También llamada Calendario Azteca porque sus relieves son alusivos a los cultos solares y conocimientos astronómicos de los aztecas. Este gigante monolito es el resultado de siglos de observación astronómica de nuestros antepasados.
La Piedra del Sol es, probablemente, el monolito más antiguo que se conserva de la cultura prehispánica, cuya fecha de construcción fue alrededor del año 1479. Los motivos escultóricos que cubren su superficie parecen ser un resumen de la compleja cosmogonía azteca.
Este monumento está labrado en bajo relieve en un monolito basaltico. Tiene un diámetro de 3.60 metros y pesa 25 toneladas. En la Plaza Mayor de la Gran Tenochtitlán, ocupaba un destacado lugar colocado sobre uno de los templos llamado Quauhxicalco.
Fue derribado al consumarse la conquista española, permaneció enterrado 270 años hasta ser descubierto el 17 de diciembre de 1790. Actualmente preside la sala Mexica del Museo Nacional de Antropología e Historia en Chapultepec.
Hace 220 años, El 17 de noviembre de 1790, unas obras de empedrado en la Plaza Mayor de la ciudad de México, antes capital del virreinato de Nueva España, desenterraron un gigantesco bloque de piedara, perfectamente redondo, de 25 toneladas de peso.Cuando le dieron la vuelta hubo caras desencajadas. Estaba repleto de símbolos de dioses y animales. Se acababa de desenterrar el mítico calendario azteca 'La Piedra del Sol'.Un arzobispo había ordenado que lo escondieran donde fuera, dos siglos antes, y tenía sus razones, tal como nos cuenta Nieves Concostrina.