fibras superficiales del lino, b) había habido una clara direccionalidad, propia de la mano al pintar, c) el rojizo de las fibrillas responde como sangre ya que desaparece con proteasas cosa que no ocurriría si su origen fuese inorgánico y d) la imagen no es visible de cerca, por ello el hipotético pintor tendría que haber efectuado un trazo, alejarse, ver donde lo había hecho, acercarse y, a tientas, volver a realizar otro sin saber donde estaban los anteriores (figura3).
5.2. Teorías calóricas. Como comentará en el capitulo IV el lienzo ha sufrido una serie de chamuscaduras en varios incendios, siendo el mejor conocido el de Chambery. Estas manchas amarillentas tienen características espectrales semejantes a las del lienzo donde está la imagen. Tanto unas como otras son fluorescentes bajo la luz ultravioleta, mostrando eso sí diferencia de fluorescencia: las porciones chamuscadas son más rojizas que las del cuerpo; esto se achaca a que las quemaduras de Chambery ocurrieron en un ambiente escaso en oxígeno y las otras probablemente en su presencia. Todo esto parece apuntar, en palabras de Rogers, a un rápido calentamiento como el verdadero causante de la imagen .Como tales, las manchas de sangre secas por el contrario no son fluorescentes, pero sí el borde alrededor de algunas de ellas, como la del costado; de acuerdo con Miller y Pellicori, que mostraron que el suero sanguíneo sobre el lienzo mostraba una leve fluorescencia, parece que bien podría tratarse de componente sérico tras separarse del resto de la masa sanguínea, antes o después de la muerte del hombre de la Sindone (figura 4) .
El hecho de esta falta de fluorescencia de las manchas de sangre, el que si traspasan la tela y el que son positivas en el negativo del hombre de la Sábana Santa, obligan a pensar, como ya señalamos, que su origen es distinto del resto de la imagen y que probablemente surgieron por contacto directo. Y este mismo pensamiento hace que los partidarios del fraude consideren que se aplicó después del hipotético chamuscamiento ya que antes del mismo técnicamente sería difícil: hubiese sido destruida o alterada por la posesión del supuesto metal caliente usado como molde .Tampoco esto parece haber ocurrido ya que, como indicamos en su momento, bajo la sangre no existe impronta: aquella ha llegado antes que ésta a la tela. Para explicar el origen por un posible chamuscamiento se han propuesto dos hipótesis: 5.1.1. Un bajo relieve metálico o de otra naturaleza a la temperatura adecuada. Las imágenes así surgidas reunirían una serie de las características de la impronta de la Sábana Santa (véase tabla) pero no otras como: a) la tridimensionalidad que excluye todo contacto, b) la superficialidad ya que puntos en contacto bajo presión tendrán unas quemaduras más profundas que aquellos donde apenas hay la proximidad suficiente para afectar a la celulosa y c) si no hay contacto no puede transferirse detalle alguno y faltaría la pormenorización. Aparte de esto quedaría sin resolver la estampación de la sangre y la dificultad de preparar un molde, frontal y dorsal, no sólo de tal tamaño sino con todas las congruencias y detalles que tiene el hombre de la Sindone (figura 5)
5.1.2. Una radiación no específica. Lo que ya comentamos sobre tal hipótesis sobre el C14 es totalmente válida ahora. Las huellas tendrían que haber surgido por radiaciones térmicas que disolvieron y fundieron regueros de sangre estampándolos en el lienzo de forma uniforme no siendo en ese momento todo el cuerpo foco térmico de la grabación (esto indicaría que en ese momento el cadáver estaría en levitación, es decir flotando). Además la imagen quedaría reflejada sólo en la parte más superficial de la tela, de tal manera que la energía liberada no fue absorbida ni penetró en las fibras y dicha energía, por otra parte, poseía la suficiente potencia para proyectar la citada imagen contra el tejido a una distancia de 4 cm, pero al mismo tiempo no causó distorsión en aquellas zonas que estuvieron en contacto directo. Esto es tanto como describir la Resurrección. Pero, como hicimos antes, no vamos a entrar en cuestiones metafísicas o teológicas, si el hombre de la Sábana Santa es Dios sobran las explicaciones científicas. Él sí pudo hacerlo pero la física actual no admite una radiación de este tipo. No se ha propuesto ninguna partícula concreta como causa de imágenes, ni fuente de energía para su emisión, ni razón alguna para que su comportamiento sea el descrito, ni que lleve a la deshidratación exclusivamente superficial de la celulosa .Los experimentos realizados en este sentido no han sido satisfactorios. Bollone lo intentó con rayos laser y luz ultravioleta. No han faltado los que piensan en una energía atómica en base a las huellas dejadas en Hiroshima pero, aparte de las diferencias evidentes con el hombre de la Sindone, una energía de este tipo a partir de un cuerpo de 80 kilogramos hubiese volatizado no sólo el lino, sino el sepulcro y la ciudad vecina (figura 6).
Rinaudo lo intentó con protones pensando que la desintegración del deuterio del cuerpo podía producir un flujo de los mismos y proporcionar una imagen sobre el lienzo, pero para ello tuvo previamente que calentar el tejido, para simular la antigüedad y disminuir enormemente la dosis de protones (figura 7).
Aún así como señala Barta estos protones partiendo de la pequeñísima cantidad del isótopo del hidrógeno corporal, quedarían absorbidos por los tejidos más superiores y nunca producirían una imagen. En conclusión, la impronta de la Sábana Santa por una radiación sólo es única y exclusivamente explicable, hoy día, por un fenómeno sobrenatural. 6. Un negativo fotográfico del siglo XIV. Esta teoría preconizada por Picknett y Prince y que, sorprendentemente, tiene muchos adeptos. Es una de las muchas teorías esperpénticas que señalábamos al principio. Se basa en que en la época en la que se llevó a cabo la falsificación, existían alquimistas que conocían la técnica fotográfica: los protofotógrafos. Eslava, resume muy bien el procedimiento que siguen los ingleses :“un lienzo de lino fue impregnado con una emulsión de clara de huevo y solución de sal de cromo, se puso en un bastidor y, una vez seco, se colocó en el fondo de una cámara oscura y fue expuesto varias horas a la imagen de un busto de escayola, se quitó el lienzo del bastidor, se lavó con agua fría, se chamuscó ligeramente y tras lavar con agua caliente quedan unas chamuscaduras más similares a las que se observan en la Sábana Santa”.(figura 8)
Aparte que personalmente, viendo los resultados en las fotografías que ilustran el libro de Pickett y Prince, tienen poca similitud con las de la Sábana Santa, varias objeciones podrían hacerse: a) la fotografía moderna se desarrolló en el siglo XIX, hoy no hay problema para, conociéndolos, buscar alternativas a los productos químicos usados para preparar una emulsión fotográfica, b) si en el siglo XIV se podían obtener negativos, con un paso más hubiésemos tenido magníficos positivos de hecho y personajes históricos relevantes, desgraciadamente tenemos que conformarnos con pinturas, claro que gracias a esto podemos disfrutar de un Velásquez o un Goya, c) difícil le resultaría a los protofotógrafos disponer de una cámara para fotografiar una doble imagen del tamaño de la de la Sábana Santa (recuérdese que Picknett y Prince fotografiaron sólo un busto), d) solucionar la fuente de iluminación no sería un obstáculo, una buena antorcha sería suficiente o ¿es posible que la electricidad ya fuese conocida? , porque Picknett y Prince, tal como se ve en su libro, emplean un buen foco eléctrico y e) en la imagen no hay apelmazamiento de las fibras, no hay cromo y si este se quita al lavar la tela se eliminarían las manchas de sangre. El protofotógrafo de nuestra historia fue Leonardo da Vinci que, basándose en cierto parecido con el hombre de la Sábana Santa, se autofotografió (hay que suponer que también por ejemplo se autoflagelaría (sic) (figura 9). Como el genial italiano nació en 1452 y la Sindone, está bien documentada desde 1355, alguien robó el original y lo sustituyó por el negativo de Leonardo que es el que hoy se venera en Turín. Juzgad vosotros.
A título de curiosidad os dejo una de las dos copias que existen en Noalejo (Jaén) y que parece data del siglo XVI (figura 10).
Al margen de la anécdota de los protofotógrafos, como conclusión puede decirse que aunque se sabe que la imagen del hombre de la Sábana Santa surgió por un cambio molecular en superficie de la celulosa relacionado con la oxidación y deshidratación, ninguna teoría hasta ahora, puede explicar cómo se produjo este fenómeno. Salvo……la Resurrección (figura 11)
JOSÉ LIÉBANA UREÑA
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